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“Sonreí, te estamos esperando”

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Posta de Faro, ubicado en Costanera y calle 40, es el parador más antiguo de la localidad de Claromecó.

Para su dueño, el bolivarense Agustín Gómez Ferrari, fue un camino que comenzó en 2011 pero que continuará por mucho más con la misma impronta que abarca la familia y el servicio de calidad, líneas transversales que han cruzado el proyecto desde el momento cero.

Junto a su esposa, decidieron licitarlo de manera amateur para consagrarlo uno de los más importantes de Claromecó “estamos tratando de hacernos profesionales en esto”. Cuando decidió comenzar a dirigir el parador, Agustín tenia treinta años y era una de las caras más jóvenes en un proyecto semejante “la idea es cumplir con los diez años de concesión directa y tomar los cinco siguientes” indica, regalándole mucho tiempo de su vida a la actividad.

Explica que se siente adulto en la jerga, aunque con un aprender constante. Además, su idea es seguir renovándose, para mejorar, crecer y nunca envejecer “los proyectos siempre van teniendo virajes por diferentes factores, económicos, tendencias de moda, etc.”.

La carta de Posta del Faro tiene características muy marcadas que la distinguen de las demás con un servicio gastronómico que va variando en pos de renovarse y poder ofrecer nuevas tendencias

La vida de ambos transcurre junto a la arquitectura, profesión que desarrollan cuando el trabajo del parador baja. Gracias a esa combinación en la que pudieron demostrar sus dotes es que “sale un buen producto, con un parador que tiene buena arquitectura, un balconeo y juego que responde a la ciudad y a la playa también”.

 

Su gran distinción

“Dentro del amateurismo que manejamos”, Agustín se encarga de la cocina que tantos veraneantes disfrutan a diario, el que se encarga de las compras, que intenta venderlo, el que cocina y el que lo produce.

Si bien durante el día la carta es más “minutera”, como una manera de continuar la jornada y mantenerse en la playa, a partir de las 20 se modifica para ofrecer un servicio más trabajado y gourmet con “una cocina que se elabora en el momento, ésa que tenés que esperar porque lleva sus tiempos”.

La carta de Posta del Faro tiene características muy marcadas que la distinguen de las demás con un servicio gastronómico que va variando en pos de renovarse y poder ofrecer nuevas tendencias como lo son la de la comida saludable, la de incorporar culturalmente platos que no son los típicos y la de cocinar sin sal para así acompañar y cumplir con los requerimientos del comensal “cocinamos sin TACC en un ochenta por ciento de la carta, y estamos desarrollando para que eso sea moneda corriente”, explica.

Agustín explica que la respuesta de la gente es positiva y ellos están contentos con lo que ofrecen “sabes con qué lo hiciste, la materia prima que incluiste, el amor, la dedicación, el orden, el diseño y el tiempo de cocción”.

Muchas veces es difícil poder disfrutar de ello ya que detrás de lo bueno que salió viene otro plato, hay más trabajo, orden para el otro día, producción para la semana, “es una adrenalina linda que al principio se transformaba en sudor, transpiración y nervios pero después vas aprendiendo”.

Agustín dice que al turista hay que cuidarlo, “sonreí, te estamos esperando debiera ser la frase a la que tenemos que atender; que la gente se sienta bienvenida”

El equipo de trabajo colabora en que todo salga como lo planeado y con los años han logrado “ya una mirada cómplice de saber cómo manejar las comandas grandes que tienen platos variados con diferentes cocciones y donde sabes que tenés que entregarles el plato a todos al mismo tiempo”.

Exigente y haciendo un paralelismo con el fútbol, relata que “tenés que acertar, tenés una sola final por mesa y la definición debe ser ganándola o mínimo empatándola, sino es un cliente que no vuelve”.

Turismo

Los años que hacen que Agustín atiende el parador, lo avalan para brindar una opinión respecto al turista de hoy en día. Explica que “va cambiando y mutando, renovándose y captando nuevas generaciones por lo que hay que implementar servicios y actividades que vayan acompañando eso”.

Agradecido y esperanzado dice que en Claromecó la costanera se ha modificado para bien, con un buen paseo y ve a las personas “haciendo footing que antes no hacia”, se les brinda estacionamiento, forestación y un paseo con luces.

Respecto a los directivos “funciona todo medianamente sobre rieles, hay oídos, nos escuchan a los que prestamos servicios y a los comerciantes, hay propuesta y unión”.

Por otro lado, como tanto otro comerciantes puntualizó en la idea primordial de mantener el turismo durante todo el año, “que no te piensen únicamente cuando hace calor sino como destino de todo el año”, mientras que dice que ahí están ellos para darle continuidad al servicio, no debiendo esperar a que llegue y se aburra sino ya esperar con ideas pensadas para ellos.

Un punto fundamental es extender la temporada que tan bien le hace a la localidad, “se necesita vida, que se asiente más gente para que el potencial y el ruido sea mayor, eso activa y hace bien”. Agustín dice que al turista hay que cuidarlo, “sonreí, te estamos esperando debiera ser la frase a la que tenemos que atender; que la gente se sienta bienvenida”.

Como una obra, todo debe ser perfecto: entre bambalinas hacemos toda la previa, que al abrir el telón tengan realmente el verano que soñaron así sea un día, un fin de semana, una semana o quince días, “tiene que ser perfecto”. 

            Fuente: www.lavozdelpueblo.com.ar

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