El ex boxeador profesional Walter David “El Pájaro” Cabral colgó los guantes desde hace tiempo, pero no dejó de estar ligado al deporte.
Organizador de festivales amateurs y entrenador en su gimnasio Gym Box, sumó una nueva experiencia en su haber. Luego de un año de curso en la FAB (Federación Argentina de Boxeo), obtuvo el título de entrenador profesional. Un paso ineludible en el nuevo contexto de la especialidad. El “Pájaro” está autorizado para hacer rincón en cualquier lugar del país. Algo muy importante para los técnicos que cuentan con boxeadores que están en el ámbito rentado. Además pudo enriquecer su ya vasto conocimiento del deporte, ya que profundizó sus conocimientos sobre el reglamento. Cabral dialogó con La Mañana y dejó algunos aspectos interesantes sobre la competencia y proyectó lo que será su año en el boxeo.
Luego de un largo curso pudiste terminar la última prueba y sos oficialmente entrenador profesional de la Federación Argentina de Boxeo…
– Estoy muy contento, ya que poder contar con este curso es importante. Es necesario para estar arriba de un ring el título. El reglamento en los últimos años cambió mucho, haciendo obligatorio este paso. Ahora estoy autorizado para estar en el rincón de cualquier boxeador profesional. Me pasó cuando fui púgil, el ir a pelear y verme en la necesidad de conseguir a una persona que tuviera el título para que pueda acompañarme en el rincón, eso hace que sea muy importante.
A pesar de que contás con una larga carrera como boxeador, seguro que en el curso aprendiste cosas nuevas sobre el deporte…
– El otro día hablando con los chicos de la selección algunos afirmaban que si eras boxeador profesional, no estabas en la necesidad de hacerlo. Están equivocados, ya que a lo largo de la capacitación aprendí cosas que no sabía.
¿Por ejemplo?
– Desde que estoy dentro del gimnasio estoy “manopleando” pibes. Me preguntaron ¿por qué hacerlo? La verdad que en ese momento no sabía explicarlo. La realidad es que de esa manera se evalúa a un boxeador para tener un conocimiento de cómo está de cara a una competencia. Esas son cosas que te aporta esta clase de cursos y estoy muy contento y agradecido por haberlo hecho.
Al margen de la experiencia, en este deporte siempre hay que seguir aprendiendo y absorbiendo nuevos conceptos…
– Hay cosas del reglamento que te ayudan a ganar una pelea en el rincón. Los vendajes son un punto a tener en cuenta. Si se infringe una norma, mostrándolo a los fiscales, en el caso de que exista una irregularidad, deben darte la pelea ganada.
Los cambios de reglamente hacen que hoy, hasta que no se saquen las vendas, no se pueda dar el veredicto de un combate…
– Lo veo muy bien, es algo que se aplica tanto en lo profesional como en lo amateur. Si se venda al peleador entre los dedos, hay que hacerlo saber al fiscal y tiene que darte la pelea al margen que la perdieras durante el desarrollo.
Este título te da la posibilidad de ampliar su espectro y sobre todo, brindarle una seguridad diferente a tus pupilos…
– Por el momento no tengo profesionales, pero más adelante lo tendré. A Fredes ya le dije que no pierda más tiempo. Debe hacer dos peleas más para luego dedicarse al boxeo rentado que es lo mismo. La diferencia es que se pelea sin cabezales y hay que cuidarse un poco más.
¿Cómo se proyecta el año en cuanto a la organización de festivales?
– Creo que lo más importante es lo que tiene que ver con los chicos que están a un paso de hacerse profesionales. Tanto Emanuel Fredes como Martín Torraco están terminando todos los estudios para que se le abale la posibilidad de entrar en el campo rentado.
Ahora que tenés el título ¿vas a encarar tu carrera como entrenador de otra manera?
– Tengo muchas cosas en la cabeza. Primero que nada, me gustaría comenzar a formar nuevos proyectos. Para eso necesito un espacio, porque el que tengo hoy en día es rentado, por lo que debo apuntar a trabajar con la gente que hace boxeo recreativo. Quiero contar con un lugar en donde pueda apuntar a los chicos que andan en los barrios. Juntarlos para que se acerquen, sin cobrarles un peso, para formarlos. Si contara con eso, le diría que vengan, sobre todo a los chiquitos, que son el semillero de cualquier deporte.
¿Por qué no hay recambio?
Es una cuestión simple. Hoy al pagar un espacio, debo trabajar mucho con los que hacen recreativo, quienes pagan la cuota y me permiten alquilar el lugar. Si tuviera ese lugar, además apuntaría a los pibes de 10 ó 12 años para trabajar con ellos. Lo repito, sin ningún interés económico.
P.L.P
