Desde ayer el municipio extendió el horario comercial en esta pandemia hasta las 18 horas. Fueron dos meses y algo más de horario reducido hasta las 16 horas, en particular para las denominadas actividades esenciales, porque hubo otras que abrieron hace relativamente poco.
Lo que se notó ayer respecto de este cambio fue bastante poco. La gente como que se acostumbró a dar el corte a las 16 y ya entre las 16 y las 18 horas había poca gente en la calle, incluso muchos comercios cerrados, que tomaron como modalidad el horario corrido de 8 a 16 y que seguramente lo corrijan recién cuando todo esto pase y tengan la libertad de abrir y cerrar cuando quieran.
En el rubro carnicerías, por ejemplo, fue muy difícil encontrar una abierta después de las 16, mejor dicho antes de las 18. Para las 17 horas, la gran mayoría ya había cerrado sus puertas. Con las panaderías pasó más o menos lo mismo, en el caso de las céntricas con mayor cantidad de personal, en algunos casos optaron por continuar con el horario de las 8 a las 16 y las dos horas que siguieron quedaron sólo los propietarios al frente del negocio.
Los supermercados, por ejemplo, extendieron el horario casi hasta las 18 horas. La mayoría cerró media hora antes para poder hacer la caja, reponer, limpiar y dejar ir a su personal no más allá de las 6 de la tarde. La Cooperativa Agropecuaria, por ejemplo, tuvo ese mismo criterio con la ferretería, que es de las más visitadas de la ciudad; hasta las 17.30 tuvo sus puertas abiertas.
Se dice que la normalidad a la que estuvimos acostumbrados desde siempre tardará en volver, posiblemente no regrese en este 2020 para todos, en especial para los adultos mayores.
Mientras tanto, vamos buscando adaptarnos a una “normalidad” reducida, y en el camino a lograrlo nos cuesta desprendernos de lo que hicimos en estos 70 días. De a poco nos iremos acostumbrando al cierre a las 18 horas; pero va a costar.
Angel Pesce
Foto: Javier Costa Fotografias.
