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Vamos de Nuevo, entre la inversión en la sede y los proyectos para el 2021

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Recibieron un subsidio provincial que emplearon en mejorar la sede de la Biblioteca Alcira Cabrera, su casa, donde tienen su sala. Mientras tanto esperan poder estrenar una obra al aire libre en febrero. En 2020, como todos los hacedores culturales, le encontraron la vuelta para seguir adelante. 

 

Desde su formación en marzo de 2019, el grupo de teatro independiente Vamos de Nuevo hizo de las instalaciones de la biblioteca Alcira Cabrera su casa. En ese lugar emblemático de la cultura local, montaron su escenario y se esforzaron para que se volviera una sala teatral. Así, trabajando codo a codo con la comisión directiva de la entidad, fueron sumando aportes para mejorar el edificio. Tal es así que en los últimos días destinaron la totalidad de un subsidio provincial otorgado para instituciones culturales que recibieron para mejorar la sede.

 

“Con respecto a la biblioteca, con ese subsidio provincial que le tocó al grupo Vamos de Nuevo, decidimos colaborar con el edificio, que hacía años que no se hacía nada de mantenimiento, sobre todo en la fachada. Primero se pensó en arreglar la vereda, que estaba levantada, producto de las raíces de las plantas, una de las cuáles además estaba seca, y de la cual faltaban muchas baldosas. Se quitó la planta, se reparó la vereda, que quedó como nueva; las baldosas no las adquirimos sino que fueron donadas por personas que las tenían en desuso (Sandra Loperena, Yamile Alonso y Claudia Lescano). También se pintó el frente, que estaba muy estropeado”, contó al respecto el director del grupo, Carlos Teijón.

 

Resta pintar las aberturas que dan al exterior de color negro, gasto del que se va a hacer cargo la Biblioteca. “También falta el cartel a colocar en la entrada, que sí lo pagará el grupo, con el logo de la Biblioteca y agregaremos el de Vamos de Nuevo, más chiquito, pero para que se sepa que también ahí funciona ya desde hace dos años la sala”, añadió.

 

En el tiempo que llevan compartiendo la sede con la biblioteca, han ayudado mandando a confeccionar muebles de mayor tamaño, de madera, para ganar espacio; “se cambiaron los tubos por luces led para ahorrar en consumo eléctrico; se han arreglado aberturas; se hizo una ampliación en la secretaría, para lo cual se tiró una pared y se sacó una puerta”. 

 

Como a todos los hacedores culturales, el 2020 y el ASPO ocasionado por la pandemia de COVID-19 les significó un cambio. “El 2020 fue un año bastante frustrante en el comienzo porque teníamos muchos proyectos, estábamos a full con funciones. En enero hicimos las últimas dos funciones de Rancho en Bolívar, obra con la que en 2019 llegamos casi a las 30 presentaciones; en enero empezamos a viajar a presentar esa obra, a 30 de Agosto, a Pehuajó, y teníamos una gira súper amplia (Henderson, Mar del Plata, Buenos Aires, lugares atípicos –estos dos últimos- a los cuáles llegar era un sueño, Olavarría, Saladillo, Azul, gira que se vio suspendida. Además, lamentablemente tuvimos que levantar la obra porque se vencieron los derechos y sólo se actualizaron para una única y última función que se hizo en la biblioteca pero que salió por streaming, por club Marta”, comenzó por contar Carlos.

 

En el mes de marzo, justo antes de que comenzaran las restricciones por la pandemia, habían estrenado ‘Esperando la carroza’ en el teatro Coliseo Español, de la cual alcanzaron a realizar dos funciones con gran éxito de público. “Teníamos más de 200 entradas vendidas para las funciones que seguían, que eran 4 más, pero lamentablemente tuvimos que suspenderlo. Esperamos un tiempo para ver si podíamos retomar las funciones, pero finalmente debimos desarmar toda la escenografía, la técnica, que quedó en el teatro guardado, para que cuando se habilite podamos ponerla en escena”, expresó. En febrero Carlos prevé presentar los protocolos nuevamente para ver si se pueden hacer las funciones y reestrenar la obra en abril, “si todo esto sigue, de acuerdo a la fase en la que estemos, con distanciamiento, límite de aforo, y todo lo necesario”. 

 

Tras una pausa de poco más de un mes, cuando ‘el cimbronazo’ inicial por el aislamiento dio paso a una etapa de reconversión, el grupo empezó a valerse de los recursos disponibles para seguir en contacto con el público. “Comenzamos a usar las redes sociales y todo lo tecnológico para empezar a hacer videos. Hicimos 10 episodios de ‘Empandemiados’, fueron historias breves, cómicas, de 10 minutos, con dos actores. Están en el canal de YouTube del grupo, algunas han llegado a las 500 vistas, por suerte la gente las apoyó y esperaban la semana siguiente para ver otro estreno.  Antes de eso habíamos hecho un video breve de un poema de Víctor Hugo, ‘Tu deseo’, que también tuvo muchísimas vistas”, recordó.

 

“En mi canal de YouTube estrené un montón de obras que habíamos hecho, que yo había dirigido en años anteriores, sobre todo en mis talleres. Después comenzamos con ensayos virtuales, que aún continuamos. Puse en práctica las clases de teatro, con un grupo reducido de alumnos (6) que accedieron a realizarlas en formato virtual; con ellos estrené ‘Milagro en Cortínez’, una obra breve de Pablo Albarello, de menos 30 minutos, que fue a beneficio de la biblioteca dado que la entrada fue a la gorra virtual. De manera virtual también dirigí ‘Hombres en escabeche’, de Ana Istarú, una autora centroamericana, que estamos haciendo todas las tratativas para que se pueda estrenar el 26 de febrero en el predio que está al lado de la biblioteca, que pertenece al club La Rural, y para lo cual esperamos aún la autorización del Municipio”, puso de relieve. Las funciones están programadas para viernes, sábado y domingo, al aire libre, con los protocolos del caso y sobre lo cual mantienen gran expectativa dado que ya se han puesto en marcha en la ciudad numerosas iniciativas culturales bajo esa modalidad.

 

Además de su rol como director, está embarcado en asumir el de actor. “Por otra parte, Mauricio Castro (bolivarense, con pasado actoral también, quien reside desde hace varios años fuera de Bolívar) está dirigiendo una obra en la que actúo junto a Verónica Badoza, que se llama ‘La empresa perdona un momento de locura’, nosotros acá y el director de manera virtual porque vive en Buenos Aires”, añadió.

 

Con los ingresos que fueron reuniendo con las funciones de ‘Rancho’ y ‘Esperando la carroza’, más de las de las presentaciones de los grupos que vinieron a la sala, adquirieron la técnica nueva. “Compramos consola de luces, a 220, y otra a luces led; compramos 6 luces led, 6 luces para 300 para iluminación, todos los cables de conexión; 4 luces de emergencia que se van a instalar en la biblioteca; y también recibimos un subsidio para la obra de parte del CPTI, Consejo Provincial de Teatro Independiente, y otro para equipamiento técnico. Parte de ese dinero se usó para esas compras y parte de usará para la instalación eléctrica nueva que estamos comenzando a hacer ahora, en el escenario y en secretaría, que está a la entrada de la sede, y así poder manejar toda la técnica desde atrás del público”, contó asimismo.

 

Así, pese a haber acusado el golpe de un inicio incierto el año pasado, Vamos de Nuevo el encontró la vuelta a la situación y sigue poniendo la energía en generar opciones para el disfrute de los amantes del teatro local.

V.G.

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