Bolívar tiene sus héroes. Caminan por la calle junto a nosotros todos los días, los cruzamos cuando hacemos nuestras compras o cuando llevamos a nuestros hijos o nietos a la escuela. Son iguales a nosotros, pero tienen algo especial que quizás no se note a simple vista, porque seguramente lo tienen guardado en el alma.

Nos referimos a los bomberos, por supuesto y es esta una afirmación que hemos hecho en numerosas oportunidades en estas mismas páginas porque, más allá de ver sus acciones todos los días, estos personajes nunca dejan de sorprendernos.

Hablamos de los bomberos en general, pero en este caso lo haremos de uno de ellos. Es integrante del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Bolívar y sus propias capacidades y determinaciones pinta el cuadro general de lo que son nuestros bomberos en conjunto.

Franco Rojas, por estas horas, está destinado a combatir las llamas que están asolando el Parque Nacional Los Alerces. Viajó a la provincia de Chubut hace ya unos cuantos días como parte integrante de la Federación que nuclea a los efectivos bolivarenses habiendo sido elegido precisamente por sus capacitaciones específicas en incendios forestales tras numerosos cursos realizados. Pero también por su experiencia, que comenzó a aquilatarse en el año 2006 cuando le tocó participar de aquel recordado siniestro en el Delta del Paraná y también fue parte de las fuerzas que combatieron llamas en gigantescos incendios de ese tipo, uno en la provincia de Corrientes y el último en la zona boscosa del Lago Aluminé.

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Este sábado, cuando comenzaba a caer la tarde, Franco tuvo la generosidad de aceptar nuestro llamado telefónico para dialogar con intenciones periodísticas. Recién retornado a la base de operaciones, enclavada en la ciudad de Esquel y con las huellas en la voz del cansancio, comentó que todo sigue muy complicado y que, al menos hasta el momento de nuestra comunicación, lejos está el incendio de considerarse controlado y que requiere de un esfuerzo físico muy grande.

“Nosotros estamos en la línea de fuego (eso significa atacar las llamas en forma directa) y hoy tuvimos que trabajar en un tramo de entre 800 y 1000 metros en subida. A mí me tocó trabajar con motosierra abriendo paso para realizar cortafuegos, pero en un momento viró el viento y tuvimos que retirarnos porque se transformaba en peligroso, ya que podíamos quedar encerrados por las llamas. Es muy difícil el acceso y por eso estamos trabajando en coordinación con el Equipo H, que es el que utiliza helicópteros hidrantes. También hay aviones operando. Los bomberos de nuestra federación hemos sido divididos en dos equipos. Salimos muy temprano por la mañana (6.30 horas) todos los días hacia la zona afectada, nos llevamos una vianda de comida que comemos cuando podemos y retornamos tarde. Nos encontramos con el inconveniente de la escasa provisión de agua, porque es muy difícil hacerla llegar. En algunos lugares podemos extraerla de algún río, pero no siempre tenemos uno a mano”, comentó Franco resumiendo la experiencia por la que está atravesando.

¿Tenés idea de cuándo retornarás a Bolívar?

“Entiendo que no me dejarán estar más de 7 días, porque el cansancio que esto genera es muy grande y de ninguna manera es bueno que trabajemos agotados. Así que seguramente vendrá algún recambio de efectivos. No sé si volveremos todos juntos (los de la Federación) o lo haremos individualmente. Tampoco sabemos aún de qué manera será el regreso. Es posible que sea en avión, pero no hay noticias exactas al respecto”.

“SOY UN PRIVILEGIADO”

Franco sorprende en la conversación con un afirmación contundente: dice ser un privilegiado por lo que le está tocando y por todo lo que ha transitado en sus casi 22 años de servicio en Bomberos Voluntarios.

“Lo único que quiero es capacitarme y dejar esta capacitación al servicio de mi cuartel. Que pueda servir para que los bomberos nuevos aprendan cosas que yo tuve la suerte de aprender. La vida como bombero me llevó a muchos lados, incluso a Estados Unidos a participar de una capacitación y estoy muy agradecido por ello. Como también lo estoy por la cantidad de mensajes que estoy recibiendo de gente que, en muchos casos, ni conozco. Debo tener unos 350 mensajes sin contestar todavía, que no quiero abrirlos para poder hacerlo en el momento que pueda decir, aunque sea, gracias”.

Franco Rojas llegará a Bolívar, seguramente, en el curso de esta semana. Si él dice gracias, ¿qué deberemos decirle nosotros a su arribo?

VAC