Para derrumbar algunos mitos y difundir algunas verdades, el ingeniero Gustavo De Winne disertará esta tarde sobre agroecología, a través de la plataforma Zoom. Se invita a productores agropecuarios e interesados en general, convoca el colectivo “Tierra Viva Bolívar”, del que forma parte el disertante.

Que la agroecología es para huertas familiares; que no es rentable y que implica volver a épocas pretéritas del cultivo de la tierra, son apenas tres de los mitos que De Winne se propone deconstruir durante su charla de esta tarde desde las 19, en la que al igual que el colectivo que integra, también continuará haciendo docencia sobre las bondades de labrar el suelo con un ojo puesto en preservar el medioambiente y la salud de las poblaciones, lo que en el mediano y largo plazo entrañaría ventajas inclusive en lo económico, contrariamente a lo que instalan las grandes firmas y los empresarios más poderosos del sector agropecuario a través de los medios masivos de comunicación.

“El término agroecología está confundido y mal usado. Es volver a lo anterior pero no al pasado remoto y al arar con bueyes”, sino a prácticas que fueron siendo dejadas de lado en la década del setenta y peor aún en la de los noventa, con el advenimiento de la soja como monocultivo que ha ido degradando los suelos al punto de tornarlos mucho menos fértiles. “La fabricación de fertilizantes y agroquímicos comenzó durante las guerras mundiales”, y en los setenta estos productos llegaron a la agricultura, precisó De Winne en declaraciones a este diario. El empleo de estas sustancias que los años demostrarían que enferman a las personas y al medioambiente fue instalándose desde entonces como el corazón del modelo de producción que desplazó al anterior, pero todo empeoró en la década del noventa, cuando se evolucionó -o involucionó, desde la perspectiva humanista- hacia los transgénicos. “Fuimos hacia una simplificación tecnológica aún mayor”, que derivó en que la soja se convirtiera en el cultivo casi excluyente en los campos del país. “Se dejaron de seguir principios de conservación del suelo, aunque se diga que no”, aseveró el ingeniero agrónomo.

“Debemos salir del encierro y combinar cosas”

La agroecología fue postergada pero no desapareció, y en los últimos años, al influjo de la militancia que levanta en todo el país la bandera de producir sin enfermar ni matar, ha vuelto al ruedo como una alternativa superadora, que cada vez más productores están eligiendo.

“Fuimos hacia un camino de monocultivo o de oligocultivos, pero la naturaleza tiene más combinaciones y asociaciones posibles de cultivos, en las que piensa la agroecología”, puntualizó.

Durante el conversatorio de hoy, De Winne mencionará algunos ejemplos locales, de productores del Partido de Bolívar que hacen agroecología o están en tránsito hacia ese modelo. Productores que no son pequeños ni hogareños, lo que desactiva el mito de que producir bajo estos preceptos sólo puede ser aplicable por una familia en su huerta, sin apetencias económicas.

El otro punto que provoca urticaria en los defensores del modelo que emplea los agrotóxicos está relacionado con la rentabilidad. De Winne dice que cuidar el suelo a la larga implicará ampliar los márgenes: “Hay cosas que no se miden, huellas ecológicas, que tienen un costo que no se incluye dentro de los márgenes brutos y el estudio de las rentabilidades. Cuando incorporás todo eso, la rentabilidad cambia. Pero no se quiere darle un valor a todo eso y ponerle un número, o es más dificultoso”, explicó el charlista.

Sobre todo estos tópicos hablará esta tarde el ingeniero. Para unirse a la reunión, que será por el dispositivo Zoom, hay que ingresar a https://us04web.zoom.us/j/6118790118…, la contraseña es ctvb2020.

“El tema es cambiar la cabeza, y se puede hacer. No de hoy para mañana, pero sí si planifico adecuadamente. Debemos salir del encierro de soja-maíz-trigo, combinar cosas y trabajar de manera distinta, incluso con la intervención de la ganadería, que ha sido relegada”, completó De Winne.

Chino Castro