El Diario Nueva Era de Tandil, uno de los decanos del periodismo bonaerense, editó el martes 30 de noviembre su última tirada y cerró definitivamente sus puertas tras más de 102 años de vida.

La noticia impacta en la familia del diarismo del interior ya que, independientemente de otros motivos que puedan haber determinado a sus directivos a tomar esa decisión, lo cierto es que la situación económica general del país y la particular de las empresas periodísticas ha sido una causa directa de la misma.

Las empresas periodísticas pyme editoras de diarios en papel vienen sufriendo, desde hace muchos años, graves daños en sus estructuras económicas, en la que los componentes impositivos y de costos industriales han sido factores determinantes para ese deterioro. Más recientemente, el surgimiento de las nuevas tecnologías asociadas a la comunicación, al tiempo que brindan una alternativa de reconversión, han producido una caída importante en los volúmenes de circulación, transformando en inviable, en algunos casos, la ecuación económico-financiera de esas empresas.

En este marco, todos los gobiernos democráticos desde 1983 hasta la fecha han mostrado preocupación por el tema, conscientes de la gravedad institucional que significa para la propia democracia que la prensa, y el diarismo en particular, se debilite, pierda su peso específico que deviene de ser la voz de la gente sin poder.

Algunas soluciones parciales, no obstante, han sido imaginadas y aplicadas por los gobiernos de turno. Insuficientes, tarde y mal instrumentadas en la mayoría de los casos, por no obedecer a un estudio profundo y serio de la cuestión que debe enraizar, pensamos, en reconocer a las pymes editoras como empresas productoras de bienes culturales.

Nueva Era es una víctima más -no la única y seguramente no la última- de este cuadro de situación que muy sintéticamente describimos. Habrá desde hoy una voz menos en el interior provincial y una herida más en el corazón de la democracia argentina.

Víctor Agustín Cabreros, presidente de Diarios Bonaerenses SA.