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miércoles, 24 de abril de 2024
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La pureza de lo impuro

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En voz y guitarra, y en algunos casos acompañada en bajo por el también bolivarense Mauro (Maro) González, Maia (Mariana) Acosta se presentó el viernes pasado en un patio de la ciudad (Olavarría 373, casa de Gabriela Apestegui), con nuevas y viejas canciones propias más un par de versiones de clásicos, por ejemplo Lago en el cielo, de Gustavo Cerati. En otro segmento de un encuentro que también incluyó una feria de libros, acompañó en guitarra a González en la interpretación de su material (también propio). Esta vez no hubo piano para ella, que es básicamente pianista, cantante y cada vez más una sólida compositora.

Una noche más tarde, la ex Debotchas y ex Malaya se subió al escenario de Rafael Doorish en el lanzamiento de un nuevo patio cultural de la ciudad, Monte Adentro, territorio del colectivo “Tierra Viva”.

Sus eneros en Bolívar son así: descansa mucho, todo lo que puede, pero sin dejar de aparecer artísticamente en los escenarios que haya disponibles. Sus eneros en su ciudad natal siempre traen además una entrevista con este diario.

 

“VENIMOS DE AÑOS DUROS”

¿Cómo fue para vos el 2019?

-Venimos de unos años duros y complicados, en general. Con una sensación de haber estado bancando la parada siempre ahí haciendo lo que uno hace, pero con muchas trabas y dificultades a nivel país. Una más o menos está en un lugar privilegiado y puede seguir haciendo lo que hizo siempre, yo con la música pude continuar llevando a cabo las mismas cosas, pero a mí alrededor vi una realidad muy poco alentadora. Y trabajando específicamente en las orquestas infantiles y juveniles de la ciudad (de Buenos Aires) tomás contacto con una realidad dura, porque el programa se desarrolla en los barrios más carenciados. Aguantando. Pero por suerte se logró seguir adelante con el esfuerzo de muchos profes, de los lutieres, que ponían plata de su bolsillo para arreglar instrumentos… Ese proyecto fue una muestra de la realidad que se vivía. Resultaron años difíciles, pero siempre he seguido con lo mío y apostando a lo mismo: realizar música original y trabajos que tengan que ver con eso. 

¿El proyecto de orquestas juveniles e infantiles va a continuar?

-Sí, el proyecto está más vivo que nunca, y con esperanzas renovadas. Es un proyecto que atesora veinte años, que ha pasado por muchas cosas. Hay momentos en que tiene un poco más de visibilización y de acompañamiento, sobre todo. Funciona solo, en realidad, pero el acompañamiento del estado es fundamental.

 

DISCO QUE TE QUIERO OÍR

Por fuera de eso, hace años que hablamos del lanzamiento de tu segundo disco solista, que parece siempre a un tris de ver la luz. ¿Será este año?

-Ahora tenemos una idea bastante concreta con respecto a eso, con Fefe Botti y Rodrigo Agudelo, con quienes toco hace más de un año. Hay un estudio de grabación que ya está listo, que tiene que ver con ellos, donde iremos a grabar. Es un proyecto amplio, que incluye a un sello discográfico y una unión de músicos que hacemos música independiente que no entra en ningún catálogo. Ya brindaremos más detalles al respecto. En cuanto al estudio, es un lugar tremendo que ya está casi listo, pertenece a un amigo de Fefe, también músico. Ahí están grabando el primer disco que se producirá en el sitio, que es de él (el propietario). Nuestra idea es entrar en febrero a grabar el nuestro.

 

¿Es decir que para el otoño tendremos el segundo disco de Maia Acosta Trío?

-Ya no se llamará más Maia Acosta, sino Ayün, un proyecto del trío abierto a que pueda modificarse. Ayün significa amor, pero más abarcativamente hablando, es ver belleza en todas las cosas.

 

¿Habrá canciones tuyas?

-Sí, será más o menos lo que se vio en el patio el año pasado, cuando vinimos los tres (el patio de María Marta Molfese y Julio Acosta, los padres de Maia y gestores culturales). Prácticamente es ese repertorio, temas más viejos y más nuevos, la mayoría hechos por mí pero otros por los tres, y también habrá algunos de Fefe y otros de Rodrigo.

 

O sea que el proyecto Maia Acosta mutó en algo más grande, si bien la idea original queda comprendida en este nuevo colectivo.

-Claro. Que se haya llamado Maia Acosta fue circunstancial, una cuestión de formas. Yo no soy estructurada, se llamaba así porque empecé sola, y luego se unieron Fefe y Leo, un baterista. Eso siguió transitando su camino de la misma forma, con el mismo concepto de trabajo, lo único que ha cambiado ha sido el nombre. 

 

Para muchos eso sería mucho: hay quien “mata” para que figure su nombre, pero a vos eso no te parece tan importante.

-Con el tiempo me fui sintiendo más cómoda con que haya un nombre colectivo y no individual. Hoy me identifica esto, y antes me identificaba aquello, aunque no era que debía llamarse a rajatabla Maia Acosta, capaz que sencillamente no apareció ningún nombre y quedó ese…

 

Mientras tanto, no ha parado de componer. A su ritmo, no es el Charly García de los enfiestados años ochenta porteños de pupilas dilatadas para siempre, pero su motor no se detiene. Crea para Ayün, pero también para otros espacios artísticos. “Hace tiempo tenemos un proyecto con Martín Arriza, integrante de El Enjambre (otro de los grupos integrados por Acosta), y ahí estoy escribiendo arreglos y músicas originales para berimbao, una cosa un poco extraña. Hacemos berimbaos afinados, hacemos melodías. Así que sí, siempre tratando de crecer.

 

Y no de sentar cabeza, que sería como ponerse viejo.

-Jamás seré una señora (risas, incluso de mesas cercanas en el café Miró, donde se desarrolló esta entrevista).

 

LA CANCIÓN ES LA MISMA

¿Cuál es el rumbo de tus nuevas canciones, estilísticamente hablando?

-Fue siempre la misma idea. He tratado de evolucionar, pero desde las Debotchas, la primera banda que integré, con la que compuse un tema por primea vez, agarré una guitarra y me dije que iba a inventar algo, sin mucha idea ni muchas limitaciones propias, hasta hoy, la idea ha sido la misma. Van cambando el conocimiento y las circunstancias, me fui en un momento hacia el folclore porque lo estaba aprendiendo, aunque el estilo puro me gusta escucharlo pero no me sale a mí, ni el rock puro, ni el pop puro, por eso me es tan difícil encajar en un lugar, o es tan complicado encasillarme. Por suerte hay un montón de gente que hace lo mismo. La búsqueda es que sea genuino y que no tenga fronteras, que un aire de chacarera pueda convivir con una canción más rockera o pop. Que se pueda.

 

Chino Castro

 

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