El escritor local Carlos Picazo, quien tiempo atrás presentara uno de sus libros en esta ciudad, se dio una vuelta por su escuela de la infancia, la N° 48, denominada "Bellomo", en homenaje al apellido de quien donó las tierras en la que se construyó.

Grande fue su sorpresa cuando la encontró "abandonada y sin niños", según relató en su cuenta de Facebook.

Picazo detalló que en la Escuela N° 48 "Bellomo" terminó sus estudios primarios en 1963, hace nada más y nada menos que 61 años.

Y a continuación escribió un poema sobre lo que encontró y lo que le vino a la mente en ese momento, después de más de medio siglo.

Sólo quedan los recuerdos
De un tiempo que se ha marchado
Estaba al frente el futuro
Nos íbamos amoldando
No pensé que volvería
Hoy que el futuro ha pasado

Me dirán que aún tenemos
El futuro por delante
Es verdad, mientras hay vida
Y aunque un lagrimón se piante
Ha de servir lo aprendido
Hasta que Dios nos suplante.

La Escuela N° 48 ha corrido la suerte que varias otras, que al producirse poco a poco el éxodo de las familias rurales a las ciudades, han quedado sin matrícula y se han ido cerrando y quedando abandonadas, a la buena de Dios.

Afortunadamente, por lo que se aprecia en la foto que subió Carlos a sus redes sociales, la construcción se ha mantenido entera, algo que no ocurrió con otras a las que les sacaron el techo, las aberturas, todo.

Carlos representa a muchos de los alumnos de aquellas escuelas rurales que formaron a niños en el pasado. Hoy hace años que no sólo no tienen matrícula, sino que se encuentran en un total estado de abandono.