Quedó inaugurada ayer la plaza ‘Soldado Echave’, emplazada en el corazón del desarrollo urbanístico Procrear situado sobre avenida Calfucurá. El espacio verde lleva así el nombre de Horacio José Echave, soldado nativo de Bolívar que ofrendara su vida en la Guerra de Malvinas y falleciera el 13 de junio de 1982, un día antes de la rendición de las tropas argentinas que participaron de la absurda contienda bélica.
La decisión de recordar al soldado nombrando la plaza le correspondió al intendente Marcos Pisano, quien envió la propuesta al Honorable Concejo Deliberante mediante el bloque de concejales, propuesta que halló respuesta favorable.
Autoridades e integrantes del Regimiento de Infantería Mecanizada N° 6 ‘Gral. Viamonte’ y la banda militar ‘Capitan Tocagni’ estuvieron presentes; también integrantes de los Centros de Veteranos y ex Combatientes de Malvinas de Guaminí, Saladillo, Suipacha, Olavarría, Azul, Mercedes, Lobos y Bolívar; referentes de la Casa ex Soldados Malvinas Argentinas (CEMA) de La Plata; María Alejandra González, de la Comisión Nacional de Familiares de Caídos en Malvinas; también Beba y Omar Azcárate, padres del soldado Sergio Azcárate, también de Lobos, caído en combate junto a Echave. Asimismo lo hicieron autoridades municipales, concejales, consejeros escolares, inspectores, banderas de ceremonias de instituciones educativas, Bomberos, Policía y vecinos del barrio.
El primer punto del que fue un emotivo acto lo constituyó el izamiento del pabellón nacional en el mástil apostado en el lugar, que estuvo a cargo del intendente Pisano y familiares del soldado Echave. Al mismo tiempo, la banda militar interpretó Aurora. También fue la encargada de interpretar el Himno Nacional.
Luego se dio lectura a la carta enviada por el intendente de Lobos, Ing. Jorge Etcheverry, quien no pudo asistir, y se descubrió el cartel con el nombre de la plaza. En tanto se dio lectura al Proyecto de Ordenanza enviado al HCD.
La continuidad del acto estuvo marcada por el descubrimiento del monumento (base del mástil citado) y de la placa en reconocimiento a Horacio Echave, la colocación de una ofrenda floral al pie del mismo y la correspondiente bendición a cargo del padre Mauricio Scoltore. Asimismo hubo un minuto de silencio en su memoria y en la de todos los caídos en la guerra.
El entonces jefe de regimiento, hoy general de división Jorge Alperin, hizo entrega a la familia y al intendente municipal de un texto sobre la historia y la actuación del soldado Echave. Se leyó, a pedido suyo, un párrafo del documento escrito en su momento por quien era entonces cadete de cuarto año, subteniente en comisión, jefe de de la tercera sección, a la cual perteneció el homenajeado. “… desde allí apoyamos el repliegue de algunas fracciones del regimiento 3, 7 y 25. Estaban al otro lado de la bahía, regresando con sus heridos de Wireless Ridge (última batalla, que se librara entre el 13 y el 14 de junio de 1982), cuando cruzó uno de los últimos el subteniente Abel Aguiar con su gente. Comenzamos a tratar de hacer el último kilómetro hacia la ciudad. El soldado Echave, uno de los más inteligentes y astutos de la sección, de sonrisa continua, me pidió munición pero casi no me quedaba. El me respondió, ‘deme la pistola, que por lo menos me llevo un (ingles) conmigo’, y a los pocos metros cayó muerto junto con su amigo el soldado Balvidares”.
Finalmente, el periodista y escritor José ‘Chino’ Castro habló del libro que escribió sobre Horacio Echave, ‘Hasta tu sonrisa siempre’, convocado para ello por la Dirección de Derechos Humanos municipal. Ejemplares del mismo fueron entregados por Marcos Pisano a los familiares del soldado, a representantes de las escuelas presentes y a los de los Centros de Ex Combatientes que estuvieron en el acto. El libro fue presentado ayer por la tarde en el Cine Avenida.
“Este homenaje viene a aportar justicia, un grano más de arena en esa construcción continua que es la de la memoria, una gran batalla a la que nos podemos entregar”, sostuvo Castro, quien agradeció a quienes le encomendaron la tarea y a la familia Echave por su “colaboración generosa, abierta, amplia”.
“Este libro rescata la página más amarga de la vida de Horacio, su participación en Malvinas, pero rescata también todo lo previo. Horacio Echave fue un pibe como tantos (…), un pibe bueno, (…) que aportaba siempre a los grupos en los que estaba, que sonreía en forma constante”, contó Castro.
“Y los invito a reflexionar sobre Malvinas, que es una herida abierta. La guerra niega la condición humana. El libro también, además de rescatar con justicia la figura de un pibe como fue Horacio José Echave, a quien debemos recordar y en él a todos los demás, nos invita a reflexionar como país, como el colectivo que somos, por qué una guerra, qué nos pasó, qué debemos tomar de eso para no repetir errores y finalmente crecer como sociedad”, concluyó.
Por último, la banda ‘Capitán Tocagni’ interpretó la Marcha de Malvinas.
V.G.
Un soldado que descansa en tierras australes
Horacio José Echave fue uno de los tantos jóvenes argentinos a los que el destino les jugó la mala pasada de tener que cumplir con el servicio militar, obligatorio en aquella aciaga época de nuestro país. Alistado en el Regimiento 6 de Mercedes, lo sorprendió el estallido de la guerra de Malvinas y hacia allá lo enviaron.
Y el destino volvió a jugarle en contra cuando encontró la muerte en las islas, un día antes de la batalla final. Desde entonces, sus restos yacieron sin identificación en el cementerio de Darwin, en una tumba sin nombre, hasta que estudios realizados por especialistas forenses lo rescataron de ese injusto anonimato y le devolvieron su nombre, y con ello, la posibilidad a su familia de llorarlo en el lugar donde está su cuerpo.
Merced al convenio internacional firmado por Argentina y Gran Bretaña, muchos soldados salieron de las sombras de la muerte para poner su nombre una vez más en alto, como los héroes que fueron, son y serán por ofrendar su vida por la patria. Horacio fue uno de ellos. El 15 de diciembre de 2017 su familia fue notificada por funcionarios de Derechos Humanos, de la Cruz Roja Internacional y del Equipo de Antropología Forense que los restos de Horacio José habían sido identificados.
Poco después, el 26 de marzo, su mamá Ester y su hermana Analía (ambas presentes ayer) viajaron a Malvinas y pudieron visitar su tumba, “poniendo fin así a una larga incertidumbre que había sumado más dolor a la pérdida del ser querido” tal como sostiene en sus considerandos el Proyecto de Ordenanza.
Muchos son los reconocimientos que se han hecho en su memoria en Lobos, la ciudad que lo vio crecer desde que su familia se mudó allí por razones laborales. Una calle lleva su nombre, por caso. Ahora se suma el reconocimiento hecho en la tierra que lo vio nacer.
Desde ayer, en Bolívar el nombre de Horacio se yergue desde una plaza, un espacio verde en el que muchos niños pasarán sus ratos libres y podrán conocer, al preguntar por él, quién fue ese pibe, un hijo de este suelo que descansa en tierras australes. V.G.
