MÚSICA. Maia escala la obra de Fito con los ojos del descubrir

Maia Acosta vivió en Rosario y se impregnó de todo lo de ahí, porque aquello de que si Argentina se inunda Corrientes la va a ayudar, le calzaría mejor a Rosario, unas de las ciudades con más personalidad de nuestro vasto país. El río; la comida donde son reyes (para los que se los comen) los típicos pescados de río como la boga, el dorado y el surubí; el humor como una brasa inextinguible mediante los dos 'Negros' de Oro, Olmedo y Fontanarrosa, y la música, vale decir la trova y sus retoños, que siguen creciendo hoy.

Era pura fatalidad, máxime siendo música ella también (que se formó allá): así es que nuestra Maia terminó hasta el tuétano con Abonizio, Fandermole, Goldín, Baglietto, Garré, De los Santos y ese exflaco con algo de clown que siempre le pareció estridente pero dueño de una mente y un corazón poderosos para amasar grandes canciones, una luz que ahora advierte más potente aún. Digo ahora, sí: porque hete aquí que la cantante, pianista y compositora se ha puesto de lleno a hurgar en la discografía del autor de Si Disney despertase, desde su rol de corista de la banda que hará Canciones de Fito este sábado en la sala de Artecon. Y 'sacar' canciones, para los que saben hacerlo, lleva a ver las cosas desde otra perspectiva, siempre hermana del descubrimiento, y, a veces, el deslumbramiento por cómo alguien hilvanó ese delicado edificio que toda gran canción es. Y Fito, con esa voluntad granítica que no son tantos los que poseen, levantó muchas catedrales sonoras, primero para la trova, cuando era un adolescente precoz que ya paría maravillas, pero enseguida para el frondoso árbol de su carrera solista, cuando rápidamente emigró del nido por su fe en el rock y para no quedar atrapado "entre los límites del cantautorismo", en sus propias palabras. (Además, se le cruzó en el camino un tal Charly García, pero ese es otro tema).

Sabemos que la idea de armar Canciones de Fito, aunque él se desmarque que bueno bueno, es del cantante y tecladista del colectivo, Dani Zuccarino. ¿Por qué aceptaste incorporarte, qué te gustó del plan?
- Absoluta y plenamente a la primera piedra la arrojó él (se ríe). Hace tiempo sabía por él, justamente, del proyecto (quizá desde el año pasado). Me comentó que quería hacer esto y yo me mostré dispuesta a acompañarlo. No le pregunté muchos detalles pero le expresé que me 'prendía'.

En ese entonces ni formación había. Después el tiempo pasó, y el artefacto comenzó a articularse, y de la mejor manera: con el Dani al frente junto a las violas de Nick Holgado y Juani Martínez, el bajo del 'Chiquito' Irastorza y la batería del omnipresente, cual God del Parche, Lorenzo 'Lolo' Blandamuro. Quizá Maia haya sido la última convocada, y no para cantar ni tocar, sino como corista. Como hemos destacado, una 'banda de los sueños' vernácula.

Hacer coros "me encanta", máxime "con músicos amigos y un proyecto que me va a enriquecer"

¿Y qué te gustó?
- Me invitaron para hacer los coros, una función que me encanta. La había desarrollado con Maro, y antes mucho, pero no desde que vivo en Bolívar, hace varios años. Me encanta ese rol, y ese es un motivo, que me convocan para algo que tengo ganas de hacer. Y son amigos, con un proyecto musical que me va a enriquecer, que me interesa aprender. Es un desafío siempre hacer los coros, no es, desde mi punto de vista, tan fácil como parece, hay que aprender mucho y practicar mucho.

De algún modo, tenés que jugar para que se luzca otro.
- Creo que el objetivo final es tratar de ayudar a embellecer el proyecto, el producto final.

Quizá pueda resultar más complejo que ser el que hace el gol.
- Es una función, que me encanta cumplir con este grupo de músicos y amigos. Hay esa comunión, ese querer embellecer proyectos, no importa de quién. Y así me pasa a mí cuando hago mis canciones y toco con 'Lolo', con Diego (Peris), con quien sea, también los invito a todos para hacer eso mismo, y yo siento que embellecen mis canciones y mi propuesta.

"Un montón" de grandes canciones que, "viéndolas desde el tocar, más me gustan"

¿Cuál es tu vínculo con la música de Fito? Se sabe que sos una gran admiradora de Charly García, entonces cabe suponer que Fito también te gusta, ellos siempre fueron cercanos estilística y humanamente. ¿O es posible amar la música de García y que Páez no te guste?
- No, claro. Fito me parece uno de los músicos más importantes de la historia del rock nacional, hizo un montón de canciones que me encantan y ahora, estudiándolas, viéndolas desde el tocar, más me gustan.

¿Redescubriste temas suyos?
- Sí; a muchos no los conocía, yo no conozco tanto, no conozco todo Fito. Sí mucho, pero no todo porque tiene un montón de discos, a algunos los escuché mucho y a otros no. Además sigue publicando cosas, es prolífico. Lo he visto en vivo y me gusta mucho lo que transmite. Pero no soy una fanática suya tampoco, sí lo admiro mucho y es innegable que es un referente para millones de personas. Y sus canciones son increíbles.

El amor después del amor y Abre

Te pido finalmente que menciones canciones suyas que te gusten, no importa si van a estar o no el sábado, o que hayas descubierto o redescubierto al ponerte a ensayar para este show.
- Hay muchas que recuerdo que me marcaron. Por ejemplo su versión de Grisel, con el 'Flaco' (Spinetta). Yo era chica, no conocía mucho ni tenía tanto para escuchar, y fue de esas cosas que te queda grabado el momento en que las conocés, y de cís 'qué bueno esto, es increíble'. No es de él pero sí una gran interpretación suya. Y después, todo el disco El amor después del amor fue para mí un quiebre sonoro, algo especial suyo. Un montón de canciones buenísimas. Abre es otro disco hermoso, con un montón de creatividad. El amor es más pop, producido de una manera, pero en el otro hay canciones de un gran vuelo, como La casa desaparecida, algo más relacionado a sus veinte años, a su etapa más rosarina, a cuando escribió El loco de la calesita, todos esos temas. Es alguien que tiene muchas etapas también. El show comenzará 21.30 en Avellaneda 730. Las anticipadas siguen a la venta a 8 mil pesos, a través de Cable a Tierra, productora del espectáculo