Atrás de todo siempre hay una oportunidad. Hasta de lo peor. Patricia Moreno puede dar fe: el prematuro adiós de su hija Anita le puso frente a una frontera inesperada, y hoy sabe que ella vive en siete personas a las que donó sus órganos. Desde entonces, Patricia ha abrazado la misión de hacer docencia sobre la donación, el último y más grande acto de amor que cualquiera puede brindarle a la humanidad.

Anita Linares tenía apenas 31 años cuando sufrió el accidente cerebrovascular hemorrágico que le impuso un prematuro punto final a una existencia llena de luz, como se han encargado de destacar quienes la conocieron. Se fue a las 11 de la mañana del 28 de agosto de 2021, cuatro días después del acv, y uno antes del Día Nacional de la Persona Donante de Órganos, algo que su madre no sabía. Fueron sus otros dos hijos, Gabriela y Nicolás Linares, los que le plantearon que estaría bueno donar los órganos de su hermana, una piba sana, deportista y solidaria que, dondequiera que esté, "y como era ella", estaría de acuerdo con lo que hicieron, "feliz porque gracias a eso hay gente que ha podido seguir viviendo", reflexionó en charla con el diario su mamá, que encontró un sentido a la muerte de su hija y con el tiempo ha logrado 'verla' en las mariposas que desde entonces aparecen a su paso, posadas en el volante de su motocicleta u ocasionalmente frente a su ventana al mirar hacia la calle.

Ese mismo 28 de agosto, a las 23 horas, el cuerpo de Anita ingresaba a quirófano, en el marco de un operativo regido por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI). Tras unas siete horas de labor, los médicos especialistas completaron el proceso de ablación.

En esas instancias, tan dolorosas como fundacionales, fue que Moreno sintió que "había que mover, hacer algo para que la gente entendiera de qué se trata donar, de su importancia para salvar vidas", le dijo a este diario. Entonces, tras madurar su decisión unos meses, dedicó todo el 2023 a distribuir folletos en el sector de ingreso al hospital, donde se suministran los turnos médicos. Sentada a una mesa, ella repartía el material y charlaba con quien se interesara respecto de las implicancias de donar y del trámite para manifestar la voluntad de hacerlo, que es muy sencillo (ver aparte).

Agotada esa instancia, ahora proyecta salir el Día Nacional de la Persona Donante de Órganos, el 29 del corriente, a distribuir afiches en los comercios de la ciudad, donde consta toda la información relativa al acto de donar. Antes, el 30 de mayo, cuando se conmemora el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos, hizo docencia en escuelas, con pibes y educadores. "Fue hermosísimo el trabajo que realizaron", resaltó.

Le encontraste un sentido a la pérdida...
-Sí... Yo digo que tengo unas ganas inmensas de que algunas de las siete personas que recibieron sus órganos quiera conocerme, siento enormes deseos de abrazar aunque sea a uno de ellos. Yo sé que allá (señala hacia el sitio donde descansan sus restos) está su cuerpo, pero mi hija vive en esas personas. Eso me mantuvo en pie a mí, saber que ella vive en ellos.

No se fue, se multiplicó.
-Se multiplicó.

Patricia Moreno, que desarrolla esta misión por cuenta propia aunque en vinculación con el INCUCAI, al que periódicamente informa sobre su labor, no sabe quiénes recibieron los órganos de su hija, pero el propio Instituto Nacional sí le informó, una semana después del fallecimiento de Anita, sobre la edad y el sexo de los beneficiarios, y qué órgano recibió cada quién. Siete personas cuyas edades abarcan de los 16 a los 65 años, y que recibieron córneas, riñones, páncreas, hígado, corazón y un pulmón.

¿Qué te dice la gente, quienes se acercaron durante el año pasado a tu mesa en el hospital?
-Hay muchos interesados en donar. Gente que me mostraba el documento, que me decía que se había anotado. Hoy con la ley Justina (una piba de 14 años que murió esperando un corazón para ser trasplantada) todos somos donantes, salvo que la familia, en el momento del fallecimiento de la persona, diga que no.

A pesar de este dato, Patricia afirmó que hay también respecto de la donación de órganos "mucha desinformación", y "miedos" acendrados en la conciencia colectiva. "No te dicen puntualmente a qué temen, pero alguna gente me lo expresaba con claridad, que sentía temores acerca de la donación", expresó, no sin admitir que "es muy difícil en el momento, pero pasado el tiempo te das cuenta de que gracias a esa decisión hay personas que salvaron su vida y continúan entre nosotros, y eso es reconfortante". Tanto más, si se atiende que una gran cantidad de miles de hermanos y hermanas esperan un trasplante en el que les va la vida -y no hay metáfora aquí-, muchos de ellos niñas y niños.

Hoy, Patricia sonríe cuando recuerda a 'su' Anita. Y no es un milagro, hay razones. "En sueños no he podido hablar con ella, pero sí se me aparece todo el tiempo. Desde que se fue, me persiguen las mariposas. Y es como que ella es cada una de esas mariposas. A los dos días de que faltó, me pasó por primera vez: dejé la moto apoyada en una pared, y cuando salí vi una mariposa blanca posada sobre el volante. A partir de ese día, siempre que voy en mi moto se me cruza alguna mariposa...". Y aunque no habla con ella, "cuando necesito algo, se lo pido. Es mi santa", completó su orgullosa mamá.

"El acto humano más noble"

Los folletos que repartirá Patricia Moreno en comercios el 29 próximo, dicen lo siguiente:

¿Qué significa donar para vos?
Es volver a nacer.
Es un acto de amor de las personas que en ese momento doloroso toman la decisión de salvar otra vida.
Es el acto humano más noble.

¿Qué necesitás?
-Si lo hacés digitalmente por cuenta Mi Argentina, ingresá el formulario "Manifestar mi voluntad de donar" en la sección de Salud.
-Si lo hacés personalmente o por Correo Argentino: Documento Nacional de Identidad, Cédula de Identidad o Pasaporte.

El material está respaldado por la Municipalidad de Bolívar, el INCUCAI y el Ministerio de Salud de Argentina.