Colaboración:
Teresa de los Angeles Turrión, Teresita
“Así como los sacerdotes al derramar el bautismo sobre la cabeza del párvulo lo hace miembro de una congregación y lo liga a dios, el maestro de escuela, al poner en manos del niño el silabario lo constituye miembro integrante de los pueblos civilizados y lo liga a la tradición escrita de la humanidad…”
Domingo Faustino Sarmiento
Oración del Maestro
“Dios, nuestro Padre,
tú que eres el Maestro supremo
y enseñas al hombre la verdad,
bendita sea Tu palabra,
toda ella hecha de Amor.
Haz de mí tu eco
y permíteme sembrar el bien.
Dame pasión por la belleza
y conforta mi corazón
con tus mandamientos.
Ofréceme el don de transmitir,
enseñar y corregir e
indicar tus caminos.
Guía mi mente con tu luz
y que mis manos obren siempre
con suavidad y cariño.
Dios, nuestro Padre,
pequeño y débil soy a tu sombra,
permíteme cumplir mi difícil misión.
Bendita sea tu misericordia,
llena de enseñanza.
“Los maestros de escuela son en las sociedades modernas los artífices a los que les está confiada la obra más grande que los hombres pueden ejecutar;
La de terminar la obra de la civilización del género humano, comenzada en los albores de los tiempos primitivos…”
“Esta es la obra del maestro de escuela. Obra sublime pero humilde, humildísima; que no lo olviden quienes tan santo ministerio desempeñan. ¡ellos son los pequeños, pequeñísimos instrumentos capaces de producir maravillosas transformaciones!”
Domingo Faustino Sarmiento
¡Feliz día para todos las maestras/os que fueron, que son y los que se están formando para serlo!