El local que albergó hace muchos años al boliche Cronos, que sufrió a lo largo del tiempo varias transformaciones y cambios de nombre, está a punto de cambiar definitivamente de destino. Ya no será más ese refugio donde, alrededor de un café o de una copa, celebrar amistades, al cabo quizás una de las mejores definiciones que pueda merecer el bar, el pub, o como quiera que se llame ese lugar tan particular.

El muy buen local de la familia Marsol ingresó en etapa de refacción a fondo y, según supimos, retornará a funcionar como espacio comercial para dar lugar a las oficinas de Cablevisión.

El tiempo siempre genera transformaciones, incluyendo a aquellas cosas que parecen inconmovibles particularmente para el espíritu humano, que naturalmente niega considerar como parte del pasado espacios y momentos que fueron felices.

Por eso alguno entre nosotros seguirá señalando “de Cronos hacia la estación”, para dar una indicación de esas bien bolivarenses. Y estará bien. Cronos (que es el dios griego del tiempo) siempre estará allí, como parte de nuestra historia de pueblo.