Diario La Mañana. San Carlos de Bolívar +54 9 2314 53 5776

jueves, 28 de marzo de 2024
17.4 C
San Carlos de Bolívar

Luis Mori, en cuarentena, recordando distintas etapas y pensando el futuro

- Publicidad -
- Publicidad -

En esta inusual y sorpresiva época de cuarentena, cuando la actividad toda se detiene y el deporte no está exento a las lógicas medidas que se han tomado para evitar la pandemia, es momento oportuno para charlar con aquellos protagonistas que no están inmersos en el día a día del deporte. Es raro englobar dentro de este grupo a Luis Mori, porque hasta hace poco tiempo era uno de los pilotos –y preparador- que representaba a Bolívar en el ámbito del automovilismo nacional.

Hoy la actualidad lo encuentra en una faceta más “tranquila” que en aquellos años, más “silenciosa”, pero el “Loco” sigue estando ligado a su pasión deportiva: los “fierros”.

En pleno momento “cuarentenario”, La Mañana renovó el contacto con Luis y habló de todo un poco, de aquellos años gloriosos de la peña “El 22”, de los vaivenes deportivos, del incendio que marcó un nuevo rumbo para él, y de sus actuales proyectos.

¿Te resulta complicado llevar adelante la cuarentena, Luis?

-Y…ahora estoy en casa con las nenas, porque Lorena (su esposa), al trabajar en Desarrollo Social, tiene que estar ahí todo el día. Así que estoy a cargo de las nenas, tratando de hacer todo como nos indican, para colaborar entre todos. No queda otra.

 

Para pasar las horas, ¿mirás alguna carrera de archivo?

– Sí, hoy (domingo) estuve mirando la repetición de la carrera de Turismo Carretera y otras cosas. Pero también le han dado muchos deberes a Nadia (una de sus hijas) y estoy ayudándola. Tiene que hacer elementos musicales y estoy entretenido ayudándola a fabricarlos. Cuando me queda tiempo miro sí alguna carrera…

 

¿Alguna de tu época en el TC Mouras?

– No, porque a esas las tengo grabadas en cassets, en una caja, pero no tengo videocasetera. Tengo sólo algunas que me pasaron en formato digital, pero no es mucho material.

 

Esa época, en la que llegaron a correr en TC Mouras¿fue la mejor para la peña El 22?

– En cuanto a nivel de categoría, sí lo fue, pero en cuanto a resultados no… Estábamos muy al límite, corríamos con un presupuesto mucho menor al que manejaban todos los que estaban peleando la punta del campeonato. La escala en el presupuesto fue muy importante cuando saltamos de categoría, y cuando empezamos a ver la realidad, y comparábamos nuestro presupuesto con el del resto, estábamos muy lejos.

Donde mejor resultados obtuvimos fue en el TC Rioplatense…

 

¿Recordás cuántos años estuviste corriendo en esa categoría?

– No con exactitud, pero ha de haber sido desde el 2005 ó 2006 hasta el 2011…Casualmente hace un momento, desde una página de Facebook de la categoría llamada La Espumita Quilmeña, pedían que enviemos fotos y yo mandé una del año 2008, cuando estaba en un podio con el “Gordo” Jack y Martín Lema.

 

Ahí sí obtuviste resultados e incluso peleaste el campeonato…

– Al campeonato del Rioplatense lo iba ganando hasta que me pasé al Mouras. En la temporada anterior había terminado con el “4”, empecé ganando la primera carrera y hasta mitad de campeonato iba puntero, hasta que tomamos la decisión de dejar e irnos al Mouras porque nos era imposible correr en las dos categorías. Nos llevó un año “y pico” tener el auto listo, ya que fue muy difícil por una cuestión económica.

 

En esa época ya no estaban en el taller de la avenida Belgrano sino en el de la avenida Mariano Unzué…

– Claro, estábamos en el galpón de Mario Ducasse, al lado de la YPF de Siervo.

 

No fueron tantas las carreras que llegaste a hacer en el Mouras. Recordamos que ese auto, en las primeras carreras, prácticamente no tenía publicidades…

– Claro… Hice unas diez o doce carreras, más o menos una temporada.

 

¿Qué hicieron después?

– Después empezamos a hacer un auto nuevo cuando se produjo el incendio, en el taller propio. Al auto lo teníamos alquilado en Olavarría, donde lo corría Lucas Pensa y después Lucas Godoy, el chico del Bingo Quilmes… Después empezó a correrlo “Tito” Kriger, lo sacamos campeón, y se dio lo del incendio y se terminó todo porque no nos quedó nada. Igualmente llegué a armar otro auto con lo poco que teníamos, incluso llegamos a correr “la Hora” con Tito y la ganamos…

Ese es el auto que ahora estoy armando. El motor ya está todo listo y ahora estamos trabajando sobre el chasis.

 

Recordando aquellos años previos al incendio, qué manera de juntar gente en las peñas Luis…

– Y…fueron épocas muy lindas. Llegábamos a juntar más de cien personas, aunque hacíamos cenas todos los jueves, y eso fue un record de gente…

 

A partir de esos años te codeaste con pilotos y preparadores de nivel nacional…

– Sí, y sigo en contacto porque estoy yendo siempre a Buenos Aires y me arrimo a los talleres… Eso es muy bueno porque la realidad marca que las mejores cosas están allá. Uno tiene que estar atento a eso,adonde están los profesionales, que viven de la actividad, y donde hay uno o dos ingenieros por equipo que están desarrollando elementos continuamente. Al que les gusta los “fierros”, siempre aprende algo…

Siempre estoy en contacto con Alejandro Garófalo, donde está el auto de Mauro Giallombardo que el año pasado corrió el “Pato” Silva… También voy al taller de Omar Wil-ke; si bien Omar lamentablemente falleció, su yerno continúa su trabajo, y siempre estoy con gente hace árbol de levas, en distintos talleres de Capital Federal…

 

Raúl Carbajo fue uno de los que te contactó con esta gente…

–           Sí, él nos posibilitó llevar el auto a la Facultad de Pacheco, donde trabajaba un muchacho que dictaba cursos de Canapino. A partir de ese momento nos vinculamos con ellos para  atender distintas cuestiones sobre trabajos en el chasis… Raúl también fue quien nos presentó a Omar Wilkes, y a partir de entonces empezamos a andar en Buenos Aires y se nos fueron abriendo puertas… Así fue como llegamos hasta lo del Polaco Herzeg, quien nos hizo un semi armado y nos enseñó muchas cosas que yo después traía al taller de los Lozano para seguir aprendiendo y experimentando.

Fueron muchos años de pagar derecho de piso porque todo era nuevo y estábamos en un nivel bastante competitivo. Gracias a Dios, se fueron abriendo esas puertas que nos acortaron mucho los caminos…

 

El incendio marcó un antes y un después para la peña…

– Sí, sin dudas, porque fue tan grande que hubo que empezar todo desde cero. Tuvimos que levantar de nuevo el taller, pero todo lo que se había hecho durante más de diez años en motores y distintos elementos y herramientas lamentablemente se perdió… Era muy difícil arrancar de nuevo, y si bien continuamos, fue haciendo autos de calle.

 

Sólo quedó en pie el auto que actualmente estás armando…

– Claro, ese auto se salvó un poco del incendio porque no estaba abajo del altillo, así que no se le cayó encima. Se le cambió el techo y la chapa, se arenó por completo y fuimos a correr a Olavarría. En la primera carrera se nos rompió el motor porque la tapa de cilindros se había dilatado tanto por el calor que se le salían las guías de válvulas con la mano… Se nos cortó una válvula y abandonamos. Después pudimos reparar eso entre otras cosas que lógicamente no habíamos tenido en cuenta porque nunca nos había pasado sufrir un incendio, y fuimos a correr “la Hora” con Tito Kriger y la ganamos muy bien. La verdad que el auto funcionaba muy bien… En ese momento ya se terminaba el año, Tito quiso dejar de correr y nos quedamos parados. Hoy ya hace siete años del incendio…

 

Hasta en el plano personal te cambió el rumbo ese incendio. Hoy ya no trabajás en el taller…

– Claro, hoy lo tengo alquilado y no puedo dedicarle tanto tiempo al auto como corresponde. Hoy tenés que estar encima y atento a todos los detalles de un auto o moto de competición, al menos si uno tiene intenciones de ir a ganar… Hace ya unos tres años que vengo armando el auto, tratando de que quede de la mejor manera cuando esté listo, para hacer alguna carrera en el Rioplatense…

 

¿Dónde lo tenés?

– El chasis está en el taller de un muchacho de La Plata, que se dedica a fabricar autos de carrera y me está dando una mano, aunque tiene mucho trabajo y tampoco cuenta con tiempo. Al motor le hice una parte acá y otra parte me lo hacen también en La Plata, donde quiero centralizar todo para ahorrar todo el movimiento del micro si tuviese que salir desde acá. Estoy tratando de evitar todo tipo de gastos para poder correr…

 

¿En estos días de cuarentena no aprovechás para adelantar algo de trabajo en el taller? Lo tenés en tu casa…

– Sí, vamos a ver cómo se sigue dando este tema, que sobrepasa todo lo demás. Ahora está cerrado porque no están trabajando y yo ahí tengo el torno como para ir adelantando ciertas cosas; pero como dije al principio, estoy a cargo de mis nenas ya que mi señora trabaja todo el día en Desarrollo Social.

 

Cuando esta pandemia quede atrás, ¿qué sería lo próximo para hacer en el auto?

– Estoy terminando de hacer los porta rótulas, ya que ahora los autos se pueden rotular adelante… Viene mucho trabajo de tornería y a eso lo hago todo yo. Hay que trabajar bien en el tren delantero, tengo que hacer las dos parrillas inferiores, y después ir llevando las cosas a La Plata para ir armando allá. Una vez que esté todo bien probado y bien medido, habrá que darle una mano de pintura para quede listo.

Como dije, iríamos al Rioplatense, una categoría zonal más o menos accesible para poder “meterle mano” uno mismo al auto. En otras categorías, los presupuestos que manejan son imposibles de alcanzar.

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

Más Leídas

Edición Impresa

- Publicidad -
- Publicidad -
spot_img
spot_img