La franquicia que instalaron en nuestra ciudad los hermanos Sergio y Darío Ruppel, además de ser fuente de trabajo para un puñado de bolivarenses, le significó a esta comunidad el acceso a precios inmejorables de los productos que ya eran del paladar local, aunque sin dudas faltaba su local exclusivo.

Toda vez que la actividad comercial marca el pulso del crecimiento nuestros pueblos, quisimos saber, de boca de sus propios dueños, cómo marcha este emprendimiento aún joven en Bolívar y qué posibilidades ellos ven de consolidarse entre nosotros, cumpliendo de esa manera un propósito empresarial manifestado desde el día de la apertura. Sergio Ruppel así lo manifestó en aquella oportunidad en este mismo medio, cuando dejó claro que la elección de Bolívar como escenario para la instalación de la entonces franquicia número 56 de Luz Azul no era casual. Vio en esta ciudad una posibilidad real de afianzamiento que hoy, a 6 meses de aquel impulso inicial, ratifica con la realista convicción de un hombre de negocios que no descarta valores en su trabajo diario y en sus ideas.

Por eso, en este nuevo diálogo con La Mañana, Sergio pone su mirada estratégica en los acuerdos que progresivamente Luz Azul ha ido cerrando con instituciones de este medio. Están vigentes los sistemas de descuentos a socios del Club de Pesca Las Acollaradas y Empleados de Comercio y muy próximo a cerrarse otro con el Centro Navarro, buscando beneficiar con descuentos muy importantes y por el lado de la afinidad a esos segmentos de la comunidad. En esta política comercial, Ruppel aseguró que siguen trabajando y que próximamente habrá más novedades al respecto ya que, dijo, está en ciernes un nuevo acuerdo de este tipo con una institución muy importante a nivel local que, por prudencia, prefirió por el momento reservar su nombre.

“Lo que yo personalmente le recomiendo a los clientes es mantenerse siempre atentos a los descuentos que vamos anunciando, porque el proceso es muy dinámico y permanentemente van saliendo promociones vinculadas con nuestros propios productos y con los del sistema de alianzas. Y algo en lo que siempre pongo énfasis es en que nuestros precios son los mejores en relación a la calidad”, informó.

Ideas que importan desarrollos

Para el Día del Niño, que ya pasó, Luz Azul puso en marcha un divertido “juego” que permanecerá en el tiempo. Comprando una serie de productos, los clientes acceden a llevarse un vaso de la marca con un código QR. A través de este código, podrán especialmente los niños ingresar a una historieta muy simpática en la cual, a través de la generación de personajes, participan desde la dueña de la fábrica de origen azuleño hasta la mascota que identifica a la marca. Se trata de un desarrollo tecnológico y artístico que requirió mucho esfuerzo de trabajo y aporte de recursos, como una estrategia de marketing y de generación de empatía propios de empresas de primer nivel en desarrollos como es Luz Azul.

Entrando al terreno específico de búsqueda periodística que dio lugar a esta nota, Sergio se manifestó muy contento y optimista por el crecimiento comercial que va notando en el local de Ignacio Rivas 86 y especialmente por el grado de aceptación del público bolivarense no sólo de la calidad de los productos ofrecidos sino también por la cuidada forma de presentación de todos ellos en las góndolas, por la rigurosa higiene con la que son manipulados y por el buen trato de todo el personal asignado a las tareas.

“Estoy seguro de que hemos llegado para quedarnos en Bolívar. Nuestros productos valen la pena y el consumidor bolivarense sabe apreciarlos. Así que hacemos una síntesis perfecta”, aseguró.