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viernes, 29 de marzo de 2024
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Un vector de la belleza en este mundo incendiado

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Francisco Fernando Ricciardi es el único integrante de la primera comisión directiva de la Asociación Musical de Bolívar que aún forma parte de la institución fundada el 22 de agosto de 1962 en derredor a la figura de Luis María Gagliardi, un médico y pianista apasionado por la música académica.

Fran era un pibe, integró el grupo inicial hasta febrero del ´63, cuando se fue a La Plata a estudiar Abogacía, aunque en esos meses iniciáticos tuvo tiempo de participar de la organización de los dos primeros conciertos que ofreció la entidad. Recién en 1991 regresaría a Bolívar, desde la hoy convulsionada, por la nueva aventura de Maradona DT, ‘ciudad de las diagonales’. A Bolívar, y a su querida Asociación Musical.

El doctor Gagliardi fue el primer presidente, acompañado entre otros y otras por Mariano Portela, María de Larregle, Reinaldo Longobardi, Enilda Salmerón, Oscar Cabreros y Miguel Ángel Scenna (cuñado de Ricciardi). Se reunían en casa de Gagliardi, y los conciertos se llevaban a cabo en el Salón Rosa de la municipalidad, y mucho después también en el Verde, hasta que hace unos pocos años la Biblioteca Rivadavia inauguró su auditorio y se constituyó en la ‘base de operaciones’ de la institución. (En su momento, algunos conciertos se realizaron en el Teatro Coliseo.)

El propósito era, ayer igual que hoy, otorgar un lugar a la música académica, en el entendimiento de que las demás vertientes musicales ya poseían y poseen sus canales de difusión. De hecho, Ricciardi resalta que cuando se reintegró en 1991 encontró a otra gente, pero unida y regida por el mismo espíritu. A punto tal llegaba aquella férvida defensa de los primeros años que fijó los pilares del mañana institucional, que Miguel Scenna fundó una revista de tirada mensual para difundir la actividad de la Asociación, titulada Polimnia (la de muchos himnos, en griego). “Polimnia era según él la musa de la música. Yo discutía eso, porque para mí era Euterpe (la de agradable genio), mientras que Polimnia lo era de la poesía lírica”, recordó Ricciardi en charla con este diario.

En cincuenta y siete años, la Asociación organizó en Bolívar conciertos de los más grandes exponentes nacionales de la denominada música académica, norte que aún hoy enciende su voluntad y rige su actividad. Fran pone como ejemplo la presentación del laureado pianista tucumano Miguel Ángel Estrella, eximio instrumentista que reivindica las luchas del pueblo con militante exquisitez. Fue en los sesenta, el período en el que el bolivarense vivía en La Plata. Con los años, la entidad ha sido también plataforma para músicos oriundos de Bolívar que desarrollan prósperas carreras fuera de la ciudad, tales los casos de la pianista Paola Siervo y el contrabajista Fernando Botti.

 

MÁS APERTURA, MÁS FUTURO

Hoy, ya casi no quedan en el país asociaciones por el estilo (hay una de similares características en Rosario, y no mucho más), integradas por vecinos del común que proponen conciertos de alto vuelo a precios populares, de modo que todes puedan disfrutarlos. Además, en esta nueva etapa y bajo la conducción de la presidenta María Marta Molfese, la entidad ha abierto el espectro a expresiones musicales como el tango y el folclor argentino y también el latinoamericano, siempre que contengan una raíz académica o un encare artístico nutrido de ese cultivo. “Nuestro propósito es difundir la buena música, que habita en todos los géneros. De otro modo, nos convertiríamos en un diletante grupo de pretendidos elitistas”, definió, tajante, Fran. Sumado a ello, la integración a la comisión directiva de gente joven ha inyectado savia fresca en las arterias del organismo institucional, lo que permite soñar con un futuro soleado en el que la misión de difundir la música académica siga encontrando eco. Esos jóvenes son Viviana Exertier, Elio Mandrini y Nahuel Morante, entre otros y otras, quienes conviven en armonía con históricos de grupo como Raquel Giffoni y el mismo Ricciardi. “Ha habido una innovación; ellos son nuestra sangre ahora”, destacó el entrevistado, que además de abogado es pianista aficionado.

La respuesta de público es una variable que también invita al optimismo: cada concierto al que convoca la Asociación se realiza con la sala a pleno o casi, contrariando aquello de que lo lírico sólo es para gente grande y/o erudita (¿será como cuando dicen que los pibes y pibas “no leen”?). La transversalidad es lo que manda en la ‘foto’ de cada recital, y, bien mirado, ahí debería radicar el entusiasmo y el gran capital de la entidad.

Económicamente, la organización se financia con el aporte de los socios, unas ciento y pico de personas que abonan la módica suma de 40 pesos por mes. La municipalidad también colabora, en su momento prestando el Salón Rosa para los recitales, y hoy  auspiciando las veladas y alojando a los artistas visitantes. “Bajo todas las administraciones, el municipio siempre nos ayudó”, puso de relieve Ricciardi. A la hora de los conciertos, que se llevan a cabo a razón de uno por mes o por bimestre, firmas comerciales de la ciudad contribuyen económicamente con la Asociación. Sumado a estos brazos que ayudan, están los de la gente que maneja a la Biblioteca Rivadavia, la ‘casa’ de la A.M., sin lo cual “ya no existiríamos”, admitió Ricciardi.

“La vida sin música sería un error”, alertó hace añares Nietzsche, pero Francisco Fernando Ricciardi va más lejos, al sostener que sería “un horror”. Por eso es que va a permanecer en la Asociación, junto a compañeros de toda la vida y los nuevos socios y socias en la aventura de erigirse en un vector de la belleza en un mundo incendiado.

Chino Castro

 

Cierra Luciani

El armoniquista Franco Luciani cerrará la temporada 2019 de conciertos organizados por la Asociación Musical en el auditorio de la Biblioteca Rivadavia. Será el 16 de noviembre, y hay gran expectativa entre los integrantes de la entidad convocante dada la talla artística del otrora compañero de ruta del percusionista bolivarense Franco Exertier.

Antes, en octubre, se presentará en la sala “María Barnetche” el Cuarteto de Cuerdas del Conservatorio Gilardo Gilardi, que ya ha actuado en la ciudad.

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