¿Qué tienen de especial estás elecciones? Se dice mucho que Argentina está frente a un nuevo día D.
-Lo especial para nosotros es haber logrado la unidad de la izquierda, un objetivo que siempre hemos tenido como agrupación. Este año iremos en el FIT, y con el MST, integrado por compañeros de muchos años.
Y en lo nacional, me parece que lo particular es que, salvo quienes voten a la izquierda, todo el mundo va a votar a un candidato peronista. No aparecen los partidos, aparecen muy fuertes las figuras. Es una elección rara, en algún sentido. Todas son acompañadas por un estado de ánimo, de algún modo, y esta vez se observa que hay mucha decepción. Ya se vio en 2017, y ahora se ve más fuerte.
¿Qué posibilidades abre haber logrado un frente, que a nivel nacional encabeza Nicolás del Caño?
-La posibilidad de presentar un proyecto común y encontrar puntos de contacto con todo aquel que dice ser de izquierda. La lucha por los trabajadores, la defensa de las minorías. En eso hay unidad, que era algo que pedían los mismos militantes de izquierda.
A nivel nacional, la propuesta es establecer un gobierno de los trabajadores que no pague la deuda externa y redefinir los recursos que produce el país. “La deuda implica un ajuste que recae siempre sobre los mismos sectores, que nunca son los empresarios”.
UNIDADES PRODUCTIVAS LOCALES
En lo local, la agrupación que lidera el docente, escritor y cineasta Miguel Ángel Francisco evalúa que la planta de trabajadores municipales está sobredimensionada -y con salarios por debajo del creciente costo de la canasta básica de alimentos, marcó-, pero piensa en alternativas para reasignar recursos que serían destinados a desarrollar unidades productivas tales como un molino harinero (una vieja propuesta de la franja), un matadero que produzca carne a un precio más accesible para los trabajadores y una pasteurizadora, entre otras alternativas que operarían bajo órbita municipal, no como cooperativas. Dentro de ese armado, fundar un supermercado municipal sería una prioridad. “Planteamos salir de un estado recaudador, que se dedica a cobrar servicios, para pasar a uno productor, en especial, de alimentos”, lo que más urge cuando hay crisis, definió la candidata. De este modo, los empleados municipales contemplados en este esquema mejorarían su magro haber, completó la docente.
El rubro supermercados pasa por un momento crítico: CLC se va de la ciudad, y Actual cerraría su supermercado de avenida Brown. Mucha gente quedará sin trabajo, dentro del mapa laboral local representa una cantidad impactante…
-Es grave la situación, sí. Cierran además muchos pequeños comercios, no sólo los supermercados. Pasan cosas que no han pasado nunca: que se pague más en servicios que en el alquiler de un negocio. Y pasa en todo el país, no sólo en Bolívar. Ahora retardan el aumento de los servicios, que abonaremos de todos modos durante el verano…
CAMPAÑA A BASE DE CHARLA
La agrupación Walsh desarrollará una campaña sin un gran despliegue publicitario, “a base militancia, de caminar las calles, de fotocopias y de reciclar cosas de elecciones anteriores, a un costo que es prácticamente de cero peso. Hablamos con vecinos, eso es lo fundamental, lo que hacemos incluso cotidianamente en los ámbitos en los que andamos”, enumeró.
¿Y qué les manifiestan esos vecinos?
-Hay apoyo hacia nuestra fuerza política. Nos manifiestan que les parece bárbaro que estemos otra vez en elecciones. Algunos manifiestan directamente su voto. Y vemos además que hay cierta decepción, que es un sentimiento que predomina.
¿Cuántos votos calculan que deben obtener para conseguir una banca en el Deliberante?
-Unos 3 mil. Es bastante.
¿Creen que esta vez sí pueden lograrlo? En 2001 consiguieron nuclear casi 1.500 voluntades y quedaron a las puertas del Concejo…
-Fue una elección muy particular, hubo mucho voto nulo y eso modifica los porcentajes para calcular. Pero hemos sacado más que eso, 2.400, y en 2017 también obtuvimos más de 2000. En 2001 la particularidad fue que hubo una caída de los votos positivos, quiere decir que con menos votos es cuando más cerca estuvimos. Ahora estamos bien, si partimos del 2017 y tomamos en cuenta la devolución que nos da la calle.
¿Además de decepción hay hastío con la política? ¿Vuelve el retintín de que son todos iguales, como en el 2001, cuando los votantes metían fetas de salame en los sobres, o por el contrario advertís ganas de sufragar para cambiar el estado de cosas?
-No creo que se dé ese escenario del 2001. Me parece que el electorado votará positivo, por una fuerza, o emitirá un voto en blanco. Precisamente, a quienes piensen en votar en blanco les proponemos algo distinto, una opción que no ha estado nunca en el poder. A los que gritan que se vayan todos, o que todos los políticos son iguales, nosotros les decimos que no hemos formado parte del poder. Y también les aclaramos que nuestros diputados no cobran 250 mil pesos. Romina del Plá, candidata a vicepresidenta, como diputada toma el sueldo que le corresponde como docente, es docente. El resto va a organizaciones sociales. No somos todos iguales, ojalá nos dejen demostrarlo. En Bolívar venimos peleando con nuestros proyectos desde hace veinte años…
¿Creés que habrá balotaje?
-Creo que sí, si bien casi no tendremos el indicador de las PASO, el esquema de listas se ha reducido mucho.
Miguel Francisco es una vez más candidato a intendente por la agrupación Rodolfo Jorge Walsh. La nómina de aspirantes a ediles es encabezada por Germán Reguero y Karina Pérez, y la de candidatos a consejeros escolares, por Marisol Margarita Darretche y Jorge Bergallo.
Esta entrevista fue realizada el sábado en el programa radial Fuga de Tortugas.
Chino Castro
