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Héctor Pacho se fue de Bomberos, entre el dolor y el orgullo

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El escribano Héctor Samuel Pacho es, luego de más de 50 años dedicados a la institución Bomberos Voluntarios de Bolívar, algo así como un sinónimo de la misma.

Es conocida la anécdota de su ingreso a la Comisión Directiva, que se produjo luego de haber sido rechazado su intento de sumarse al cuerpo activo, en épocas ya tan pasadas que cuesta a los mayores recordar. Eran los tiempos aquellos cuando el autobomba número 1 aún estaba en el terreno de los anhelos, cuando los incendios eran atacados con la misma pasión personal que hoy pero sin tecnología, casi sin recursos.

Pasó por todas las comisiones directivas en los últimos 52 años ocupando diferentes cargos hasta que finalmente fue nombrado presidente de la institución. Fue secretario, vicepresidente, vocal; pero en muy pocas oportunidades ejerció la Presidencia, cargo que ocupa desde hace 4 años cuando, en la asamblea realizada en ese momento, fue erigido como tal.

Hace muy pocos días tomó estado público que Héctor Samuel Pacho se desvinculaba de la comisión directiva de Bomberos habiendo presentado su formal renuncia mediante una carta que expresa duros conceptos. Esto constituye una verdadera noticia, ya que no es común que una persona perdure tanto tiempo en una institución y mucho menos lo es que se vaya de esta forma. Por ello visitamos ayer a Héctor Samuel Pacho para conocer los motivos de su desvinculación. Lo que sigue es, casi sin preguntas, su palabra expresada con mucha tranquilidad pero no sin angustia.

“El tema es así: yo ya tenía pensado irme de la Comisión Directiva. En la última asamblea en la que fui electo presidente les dije a todos que yo ya no  quería seguir mucho tiempo más. Pero había algunos problemas sobre a quién elegir. No había un gran convencimiento en ese momento sobre la figura de Franco Canepare (que era la otra persona con posibilidades), por lo que decidí aceptar continuar con la presidencia y Canepare secretario. Al tiempo Canepare me dice que no quiere continuar con la Secretaría y que le interesaba ser vicepresidente. A mí no me pareció mal y le dije que tratáramos el caso en la Comisión, como se debe. Todos sabíamos que Canepare era sin dudas el próximo presidente. Yo personalmente lo llevé a la Federación, lo presenté en muchos lugares. El candidato firme era y es él.

“El tema se trató en Comisión y nadie puso objeciones. La vice presidenta era Norma Arana, quien aceptó el cambio de función. De modo que ella pasó a ejercer la Secretaría y Canepare la Vicepresidencia, como es hasta hoy.

“Como yo tenía pensado irme, en Enero del año pasado pedí una licencia hasta Septiembre. En Septiembre se hace la Rural y a mí me gusta mucho participar de ese acontecimiento. Pero en Mayo me mandan una carta llamándome a reunión por una Declaración Jurada que yo había firmado. La verdad es que, hasta ahí, no tenía memoria de ello. Pero por supuesto fui a la reunión. Como nunca, en esa reunión estaban todos (los integrantes de la Comisión Directiva). Canepare (que estaba en ejercicio de la Presidencia por licencia de Pacho) me informa que yo había firmado una Declaración Jurada ante el Ministerio de Seguridad en la cual había que manifestar si tenía algún juicio pendiente. “Pusiste que no tenías ninguno y sí tenés juicios pendientes”, me dijo, aduciendo que eso podría traerle algún inconveniente a la institución, ante lo cual les informé que sí, que tenía un juicio pendiente y que hicieran lo que correspondiera. Yo estaba de licencia que, como dije, se vencía en Septiembre. En ese mes fui a la Rural y a la primera reunión Canepare dijo que él no estaba de acuerdo en que yo continuara con la Presidencia por esas razones que ya expliqué. La verdad es que me enojé un poco; pero por consejo de algunos de los integrantes de la Comisión volví a pedir licencia hasta el 9 de Marzo de este año. Ello pensando en que venía la próxima Asamblea y allí terminaría esta cuestión con la elección de nuevas autoridades. Puse 9 de Marzo por poner una fecha, podría haber sido el 10, el 24 ó el 30. Me daba lo mismo. El 27 de Febrero recibí una carta en la que me indican que debía pedir licencia hasta la Asamblea y que, además, no puedo concurrir a la misma. La verdad que el pedido de licencia es una facultad personal mía. Ellos pueden pedirme la renuncia y hasta expulsarme si quieren, pero no pueden obligarme a pedir licencia.

“Ante este verdadero manoseo decidí directamente presentar mi renuncia y chau, a otra cosa. No creo merecerme ese trato ya que yo voy (o iba) todos los días al cuartel. Alguien podría haberme dicho las cosas de otra manera y resolver esto en mejores términos para la propia institución. A mí, en realidad, no me afecta mucho; pero no es bueno para nadie y menos para el propio Canepare ponerse en boca de todo el mundo. Que quede como el que me echó, cuando yo ya me estaba yendo”.

¿A qué atribuye Ud. esta actitud?

“A las ganas de ser presidente de Canepare. Yo no tengo ningún tipo de problemas personal con él. Al contrario, siempre lo ayudé, porque entiendo como casi todos que es el mejor candidato a la Presidencia. No hay otro. Es el candidato natural, es un chico muy preparado, conoce a la institución al detalle. Si alguien me escuchó hablar del próximo presidente, seguro escuchó el apellido Canepare. Como lo sigo diciendo. Se me ocurre que lo que influye en todo esto es la ambición de ser presidente antes de tiempo.

“Yo siempre critico dos cosas que no deben hacerse en la institución. Una es la injerencia de la comisión directiva con la Jefatura del cuerpo activo. Son dos cosas separadas. Las decisiones del jefe deben ser respaldadas por la comisión. Por supuesto que tiene que haber diálogo, sobre todo frente a decisiones muy importantes.

“La otra es meter la política dentro de la institución. Cuando entra la política comienzan los problemas”.

¿Ud. sospecha entonces que su apartamiento obedece también a cuestiones políticas?

“La están manejando. Hoy son casi todos peronistas, salvando algunas excepciones. Y no me molesta que lo sean, porque he convivido con muchos peronistas a lo largo de tantas comisiones, pero nunca llevaron la política adentro de la institución. Hoy hay muy poquitos dentro de la institución que no están militando en política. Y los que van a entrar responden a su misma mirada política”.

Toda esta situación, ¿impacta en el trabajo del cuerpo activo?

“No. Para nada. Puede haber alguna disconformidad; pero además no veo por qué debieran afectarse. Yo tengo mucho respeto por el bombero, que es el alma verdadera de la institución. Las discusiones de la comisión son pavadas en relación al trabajo que hace un bombero. Nadie tiene que salir a defenderme ni hacer ningún acto a mi favor. Ellos cumplen con su función y la comisión con la suya”.

Sin embargo, supongo que es un tema que se ha comentado dentro del grupo de los bomberos…

“Si, por supuesto. Es inevitable. Y algunos han venido a saludarme. Tengo incluso una versión que me llegó. Indica que alguno piensa que puedo hacer otra lista y presentarla en la Asamblea y sé que también me votarían. Pero de ninguna manera lo haré. Estoy muy lejos de eso. Hace 53 años que estoy ahí adentro y ya es tiempo que me retiré”.

Es un momento bastante duro para Ud., porque después de 53 años de concurrir todos los días al cuartel ya no irá más…

“No iré más. Al menos mientras estén allí algunas personas con las que nos miremos mal. Comeremos algún asado fuera del cuartel con la gente con la que me une afecto. Pero no importa. La única satisfacción que me queda interiormente es que ví nacer a la institución, hicimos el cuartel, pusimos plata personal para hacerlo, viajamos a todos lados poniendo nuestro tiempo, nuestro auto y nuestra plata para hacerlo, no como ahora, trabajamos mucho durante muchos años y siempre digo que, por haber estado al lado de Barnetche, pudimos conseguir más de 500 hectáreas para la institución que no le tocaban a Bomberos. Y lo mismo, haber convencido a Dora Giménez que le deje las 5 casas a la institución, creo que es un aporte, algo que personalmente le dejo a Bomberos. Respecto a esta última donación, hay testigos que pueden dar fe de que Dora quería legarme esas propiedades a mí y que, al contrario, terminé convenciéndola que fueran para Bomberos”.

 

A Pacho lo bajaron una vez del autobomba hace 53 años, por una travesura juvenil que ya hemos narrado en este diario. Pero él entiende que nadie lo bajará de Bomberos porque esa institución es parte de su vida. Aunque a la nueva autobomba, que hoy sábado se presenta en sociedad y que fue comprada durante su Presidencia, deba conocerla en la calle.

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