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La grasa de las capitales

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“Que importan tus ideales, ¿qué importa tu canción?La grasa de las capitalescubre tu corazón…”
Charly García, David Lebón y Pedro Aznar cantan a capella esta primera línea de ‘La grasa de las Capitales’, el tema que abría y titulaba el segundo disco de SerúGirán, publicado en 1979. Su autor, Charly García, preanunciaba una época por venir, la frivolización mediática. “Con la cantina, con la cantora, con la T.V. gastadora / con esas chicas bien decoradas, con esas viejas todas quemadas / gente re vista, gente careta / ¡la grasa inmunda cual fugazzetta! / No se banca más, la grasa de las capitales no se banca más.”
Enclavados en la dictadura más sangrienta de nuestra historia, los Serú retrataban la farandulizacióninsertada por el régimen como maquillaje para el modelo occidental y cristiano; y como forma de escapismo e idiotización, acallando voces y pensamientos ‘peligrosos’.Muchos rockeros argentinos se las ingeniaron para eludir la censura con metáforas y eufemismos, SerúGirán no fue una excepción, y “La grasa de las capitales” es un claro ejemplo de ello.
En la portada del disco los integrantes de SerúGirán arremetían contra los medios. El primer disco no había sido bienvenido, además, en julio de 1978 participaron del Festival de la Genética Humana, en el Luna Park. El recital fue un bochorno porque la gente concurrió para ver a Serú y tuvieron que bancarse varios grupos, entre ellos, uno brasilero, desconocido, Casas das Máquinas. Finalmente Charly y compañía tocaron sólo tres temas generando el descontento del público y la crítica. Pipo Lernoud, desde ‘Expreso Imaginario’, deslizó irónicamente que la banda no había concurrido al show, se habían presentado sus dobles ‘por razones de seguridad’. De allí que en la portada, diseñada como una tapa de la revista Gente, luciera en su ángulo inferior derecho la frase: “Descubrimos los dobles de SerúGirán”. En la foto posaban un Pedro Aznar oficinista, un David Lebón tenista, Charly García despachante de estación de servicio y Oscar Moro carnicero. “Estaba podrido de todas esas revistas tipo Gente, que eran tan caretas – cuenta Charly – Había que salir de la grasa, de la mediocridad. Era una época en que el rock todavía estaba en contra de la música comercial, era nosotros contra el mundo.”
SerúGirán y el rock vernáculo aún no habían entrado al gran negocio que se definiría en los 80’s, permitiendo el acceso del rock argentino al sistema (una parte del movimiento, encabezado por los Redonditos de Ricota, prefirió continuar en los circuitos under, al borde del sistema).

Las canciones
Las letras lucen teñidas de la atmósfera asfixiante de esos días. En ‘Los sobrevivientes’, Charly, tocando acordes insondables y cantando en falsete, exclamaba: “Estamos ciegos de ver, cansados de tanto andar, estamos hartos de huir en la ciudad…”; mientras que el tándem García-Lebón, en ‘Frecuencia modulada’, se revelaba contra la música que difundían en ese momento las FM: “Si en la música que escuchas ya no hay vida, si la letra ya no tiene inspiración, si aunque aumentes el volumen ya no hay fuerza, son los tiempos que están huecos de emoción…” (la música compuesta por Lebón era con ritmo de discoteque, con la letra de Charly parodiándola).
Un Aznar con veinte años recién cumplidos se despachaba con ‘Paranoia y soledad’, un tema de casi siete minutosque no hacía más que acentuar el espíritu del álbum: “Cuánto tiempo más de paranoia y soledad / Despertar aquí es como herirse con la propia destrucción…”.
(“Habla del lugar intolerante, chato, reprimido, atrasado, sangriento y brutal que era nuestro país en esos tiempos…”, contaba Aznar).
“La grasa de las capitales” posee tal complejidad que hasta podemos hallar una línea argumental canina hiladas en tres canciones: el elaborado ‘Perro andaluz’ (a pesar de ser un gran cinéfilo, Charly confesó en 2009 que hasta ese momento no había visto la película de Luis Buñuel), la acústica ‘San Francisco y el lobo’ y la sinfónica ‘Noche de perros’ de Lebón, ésta última en sintonía con esos días aciagos: “Esta oscuridad, esta noche de perros / esta soledad que pronto te va a matar…”
‘Viernes 3 AM’, compuesta en quince minutos por Charly en un departamento de San Telmo, es la única canción que sufrió censura explícita. Su primera línea: “La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas…” evidencia un personaje hastiado de ‘las fiebres de sábado por la noche’ de la década del 70, con un final dramático en el desarrollo de la letra: “Y llevas el caño a tu sien, apretando bien las muelas / cierras los ojos y ves todo el mar en primavera / Bang! Bang! Bang! Hojas muertas que caen / Siempre igual, los que no pueden más, se van…” A la directa alusión al suicidio, el propio autorbrindaba otra hipótesis: “También puede ser un despertar, una explosión, o una forma contemplativa de la angustia”, declaró Charly en La Mano, en su edición de julio del 2009, que tributaba los 30 años del disco.
En la misma publicación, Marcelo Figueras, aportaba un lúcido análisis sobre el tema: “Vista con perspectiva histórica, ‘Viernes 3 AM’ constituye la canción más incómoda del repertorio de García porque denuncia hasta qué punto nos hemos hundido. Los que no pueden más no sólo ya no se van, sino que conviven mansamente con los genocidas, los corruptos, los delatores, los torturadores, los intolerantes, los adoradores de la violencia, los cínicos, los que miraban a otra parte cuando pasaba lo que pasaba.”
Última, pero no menos importante, es ‘Canción de Hollywood’. García es un cinéfilo empedernido y lo ha demostrado a lo largo de su obra. Esta canción nace después de la estadía de SerúGirán en Los Ángeles. Permanecieron unos días en la ciudad mezclando su primer disco y allí Charly tuvo la impresión de que Hollywood existía sólo en las películas. (“Ya sé, dirán es ilusión, es como el primer amor, Hollywood está desierta, tengo que volver al sol…”)

Creciendo como adultos
“La grasa de las capitales” muestra claramente el crecimiento de SerúGirán como grupo. La banda tuvo su génesis en Buzios, en un paisaje soñado. García y Lebón compusieron casi todo el material del primer disco en esas playas, “SerúGirán” (1978) es un disco hermético, si se quiere escapista, que contieneincluso una canción con un lenguaje inventado. Si bien con el tiempo tuvo el reconocimiento que se merecía, las críticas funcionaron como un llamado de atención a los integrantes del grupo.
SerúGirán había nacido como supergrupo: dos de los más talentosos músicos del rock argentino (García y Lebón), el baterista del género (Moro) y un benjamín con un talento sin techo (Aznar), pero debutaron con demasiada suficiencia. Las críticas y la frialdad de la gente los volvió a la realidad, los hizo barajar y dar de nuevo, fortalecer el interior y comenzar a construir un nuevo intento que resultó ser “La grasa de las capitales”, disco que por estos días cumple cuarenta años de existencia y continúa vigente como todas las grandes obras musicales.

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