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jueves, 28 de marzo de 2024
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Fue presentado el libro “Eva, el busto”, de Miguel Angel Gargiulo

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Escrito por el sociólogo e investigador Miguel Ángel Gargiulo, el libro Eva, el busto, fue presentado el viernes a la tarde en el Cine Avenida, ante un muy buen marco de público compuesto por familiares y amigos del autor e interesados en general.
El autor conversó con la comunicadora social Daniela Roldán, que le propuso tópicos y preguntas para que compartiera la génesis, propósitos y desarrollo de un libro que se tornará indispensable para los buscadores de la verdad histórica de nuestro pueblo, ya que hasta ahora carecíamos de una investigación que echara luz sobre un episodio ocurrido en septiembre de 1955 que la memoria colectiva fue deformando al influjo de las pasiones políticas.
En rigor, el busto a Eva no fue arrancado y paseado por las calles de la ciudad, como algunos han creído todo estos años, durante el fin de semana del viernes 16 al lunes 19 de septiembre, cuando la autodenominada revolución libertadora derrocó el gobierno constitucional de Juan Perón, sino atacado con brea la tarde del 16 y, a partir de ahí, custodiado hasta la madrugada del lunes, desde la terraza de la CGT, que estaba arriba de la actual oficina de la Sociedad Española, por Donato Genovese y Víctor Tello, quienes armas en mano garantizaron que nadie se llevara la estatua-símbolo del peronismo. (La foto de portada, en la que aparece el ícono enlodado, fue tomada por encargo del propio intendente de entonces, Manuel Chatruc, del PJ, ese atardecer de viernes muy poco primaveral.) El busto se hallaba ubicado frente a la municipalidad. Pasado ese oscuro y sangriento fin de semana, las cúpulas justicialistas locales resolvieron el operativo resguardo ya que temían que la construcción fuera ultrajada, conforme las noticias de lo que ocurría en buena parte del país acerca del enloquecido paso de una ‘revolución fusiladora’ que se había empeñado en mutilar toda marca peronista sobre la piel de país.
El mencionado Donato Genovese fue una figura fundamental en el proyecto de Gargiulo, al que aportó su testimonio, sus fotografías y su compromiso vital desde el primer día. En algo más de doscientas páginas, y en tono coloquial y entretenido, el volumen arma el mosaico de esta historia a través de la palabra de sus protagonistas y testigos, más material de archivo y el complemento de las imágenes que aportaron vecinos de la ciudad.
Eva, el busto, hace referencia asimismo a otros espectaculares sucesos acaecidos en Bolívar durante los años posteriores al fin de semana del 16 a 19 de septiembre de 1955, como el ocultamiento de la estatua por parte de los propios militantes, que la enterraron -o mejor y más poéticamente dicho, sembraron- en un campo durante diecisiete años. Recién en 1973, en el marco de la apertura democrática, el busto fue rescatado y emplazado donde está hoy, a instancias del intendente ‘Pancho’ Ravassi. Por poco tiempo: en el ‘76 la nueva dictadura se lo volvió a llevar. Hasta que en 1983, el intendente de facto, Eberhard, le propone al peronismo recuperarlo (había estado guardado en la municipalidad), cuando el retorno a la vida democrática ya era un hecho. Sin embargo aún gobernaban los milicos, por lo que se acordó que el PJ se llevara el busto, que recién fue recolocado en su sitio en 1984. En esa ocasión, y mientras la ciudad era gobernada por el radical Alfredo Carretero, la movida fue acompañada por todo el arco político local, en un hecho a destacar.
El trabajo de Gargiulo tiende también una mirada más genérica sobre el peronismo y su implicancia en la vida del pueblo al que pertenecemos y en la historia argentina como máximo movimiento de masas, dentro de lo cual deben leerse los episodios de intolerancia y lisa y llana barbarie contra sus símbolos y sus adherentes que, con diversas formas, algunas paradójicamente republicanas, llegan hasta el presente. Justamente, su tesis es que se echó a rodar en Bolívar que el busto fue arrancado y arrastrado por las calles de la ciudad como una manera de simbolizar que ese era el destino que merecía una mujer ‘arrastrada’ como Eva, en la mirada de nuestra recalcitrante derecha vernácula que jamás toleró ni tolerará a la ‘abanderada de los humildes’ precisamente por ser eso, abanderada de los humildes. El volumen, describió Roldán durante la presentación, deja un sabor dulce y una esperanza que invita a la militancia.
El proceso de labor le insumió al escritor unos diez años, y en el camino se le rompieron tres computadoras con información vital que tuvo que reconstruir. Pero como en la historia que cuenta, radiante y guerrero el busto se las ingenió para aflorar. En el camino, también, la idea cobró forma teatral a través de Artecon, que en los últimos dos años ha llevado a tablas dentro y fuera de Bolívar la obra Los custodios.
Eva es el décimo libro de Miguel Gargiulo, ya un autor fundamental de nuestra historia como ciudad, alguien a quien es indispensable leer para saber quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos. Y es además su obra más ‘sociológica’, en el propio decir de un hombre que nunca ha dejado de considerarse un periodista.
Eva, el busto, fue puesto a la venta en el hall del Avenida tras la presentación del viernes, y seguirá a disposición de los interesados, a 360 pesos, a través del propio Gargiulo y seguramente también en librerías locales. Publicó Impresiones Centro, colaboró como correctora Daniela Roldán y la municipalidad sumó su aporte prestando el Cine.
Chino Castro

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