El término “arqueología industrial “la disciplina que estudia el patrimonio industrial recién se empezó a utilizar en 1955 a raíz de la destrucción de una estación de trenes en el Reino Unido.
Pero recién en 1963 se definió de esta manera “es el descubrimiento, catalogación y estudio de los restos físicos de las comunicaciones y del pasado industrial “.
A partir de ahí, varios historiadores más le dan un enfoque más ligado a la valoración histórica patrimonial y a su conservación.
Según ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de la UNESCO) el patrimonio industrial se compone de “los restos de la cultura industrial que poseen valor histórico, tecnológico, social y arquitectónico. Estos restos consisten en edificios, maquinarias, talleres, fábricas, así como los sitios en donde se desarrollan las actividades sociales relacionados con la industria como las viviendas.
Con el tiempo fue superado y paso de ser una disciplina académica para convertirse en un movimiento que aglutina sentimientos y actitudes vitales.
Y esto que tiene q ver con Bolívar pensaran ustedes…y mucho.
Acá tenemos un par de construcciones que podemos considerar dentro de la denominada arqueología industrial, y son todas del ferrocarril.
Ferrocarril que se inauguro el 11 de abril de 1898 con la primera locomotora y el 31 de Julio de ese año con el primer tren de pasajeros, ramal que correspondía a la Empresa inglesa Ferrocarril del Sud.
Cuando asume la presidencia el General Perón(1946) este decide nacionalizar los ferrocarriles y cambiar el nombre de los ramales entre los años 1946-1948.
A cada uno les impuso el nombre de un héroe de nuestra patria que tuviera que ver con el trayecto de las vías que estas recorrían.
Por eso el que va al norte se llama Belgrano, el que va a San Juan, Sarmiento, el que va a Mendoza, San Martin, el de la Mesopotamia Urquiza y el que va al Sur, Roca , que es el nuestro.
Pero para poder algún día llegar a conservarlas es necesario impulsar una ordenanza que las proteja, no solo a esas estructuras sino a varios edificios históricos de nuestra ciudad.
Que trate de la conservación del patrimonio edificado y natural, que hace a la esencia de los pueblos, a la memoria de los mismos…y a la memoria de los que caminamos la ciudad día a día.
¿Quién no ha sacado una foto de la hermosa garita de estilo inglés del paso a nivel de la calle Edison – De Lucia?
Construida luego de inaugurado el FFCC en Bolívar…más de 120 años ahí…testigo del pasar y crecimiento de la ciudad. Casi intacta, pero quesería muy bueno arreglar o “poner en valor” como se estila decir ahora.
Bien típico inglé… con su ladrillo con junta, con su piso superior de madera, con sus detalles en hierros, con el techo a dos aguas.
Y más aún son los tres tanques de agua, dos de ellos más viejos construidos prácticamente en los inicios del ferrocarril en Bolívar, y otro más nuevo.
Una lástima que se pierdan o se estropeen como el de la continuación de la Avenida Alsina que ya tiene signos de deterioro.
Junto con la rotonda que se usa para dar vueltas las locomotoras, estas estructuras fueron traídas desde Inglaterra, construidas por una compañía que trabajo mucho en la Argentina en la construcción de las vías férreas, puentes y demás estructuras de hierro que eran necesarias para el crecimiento ferroviario.
La compañía inglesa se llamaba Patent Shaft & AxletreeCo.Ltd., fue creada en el año 1884 y los tanques y rotonda de Bolívar son de 1901.
Esta misma empresa realizo una de las principales obras en la Pcia. de Buenos Aires que es el puente de 7 tramos sobre el arroyo Sauce Grandeen las cercanías de Bahía Blanca. una joya de la arquitectura industria ferroviaria.
Realmente con muy poco se pueden mejorar esas estructuras. Lavarlas, pintarlas e iluminarlas… y tenerlas como referencia e hito urbano de una historia que ya fue; pero que fue nuestra.
¿O alguno no alcanzo a jugar algún torneo de baby futbol en la canchita que estaba pegada al tanque de la Av. Alsina y que organizaba José “gordo” Fiscina?
Quizás quede para más adelante el tema del edificio de la estación….
La memoria de los pueblos está en sus calles, en sus casas, en su olor, en su gente.
