De la mano del entrenador Alejandro Orfila, Guillermo Almada Flores acaba de cumplir su primera como parte de un cuerpo técnico en la Liga Profesional del fútbol argentino. Aquel volante ofensivo que conocimos por su llegada a Sportivo Barracas Bolívar, autor del gol que le dio el ascenso de la D a la C al equipo dirigido por Guillermo Panaro en 2003, hoy ya habiendo "colgado los botines" sigue más ligado que nunca al deporte más popular del mundo.

Por su vinculación al DT uruguayo fue sumando experiencia "desde afuera" en el fútbol del ascenso, siendo un cuerpo técnico muy recordado en Atlanta, por ejemplo, pero llegó el momento de probarse en el fútbol mayor. Y allí fue Barracas Central la institución que les abrió las puertas y les permitió la concreción del objetivo de llegar a lo más alto.

A fines de 2023 llegó Guillermo al "Guapo" como parte del cuerpo técnico de Orfila, y días atrás, la racha de resultados adversos hizo que finalizara el ciclo.

Por ello La Mañana lo contactó, como en cada etapa de su carrera, para conocer sus sensaciones, lo que le dejó este primer paso en fútbol de Primera división, y saber qué aspira de ahora en adelante. Esto nos dijo:

- Sinceramente, nos vamos de Barracas muy contentos. Es el club que nos abrió las puertas para dirigir la Liga profesional y cumplir un sueño, así que estamos muy agradecidos con la institución. Lo dirigimos treinta fechas en una categoría muy difícil, la más exigente del fútbol argentino, y en el primer semestre logramos la campaña histórica metiendo a Barracas Central en el octogonal, cosa que no había pasado nunca. Además, sumamos una importante cantidad de puntos, como para no tener problemas con el descenso y para ilusionarse y aspirar a clasificar a alguna copa. A esto último creemos que los chicos van a conseguirlo... Nuestra salida fue de común acuerdo. Nosotros decidimos dar un paso al costado porque no podíamos salir del empate, y la relación que teníamos con los jugadores, el vínculo afectivo que se había generado en el día a día, generaba una presión extra para ellos. Notábamos que los chicos querían ganar para que nosotros nos quedemos y estemos bien, y esa presión hizo que estén un poco bloqueados, muy sobre exigidos... Creímos que la mejor opción era alejarnos para que ellos se liberen y seguramente vamos a ver los resultados enseguida porque son grandes jugadores, ya lo demostraron en el primer semestre y pueden seguir haciéndolo. Para nosotros, como cuerpo técnico, fue una experiencia positiva. Crecimos muchísimo. Dirigimos a grandes jugadores, estuvimos en grandes estadios, y le jugamos de igual a igual a todos. A nuestra identidad y nuestro estilo no lo cambiamos según la categoría que estemos transitando o el equipo que estemos dirigiendo. Queremos ser protagonistas siempre y lo demostramos. Nuestra salida de Barracas es muy reciente, así que ahora seguramente nos tomemos unos días y vaya a visitar a mis viejos a Bolívar. Después veremos qué es lo que viene; en el fútbol puede suceder que en una semana ya estés con trabajo o pueden pasar dos o tres meses y seguir a la espera... Ahora comenzamos esa espera, pero muy tranquilos y felices por lo hecho.

¿Seguirán sí o sí en Primera o volverían al ascenso si es necesario?

- La idea es mantener la categoría; nos costó mucho llegar y sabemos que es un círculo muy difícil de ingresar. No queremos apurarnos y por tener trabajo ir al ascenso rápidamente; vamos a esperar tratando de mantenernos en la Liga Profesional. Otra alternativa, como hicimos cuando nos fuimos a dirigir a Defensor Sporting de Uruguay, es emigrar a algún país vecino para dirigir Primera.

¿Qué decís acerca de eso que Barracas es "Chiqui Tapia Fútbol Club"?

- Con respecto a las supuestas ayudas arbitrales, es obvio que Barracas está estigmatizado con la cercanía del presidente de la AFA. Orfila, en una charla que dio en ESPN lo graficó muy bien a esto... Cuando íbamos en los primeros puestos, lo que se decía era "claro, son los hijos del Chiqui Tapia", y nadie le daba valor a nuestro trabajo ni a la capacidad que teníamos tanto en el cuerpo técnico como en el equipo. Muchas veces es ninguneado tu trabajo, tu esfuerzo, tu día a día; pero poco a poco tenés que ir demostrando lo que hacés. Se critica sin saber las capacidades que tiene cada uno para su puesto, su eficiencia, su capacitación, sus cualidades. Claro está, cada uno tiene que demostrar todo eso para que quede atrás ese estigma de "ser el hijo de tal"... Nosotros tuvimos que hacer eso en Barracas; tuvimos que mostrar el trabajo diario por los cuales se nos iban dando los resultados, y empezaron a hablar mejor, hacían referencia al buen trabajo, llegaron a decir "equipo revelación", y quedó atrás el tema de los arbitrajes. De hecho, no tuvimos ningún penal a favor y sí en contra. La única jugada de la que se habló mucho y generó polémica fue cuando jugamos contra Independiente, cuando Carlos Tevez hizo declaraciones desafortunadas diciendo que había jugado contra catorce y para mí no fue así. El se refirió a una jugada de expulsión de nuestro número 9 Domínguez, en ese partido que salimos dos a dos y jugamos muy bien... - En Barracas siempre va a estar primero ese prejuicio; después uno tiene que ir revirtiéndolo con trabajo y con hechos. Está en cada uno hacer oídos sordos a esas críticas y mostrar el trabajo, ir hacia adelante. A veces, estar de este lado es muy doloroso porque la gente o el equipo rival te mira de costado, y ante una jugada dudosa ya sale ese prejuicio, se dice que tu está acomodado o tiene los árbitros a favor; pero puedo asegurar que en el semestre que salimos cuartos, no tuvimos ningún penal a favor y no hubo ninguna jugada polémica excepto esa de Independiente. Sí tuvimos muchas jugadas en contra bastante dudosas, pero no se dice nada de eso. De hecho, nos cobraron un penal en contra a los 40 segundos de empezado un partido, el más rápido de la historia, contra Atlético Tucumán... Es difícil estar de este lado; pero cuando vos le ponés todo a lo que hacés, tenés que intentar abstraerte de lo que se dice y apuntar a que tu equipo demuestre en cancha todo el trabajo de la semana.