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Pablo Díaz según Miguel Gargiulo, una opción para conocer la historia

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Un día como hoy, 44 años atrás, estudiantes secundarios con militancia activa comenzaban a ser secuestrados por la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en los que serían los primeros meses de la trágica Dictadura Militar que azotó nuestro país. La noche de aquel 16 de septiembre de 1976 y días sucesivos –hasta el 21 de septiembre- un total de 10 jóvenes de entre 16 y 18 años, integrantes de la Unión de Estudiantes (UES) y de la Juventud Guevarista, serían a partir de allí los tristemente protagonistas de la llamada ‘Noche de los lápices’.

Según la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), “los adolescentes secuestrados habrían sido eliminados después de padecer tormentos en distintos centros clandestinos de detención, entre los que se encontraban: Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5ª, 8ª y 9ª de La Plata y 3ª de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires”. Muchos de ellos habían participado, durante la primavera de 1975, en las movilizaciones que reclamaron y obtuvieron el Boleto Estudiantil Secundario.

Francisco López Muntaner, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini y María Claudia Falcone aún hoy permanecen desaparecidos (se presume que habrían sido fusilados en los primeros días de 1977). Cuatro de ellos sobrevivieron: Patricia Miranda, Emilce Moler, Gustavo Calotti y Pablo Díaz. 

El caso tomaría notoriedad pública en 1985, durante el Juicio a las Juntas, cuando Pablo Díaz dio testimonio de sus vivencias en el tiempo en el que estuvo en cautiverio y fue torturado por los represores. Durante parte de ese periplo, el joven pudo escribir numerosas cartas a su familia, documentos ineludibles que narran en primera persona lo que estaba viviendo, cartas que se transformarían en insumos para el libro que sobre él escribiría Miguel Angel Gargiulo, escritor, periodista y sociólogo bolivarense.

Miguel contextualiza. “La noche de los lápices fue un operativo en el que secuestran diez militantes de la Unión de Estudiantes (UES) de La Plata, seis de los cuales permanecen desaparecidos y cuatro sobreviven: Patricia Miranda, Emilce Moler, Gustavo Calotti y Pablo Díaz. Pablo Díaz está preso desde el 21 de septiembre de 1976, cuando lo secuestran, hasta el 19 de noviembre de 1980, cuando lo liberan. A él lo ‘blanquean’ a fines de 1976, es decir, lo pasan a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, pero queda detenido en la Unidad 9 de La Plata. Primeramente pasó por los centros clandestinos de detención Arana, el Pozo de Banfield”.

“Estando en la Unidad 9, Pablo comienza a vincularse con la familia mediante cartas y en ese contexto escribe cientos de ellas (NdelR: las tiene todas Miguel). Cuando en 1983 vuelve la democracia y se realiza el Juicio a las Juntas dos años después, Pablo se presenta a declarar en forma espontánea (fue el único que lo hizo, de los tres sobrevivientes restantes dos estaban en el exterior y la restante residía en Mar del Plata)”, prosigue. “Mientras Pablo declaraba, en primera fila estaba el periodista de la Revista Humor, Héctor Ruiz Núñez, y María Seoane, una socióloga muy joven por ese entonces (quiénes en 1986 publicarían en co-autoría el recordado libro “La Noche de los lápices” – que luego fue llevado al cine-). También estaba Luis Eduardo Duhalde, abogado defensor de los derechos humanos, “quien había regresado de España del exilio”. “En ese momento, cuando Pablo termina el relato se paran los tres y lo contactan. Le dicen que tenían una editorial, el diario Sur y la editorial Sur, muy importante, y le proponen escribir ‘La noche de los lápices’”, cuenta Miguel.

Cuando Miguel estuvo radicado en la capital bonaerense, la vida le presentó la oportunidad. “Un día, yo ya trabajaba en La Plata para una editorial, realizamos una exposición junto a una pintora platense, Bettina Galiffi; yo había escrito unas glosas sobre unos 25 cuadros suyos, una muestra que tuvo mucha repercusión.  Durante la muestra se acerca una mujer, Graciela Díaz, me dice que le había gustado lo que había escrito y que tenía algo que le gustaría que viera, ‘unas cartas que escribió mi hermano estando preso’. Hasta ahí no sabía de qué se trataba. Y el abogado de la familia me dice ‘¿Sabés quién es el hermano de ella? Pablo Díaz’. Ahí fue cuando me acercó las cartas”, recuerda.

De las cientos de cartas que Pablo Díaz escribió en su cautiverio, Miguel hizo una selección. “Elegí 86 cartas porque Goethe escribió ‘Las penas del joven Werther’ (1774), una novela sobre la base de 86 cartas en las que el personaje cuenta su amor por Carlota y como termina ese amor. Se me ocurrió así el título del libro ‘Pablo Díaz o la inversión de Werther’, porque lo invierte en todo sentido”, explica. Así se llama la obra que Miguel publicara en 2001,  ‘Pablo Díaz o la inversión de Werther’.

“Lo interesante en ese ida y vuelta con Pablo, que duró un poco más de un año, es que entendí cabalmente el movimiento estudiantil que comienza en el ’74 o ’75 en La Plata y es cortado abruptamente entre el 16 y el 21 de septiembre de 1976, porque todos los secuestros se dan en esos días. ‘La noche de los lápices’ fue el nombre del operativo y lo puso un milico.  Pablo me ilustra cuáles eran los distintos movimientos políticos representados en esos pibes, impensados hoy en pibes de su misma edad. Pablo militaba en un ala del Partido Revolucionario de los Trabajadores, la Juventud Guevarista. La politización que había en esos años era extraordinaria y llevaba a la reivindicación por los derechos, la cual ponía en jaque a la Dictadura. Por eso el golpe artero que hacen contra ellos”, expresa.

Miguel ya venía escribiendo lo que al final sería ‘Policronía’, el libro que retrata a los desaparecidos bolivarenses durante la dictadura, libro que le llevó una investigación de más de 5 años (desde 1999 hasta 2005), por lo que contaba con una base histórica que le sirvió de marco para este libro. Ello sumado a su militancia, su experiencia profesional en el terreno de las letras y su formación como sociólogo, terreno fértil para que floreciera una de sus tantas obras que son testimonio de la historia de nuestro país. “Dividí el libro en tres bloques. Uno en el que recorro la historia de la lucha epistolar, en el que se presenta la carta como un elemento de batalla, de transmisión de cultura; una parte donde cuento acerca de la trilogía que encarnaba a la dictadura como lo era la integrada por el grupo armado, las fuerzas civiles-económicas que acompañaban  y el rol de la Iglesia en esto –a Pablo, precisamente, lo salva la Iglesia, monseñor Plaza que, entre otras cosas, hizo matar a su sobrino-; y finalmente, la historia propia de Pablo Díaz, en primera persona, todo lo que acontece pre secuestro y durante su estadía secuestrado.  Para mí fue una experiencia única, porque tenía un testigo directo, una víctima del terrorismo de estado”, explica Miguel sobre la lógica inherente a la obra literaria en cuestión.

Paradojas del destino, el libro se presentó el 1 de diciembre de 2001, justo el día en el que el entonces ministro de Economía de la Nación, durante la presidencia de Fernando De la Rúa, Domingo Cavallo, anunció el famoso ‘corralito’. El lleno de la sala en la que Miguel hizo la presentación junto a Díaz, Duhalde –quien prologó su libro- y Estela de Carlotto, se trocó en semivacío debido al impacto que causó la noticia y llevó al auditorio a otro lugar. “Quedamos los cuatro hablando para un grupo reducido de persona”, recuerda Miguel. “Al otro día, la editorial decidió no sacarlo a la venta; recién salió en marzo de 2002”, se lamenta.

Pero éxito editorial o no, ‘Pablo Díaz o la inversión de Werther’ forma parte de la obra literaria de Miguel y que hecha luz sobre una parte del proceso histórico de nuestro país, en una de sus etapas más aciagas. Miguel ha escrito varias obras ancladas sobre este mismo período de la historia reciente de Argentina, entre las que se cuentan las ineludibles ‘Policronía’ (2005) y ‘Malvinas. Su historia, nuestros héroes’ (2012). A propósito de un nuevo aniversario de ‘La noche de los lápices’, ‘Pablo Díaz…’ vuelve a ser un convite para rever esta etapa de nuestra vida como nación y saber que siempre nuestro destino como país debe ir en otra dirección.

V.G.

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