Una convocatoria que tuvo lugar en las redes sociales se hizo realidad esta tarde cuando más de 1000 personas se aglomeraron en el Centro Cívico de la ciudad para dar inicio a una marcha.

Fue en el marco de la violenta muerte de Rocío González, de 32 años, asesinada a puñaladas por su ex pareja, Germán Olivare en la última media hora del viernes.

Con los familiares y amigos en la cabeza de la misma, la extensa fila de hombres y mujeres se desplazó por la avenida San Martín hasta la Estación de Tren para dar la vuelta y regresar al punto de partida.

Predominó un respetuoso silencio que poco a poco dio lugar a las palmas y a algún canto de "Justicia". Los manifestantes enseñaban además, pancartas con la imagen de Rocío y también con el rostro del asesino.

Una hermana de la víctima sufrió una descompensación instantes antes de comenzar la marcha y ya sobre el final otra hermana se desmayó en las puertas del Banco Nación. Ambas fueron asistidas por personal médico y paramédico del Hospital Capredoni que llegaron a bordo de sendas ambulancias del SAME.

Ya sobre el final de la marcha, cerca de las 19:00 horas, las espontáneas organizadoras agradecieron las presencias de vecinos, medios de comunicación y allegados de Rocío. Aseguraron que "va a haber otra marcha" y que no cesarán en el pedido para que las autoridades judiciales y también políticas le den a Rocío la paz que se merece.

Una amiga de Rocío fue la primera en tomar la palabra pidiendo que cese la violencia sobre mujeres y hombres ya que, aseguró, el reclamo es por todos, sin distinción de sexo. La propietaria del kiosco ubicado sobre la avenida Almirante Brown, que sufrió hace unos días un violento intento de robo durante el cual una empleada resultó golpeada, también tomó la palabra para pedir que nadie se olvide del rostro del agresor y para ello puso a disposición de quien lo solicite fotocopias que, pidió, se coloquen en distintos espacios públicos de la ciudad.

Todo se desarrolló en absoluta paz, sin que se registre siquiera un mínimo atisbo de disturbio. El silencio, como se dice, fue el mejor símbolo de la tristeza con la que se desarrolló la marcha y ello, sin dudas, marcó le dio mayor contundencia al reclamo.

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