A pesar del negacionismo que intenta desplegar tentáculos, la defensa de los derechos humanos es un camino sin retorno, subraya Marianela Zanassi, directora municipal de Derechos Humanos y Políticas de Género: “Está buenísimo que nos volvamos a encontrar (organizaciones, militantes, artistas, comunicadores, dirigentes, trabajadores en general), sabiendo que no se puede retroceder: al mismo tiempo que circula la reivindicación de genocidas, seguimos trabajando”, asevera la funcionaria, convidada por el diario a un balance de Voces por la Buena Memoria, que organizó junto a otras el área a su cargo.

Te pido una reflexión sobre lo que fue la realización del ciclo ex Idénticos, el fin de semana pasado en El Mangrullo.

-Esta edición, para nosotros como equipo, fue muy satisfactoria, estuvo muy buena, pudimos recoger algunos temas que se habían planteado estos años, con gente del teatro, con militantes de los derechos humanos, que tenían por objetivo mejorar la propuesta, que sea más local, de alguna manera. Primero, fue muy satisfactoria por cómo pudimos trabajar con los grupos de teatro y más allá, porque hubo propuestas no sólo teatrales (que incluyeron la danza y la música). Y también por la cantidad de gente que se acercó. No sólo la cantidad si no las personas, concretamente, que concurrieron, que son las que nos encontramos siempre en estos espacios. En ambos sentidos estuvo muy bueno. Los textos y propuestas que se presentaron también. Todos elegidos por los grupos, y si bien son apuestas de algún modo individual, armaron en conjunto un lindo relato de lo referido a Memoria, Verdad, Justicia, en una fecha enmarcada en un nuevo aniversario de La Noche de los Lápices.

En un momento particular, además: desde el regreso de la democracia fue necesario continuar recreando y construyendo memoria, pero ahora esa necesariedad se torna urgencia en un contexto de creciente negacionismo.

-Tal cual. Nos encontramos de nuevo en un momento en el que se habilita la circulación de estos discursos. La batalla cultural y la construcción de sentidos nunca son algo definitivo sino cambiante, pero durante muchos años ciertos discursos relativos al negacionismo y al odio no estuvieron habilitados socialmente. Hoy circulan semejante violencia y odio que habilitan a decir cualquier cosa, y no es casualidad que siempre aquello en lo que se retrocede tiene que ver con los derechos humanos. Al mediodía durante la charla de Miguel Gargiulo luego de la imposición del nombre Rambla por la Memoria (el sábado 16), lo que planteábamos era que de alguna manera otra vez grupos, organizaciones y personas que pertenecemos a determinado sector, necesariamente nos volvamos a encontrar.

Claro, no es un año más de Voces por la Buena Memoria.

-Seguro. Y también lo planteábamos como un recorrido como equipo de trabajo que nos genera orgullo, por todo lo transcurrido desde la creación en 2011 de la oficina de Derechos Humanos, como ‘Pompo’ Peralta a la cabeza, con la incorporación de equipos, etc. Hemos plasmado un trayecto que tiene eje en que existe en la sociedad un sector como el que mencionábamos recién, de organizaciones, instituciones y personas que vienen desde hace años levantando la bandera de los derechos humanos y defendiéndola: pienso en SUTEBA, en algunos artistas, en políticos y políticas, en algunos periodistas, como Daniela Roldán, que han generado sentido desde los medios de comunicación. Un Jorge Ravassi, a quien nombramos en esa mañana. Toda esa gente provocó que necesariamente Derechos Humanos deba formar parte de un organigrama de gobierno.

Así como culturalmente se crearon las condiciones para la irrupción de una figura como Milei, que si no era él hubiese sido otro porque ese vacío fue siendo producido por la propia sociedad, en Bolívar se gestó socialmente la necesidad de que se abriera una oficina municipal de Derechos Humanos.

-Tal cual. Y a que a su vez el área vaya creciendo. Un crecimiento que no puede parar nunca, además. Entonces me parece que este Voces por la Buena Memoria nos halla en ese momento. Y está buenísimo que nos volvamos a encontrar, sabiendo que no se puede retroceder, porque al mismo tiempo que circulan los discursos de odio y de reivindicación de genocidas y de la propia dictadura, por otro lado se sigue trabajando: todos estos grupos a los que recién aludía, hemos creado la Rambla por la Memoria, impulsada por el Concejo Deliberante, y otro ejemplo es que el próximo 4 de octubre presentaremos un libro que elaboramos junto a la Escuela 502 acerca del recorrido que realizaron sus estudiantes por las Baldosas por la Memoria, para que quede a disposición de nuestros establecimientos educativos. Por eso digo que si bien estamos en un momento muy particular, la defensa de los derechos humanos sigue creciendo, y no nos vamos a quedar quietos.

Ravassi, tu grato nombre, y un homenaje pendiente

Hace nada más que seis años, también en Bolívar se nucleó mucha gente para rechazar el fallo de la Corte en favor de ex represores conocido como 2x1. Seis años es nada, pero parece un siglo.

-Y por ahí, en los tiempos que vinieron después de ese día, creímos que nunca más se iba a habilitar la circulación de los discursos de odio.

De hecho, ahí se dijo: ‘que hayamos reaccionado así como pueblo, ratifica que a algunas cosas ‘nunca más’’. Sin embargo hemos retrocedido hasta acá.

-Y tiene que ver con que de nuevo permitimos que discurran esas ideas y propuestas también, porque hay candidatos que llevan todo eso como plataforma política, no son sólo ideas nefastas. Del día que citás de hace seis años y unos meses (fue en el Centro Cívico, en mayo de 2017), hay una foto muy linda de Ravassi, que sacó Nicolás (Méndez, de Prensa municipal), en la que está hablándonos a todos los que estábamos ahí. Yo esa vez también nombré a Horacio Coviella… Creo que Ravassi contribuyó mucho con nosotros, siempre con una propuesta y también con una crítica, lo que está muy bien. Él fue muy importante en la formación y consolidación de este espacio (La Dirección a su cargo), por eso tenemos pendiente un homenaje a Jorge, a modo de agradecimiento.

Chino Castro