6 de octubre de 2024
por
Dr. Felipe Martínez Pérez
Lo más interesante de la Argentina de Milei es que está lejos del mundo y una vez que pasa por el mismo y al cabo del tiempo, queda una leve sonrisa o nadie se acuerda; pero siempre quedan los posos en el fondo del vaso. Y lo más interesante y negativo es que Milei no se ha dado cuenta que aparece en el mundo como un pequeño titiritero, sin obra de importancia a mostrar, porque en la patria sus conciudadanos se mueren de hambre y curiosamente es uno de los países más ricos de la tierra, pero a la vez con los políticos más pobres y grises de espíritu y de afanes para su pueblo; pero con unos bolsillos que engordan día a día.
Y al parecer, al cabo, son los que le gustan al susodicho. Y Milei no entiende que no se puede ir por la vida diciendo cosas que, curiosamente, no caen bien a nadie; y a quienes podría caer bien los odia. Y ni siquiera sabe por qué, aunque en principio es por desconocimiento. No se puede hacer el macho cuando al menos por el momento solo hay anuncios varios. Y el pescado sin vender.
Hasta ahora, ha dado la nota pero a contramano. A Milei le empezaron a andar mal las estadísticas a los dos meses pero como la gente soñaba con salir del apuro, resistía; que por otra parte, no le quedaba, ni le queda, otro remedio que resistir y esperar el fin de la borrasca; pero ya a los cuatro o cinco meses era patente que la cosa no iba a andar, porque falto de reflejos nunca entendió que en primer lugar no había ganado las elecciones, sino que las habían perdido los otros, curiosamente, sus actuales amigos. Y siempre esperando el famoso número que nunca llega porque se lo pisan los de enfrente; y los propios de al lado.
Y por otra parte, demasiado andariego, aunque al fin del viaje nada trae en sus alforjas, salvo promesas, que al esperar el número, ahuyenta el número posible. O sea, que por una cosa o por otra en Argentina manda el dólar que lo mueven cuatro personajillos para su uso; y abuso. O sea, nada trae de sus salidas, salvo alguna que otra promesa o alguna que otra amistad; y por supuesto las coces por estar siempre mojándole la oreja al otro. Y han pasado las horas, los días y los meses y nada se ha hecho o muy poco porque pasa desapercibido; y por si no bastare sin un bagaje positivo se dedica ahora a los mítines.
Pero ya se podía leer la marca en el orillo de que ésta, estaba vencida, y que no iba a pasar nada; y para peor, que esperando los números, los habitantes del país se iban quedando sin números. Y a pesar de que cada vez la cifra era más larga, al cabo, más corto el rendimiento. A eso se le suma la manera de hacer política y no es la de un hombre de derecha, sino de un malcriado que no sabe qué hacer con los demás, más allá de mojarle la oreja, que al día de hoy se ha visto, es un consumado maestro.
Porque no se puede hacer política insultando a todos los demás, que las hacen bien o mal. Y en consecuencia no es la manera en que un político que se precie se dirija a sus conciudadanos y a los ciudadanos del mundo. Y por si algo faltare, que parece mentira, la pobreza la ha subido en vez de bajarla como estaba prometido. En una palabra que suceden cosas en Argentina que hay leerlas dos o tres veces, o más, porque parece que es una mentira; y sin embargo, en un año ha aumentado la pobreza, es decir, que hay más pobres en un país sin habitantes y lleno de todas las riquezas inimaginables. Porque ni sabemos lo que tenemos y mucho menos lo que se llevan sin pagar. Y si hay pobreza, se la quita, pero nunca la puede aumentar, porque en ese caso o lo hace adrede o no sabe hacer política.
Una Argentina que lleva treinta y tantos años en caída libre. Un dólar para cada cosa y el más alto el destinado para viajar, que es algo muy importante. Te permite ser feliz con algún viaje, largo o corto. O sea, que puede viajar la casta, pero los que trabajan no pueden. Y entonces se cae en la cuenta que no es un gobierno de derechas, sino una derechona sin sentido alguno, y al cabo una dictadura o una dictablanda; pero que viene a decir que se sacrifiquen los otros. Lo cierto es que a un año de las elecciones no ha dado un puesto de trabajo; pero sí, ha quitado mucho, al punto de hacer más pobres, que al fin y al cabo, es, al parecer, lo único que saben la mayoría de los políticos argentinos.
Y le guste o disguste al presidente no se puede esperar un año para que las cosas anden, porque la misma espera lleva en su seno la derrota. Que es lo que pasa ahora. Y ahora se da cuenta que no ha hecho NADA, salvo andar por la patria insultando a todos; y a todos fuera de patria. Y en consecuencia estos gobiernos si a la corta son nefastos, a la larga han demostrado serán peores. Y la marca en el orillo estaba el primer día. Y por si fuera poco no han tomado conciencia que no se le votó a él sino que con él se votó a los anteriores.
Y curiosamente a los anteriores se acerca diariamente; y a pasos agigantados. Es el sino de Argentina, donde buena parte de los políticos no conocen su sino. Y en consecuencia no conocen su papel en la vida política de la nación; y aparecen en la palestra como marionetas que no saben por dónde hacer camino.
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