27 de octubre de 2024

HISTORIA

HISTORIA. Oscar Hipólito "Lito" Santa María, a 60 años del paso a la inmortalidad de un político distinto

Fue diputado nacional y falleció en el ejercicio de su función en 1964.

por
Ángel Pesce

Se cumplen hoy 60 años de la desaparición física de Oscar Hipólito Santa María, popularmente conocido como Lito. Falleció 10 años antes que yo naciera, pero la inquietud me ha llevado a indagar, investigar, preguntar, y hoy lo siento alguien cercano, del que quizás sé muchas cosas, posiblemente más de la media local que por las cuestiones históricas se interesa poco.

Debo reconocer que lo escuché nombrar por primera vez en la década del '90, unos 30 años después de su fallecimiento, y de la boca de Juan Carlos Morán, por entonces presidente de la Juventud Radical quien en más de un discurso ponía como ejemplo a "Lito " Santa María y a Juan Luis Stamboni, un diputado nacional y un senador provincial, ambos ya fallecidos en ese entonces.

El destino quiso luego que Morán ocupara bancas similares que esos dos espejos en los que se miraba en aquel entonces. Pero no era Morán el único que nombraba como sobresalientes las actuaciones políticas de Santa María, había otras personas que sí lo trataron (Juan Carlos nació 6 años después del fallecimiento de Lito) y que se vieron deslumbrados por sus cualidades. Uno de ellos, quizás de los más cercanos que Lito tuvo y que lo tuvimos vivo hasta no hace mucho tiempo fue Francisco "Kiko" Alabart.

Kiko recordaba que fue Lito Santa María quien lo convocó a participar en política a fines de 1945, cuando Alabart había regresado del servicio militar. "Me dijo que se reunían todas las noches en el comité de la avenida Almirante Brown (ex casa de la Familia Roca, entre Avellaneda y Urquiza), que me diera una vuelta". Alabar también recordó otros dos episodios vividos con Lito: "En 1955 nos eligen concejales por la Unión Cívica Radical a Lito Santa María, Félix Marsiglio y a mí.

Duramos cuatro meses, hasta la Revolución Libertadora, y el 16 de septiembre de ese año nos metieron presos en la comisaría, en calabozos de un metro por un metro, nos metieron parados, casi no nos podíamos mover". Kiko recordó también que no le tocó en el mismo calabozo con Lito el primer día, y que ya al segundo sí compartieron uno más grande, en el que les permitieron poner colchones. Los liberaron el 23 de septiembre.

El Catalán tenía los mejores recuerdos para con Lito, a quien consideraba su amigo: "Fue un político de raza, neto, un tipo que fundió su fortuna (unas 900 hectáreas entre las propias y las de su hermana Lita) por el partido, tenía un poder convicción y de arrastre, bárbaros. Para mi fue el mejor político radical que conocí en Bolívar", recordó en una entrevista realizada para el programa televisivo Hablemos de Política en 2012.


Pocos recuerda que Lito también tuvo un ateneo radical que llevó su nombre. Jorge Alberto Sarmiento, muy cercano a la familia del malogrado diputado nacional, recordó que al "Ateneo Oscar Hipólito Santa María lo fundamos con Juan Alberto Garat alrededor de los años 1985 y 1986, nos acompañaron el Colorado Pendás y Abel Anibal Blanco". De ese ateneo surgieron proyectos que se elevaron al Honorable Concejo Deliberante para colocarle el nombre de dos políticos bolivarenses a calles de la ciudad: Anteo Gasparri y Oscar Hipólito Santa María.

Sarmiento comentó que "Pepino Ferraro (concejal del Partido Justicialista en el regreso de la democracia) tomó parte de nuestra iniciativa y no le ponen el nombre de Anteo Gasparri a una calle sino a un barrio". Jorge dijo que al nombre de Lito Santa María lo dejaron de lado, pero en realidad hay en el plano de Bolívar una calle con su nombre dentro del Barrio Los Zorzales. Y precisamente el Honorable Concejo Deliberante por Ordenanza N° 1.472 sancionada el 5 de octubre 1998 impone los nombres de los ex dirigentes radicales Alfredo Busquet, Aurelio Del Cerro, Luis Martirani, Oscar Hipólito Santa María, Domingo Santos, Juan Luis Stamboni, Simón Ichazo y Florencio Camet a las calles ubicadas entre las chacras 46 y 47, desde la Avenida 25 de Mayo hasta la avenida Mariano Unzué.

Julio Fal, una de las biblias vivientes de la política local, también recordó a Lito Santa María: "Lo conocí y lo traté, era vecino nuestro en la calle Güemes. Fue un hombre que llegó a ser diputado nacional y a diferencia de lo que ocurre hoy comúnmente, puso su fortuna, que no era poca, al servicio de la política. Era una figura nacional bastante relevante dentro del radicalismo".

Jorge Villanueva, mano derecha durante años de otro gran radical histórico como Jacinto Maineri, recordó hace algún tiempo: "Tenían una relación más política que comercial, pese a que los Santa María tenían campo, Lito era de una época en que los políticos se fundían haciendo política, por sus ideales, ahora es al revés, viven de la política, tenemos mil ejemplos".

Como se ve, 60 años atrás no quedan muchas personas que lo hayan conocido, tratado y participado en política con Oscar Hipólito Santa María; pero su nombre ha trascendido y se ha mantenido, en algunas ocasiones más que en otras. Es sinónimo de radicalismo, en el comité de la Unión Cívica Radical hay un sector en el que hay tres cuadros, el de Arturo Santa María, su padre, y el de Lito y Lita, sus hijos, quienes hicieron mucho por el partido de Alem e Yrigoyen. Arturo y Lito fueron presidentes del comité; aunque todavía sus cuadros no fueron colocados en la galería Elba Merlino de Ravassi.

La historia

Oscar Hipólito Santa María nació el 19 de marzo de 1919 en Buenos Aires, no en Bolívar como dicen varios diarios de 1964 cuando hablan de su trayectoria política. Era hijo de Arturo Santa María, quien había llegado a esta ciudad para administrar los campos de su mujer, de apellido Ordoqui, y que vino con una carta de recomendación para las autoridades radicales del momento firmada nada más y nada menos que por su amigo Hipólito Yrigoyen. Lito fue el menor de varios hermanos y el que heredó el nombre del ex presidente amigo de su padre.

Criado en el seno de una familia radical, comenzó su militancia en Bolívar con sólo 17 años, según un informe que armó el comité que todavía preside Sergio Croce. En 1942 fue elegido presidente de la Juventud Radical local y en 1952 lo honraron eligiéndolo convencional provincial y presidente del comité que por entonces se ubicaba en la avenida Almirante Brown, cargo que renovó en 1954. El Honorable Concejo Deliberante lo tuvo como uno de sus integrantes entre 1952 y 1954, y fue reelecto para el período 1954- 1956, que quedó trunco por la llamada Revolución Libertadora, lo que motivó que estuviera una semana preso tras la caída de Perón. Era una de las figuras del radicalismo en tiempos en que sobraban nombres pesados como el de Alberto Camet (candidato a intendente en 1946, derrotado por el peronista Nicolás Rueda) y Jacinto Maineri, que había sido diputado nacional y enfrentó sin suerte a Manuel Aramis Chatruc Miguez en las elecciones municipales de 1952. Acompañando la lista de Maineri fue que tuvo su primer período como concejal.

Muchos recuerdan que Pico Erreca fue electo intendente en 1958 y que Carlos Barrio fue el otro radical electo en 1963; pero pocos advierten que la historia también tuvo una elección en 1962 en la que por la comuna se enfrentaron, entre otros, Anteo Gasparri por el peronismo que estaba proscripto pero le permitieron participar, y Lito Santa María por la Unión Cívica Radical del Pueblo. Fue triunfo del médico que hoy tiene su nombre inmortalizado en un barrio, ante un radicalismo dividido entre Del Pueblo e Intransigentes.

De todas maneras esa elección fue anulada por el presidente Frondizi. La revancha para Lito llegaría un año después, cuando se convocó a las elecciones de 1963. Pero esta vez le ofrecieron ser candidato a diputado nacional, y en el ámbito local quedó para el cargo de intendente uno de sus alfiles: Carlos Barrio. Lito llegó al Congreso y Barrio, el recordado intendente sin corbata, se sentó en el sillón mayor de la avenida Belgrano.

Una corta diputación

Lito Santa María llegó con gran expectativa al Congreso Nacional. Amigo del presidente electo, Arturo Umberto Illia, a Bolívar le deparaban años de obra pública para mejorar su infraestructura interna y la de sus accesos, entre otras de las cosas que tenía el diputado en mente. Habían sido muchos años de militancia (desde 1936 hasta 1963), y con jóvenes 46 años sentía la fuerza necesaria para seguir haciendo cosas por su pueblo, ahora desde un lugar relevante, pese a haber sufrido la pérdida de su esposa tiempo antes (en 1960) y quedar a cargo de sus tres hijos, a quienes ayudó en la crianza su hermana Lita. Pero el destino quiso que en octubre de 1964 sufriera lo que hoy se conoce como un ACV y fuera trasladado de urgencia hasta un sanatorio privado de Buenos Aires donde fue intervenido.

Le informaron a la familia el 26 de octubre que la operación había sido exitosa; pero algo falló y falleció al día siguiente. De acuerdo a lo que el comité radical enumeró en un informe, Lito en ese escaso período como diputado nacional gestionó para Bolívar cloacas, pavimentos, la modernización del sistema telefónico, la iluminación del Estadio Municipal, la obra de electrificación rural y la instalación de un frigorífico. Además, entregó innumerables subsidios a entidades de bien público, sin jamás hacer un acto público por ello.

Un recordado velatorio y cortejo fúnebre

La noticia de su fallecimiento salió en los principales diarios nacionales de la época y su velatorio comenzó en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso. Como se preveía que iban a pasar varios días para que el cuerpo tuviera su destino final en el cementerio local tras varios actos de despedida, se procedió a intervenir su cuerpo con un proceso similar al de la momificación para que se conservara durante el tiempo que duraría su despedida.

Llegado a Bolívar el cuerpo de Lito un par de días después (el 28 de octubre), el cortejo fúnebre se recuerda en la distancia de un kilómetro, aproximadamente, desde el pórtico de la Sociedad Rural en Almirante Brown y Pedro Vignau hasta su domicilio particular, en San Martín casi Almirante Brown, al lado de lo que luego fuera la Clínica Central.

Tras un día de velatorio en su casa, por donde desfiló mucha gente, sus restos se expusieron en el hall central del municipio (el 29 de octubre des muy temprano), donde lo velaron durante varias horas previo a llevarlo al cementerio, donde se esperaba un acto multitudinario con oradores llegados desde distintos puntos de la provincia y del país. Antes, y llevado a pulso por concejales de las distintas fuerzas políticas, el féretro de Santa María pasó por la Parroquia San Carlos, donde lo despidieron los sacerdotes Cayetano Palazzolo y Francisco Echevarría.

"Nueve coches cubiertos de flores abrían paso a larga caravana", reza la edición del Diario La Mañana del 30 de octubre de 1964. También se describe que desde la Parroquia, y antes de llevarlo al cementerio, sus restos pasaron por la sede del comité de la Unión Cívica Radical (no se describe ubicación pero seguramente estaba ubicado en Av. San Martín casi al 900, frente a Casa Maineri), donde sus correligionarios le dieron el último adiós.

El féretro, según se describe, iba cubierto por las banderas Argentina, del Club Mira Mar y del Parque. Ya en el cementerio, sus restos fueron conducidos hasta la bóveda de la familia Urrutia, delante de la cual se escucharon diez discursos. Comenzó el Dr. Francisco Ravassi, presidente del comité de la Unión Cívica Radical del Pueblo; siguió Estanislao Picado, vicepresidente del comité de la Unión Cívica Radical del Pueblo de la provincia de Buenos Aires; luego Héctor Gibert, secretario general la Municipalidad de Bolívar, Antonio Bardella por el Concejo Deliberante local; el señor Sanjurjo, secretario de la Gobernación; el Dr. Rogelio Ventimiglia por el bloque de diputados nacionales de la UCRP; el señor Hilario Armendáriz por el bloque de diputados provinciales de la UCRP; el Dr. Mario Grau en representación de la Cámara de Diputados de la Nación; el señor Luis Martirani por mandato del bloque de diputados nacionales de la UCRI; y por último en nombre de sus amigos habló el ex comisionado León Larregle. Si bien no habló, estuvo en representación del bloque que integraba Lito el después presidente de la Nación, Raúl Alfonsín, también diputado de la UCRP en ese momento.

Un año después, el busto

Para la familia Santa María la pérdida de Lito fue un duro golpe. Los que más lo sufrieron fueron sus tres hijos, todavía adolescentes, y su hermana Isabel Cora, conocida popularmente como Lita, quien a la muerte de su cuñada se fue a vivir con su hermano y sobrinos a la casa de la avenida San Martín.

El homenaje a Lito llegó un año después de su muerte, cuando en el cementerio local se inauguró su mausoleo, con un busto de bronce autoría del reconocido escultor Luis Perlotti. Para ese acto acudieron al cementerio local para ser oradores los señores Luis García y Domingo Angeli, el Dr. Julio Vaccarezza; el entonces diputado provincial Alejandro Armendariz (h) (luego gobernador de la provincia de Buenos Aires 1983-1987) y el diputado nacional Eduardo Massolo, oriundo de Chivilcoy.

Se robaron el busto

Si bien no pudimos precisar la fecha, el busto de bronce de Lito Santa María fue robado del cementerio local entre 1973 y 1976, durante el gobierno local de Francisco Ravassi, según recordó la esposa de Francisco "Kiko" Alabart, quien por entonces ocupaba la secretaría de Gobierno y Hacienda de la comuna. Hay una anécdota muy recordada, y es que al quitarse el busto, los mármoles que lo sostenían se aflojaron y por allí comenzó a ingresar agua cada vez que llovía. Esto hizo que el cajón en el que descansaban los restos de Lito Santa María se estropeara y hubo que reemplazarlo.

Sorpresa se llevaron los encargados de esa tarea cuando fueron a "mudar" el cuerpo, ya que se encontraba intacto, y habían pasado más de 10 años de su fallecimiento. Recordar que por el tiempo que tuvo que ser expuesto en los funerales en Buenos Aires y en Bolívar, los restos de Santa María habían sido sometidos a un proceso similar al de la momificación, el cual, como se pudo comprobar luego, dio un resultado sorprendente.

El busto fue reemplazado por otro de un material que no es bronce y se desconoce la autoría del mismo y su fecha de instalación en el lugar. Para ser sinceros, el busto que se puso originalmente reflejaba la figura de Lito Santa María, el que perdura hasta hoy y que ha sido deteriorada por el paso del tiempo y esta mañana será reinuaugurado, poco parece tener que ver con la figura del ex diputado nacional fallecido hace 60 años. El busto original fue visitado en un par de ocasiones por el ex presidente Illia, quien vino a Bolívar en funciones primero para la inauguración de la electrificación rural, y luego como un militante más para algún acto partidario.

60 años después

No podemos imaginar el Bolívar que soñó Lito Santa María, que con sus jóvenes 47 años se llevó un montón de proyectos que quedaron truncos. Seguramente estaría orgulloso de ver que la obra de cloacas que pensó la pudo comenzar Francisco Ravassi y culminar en parte en la planta urbana tiempo después Félix Bereciartúa, a quien seguramente no conoció.

También sentiría regocijo al saber que la electrificación rural que comenzó con un proyecto suyo después se propagó a casi todo el Partido de Bolívar con proyectos que llevo adelante el diputado provincial Isidoro Laso. Seguramente no imaginó que la pulpería de Mira Mar, a la que habrá asistido tantas veces, hoy es patrimonio histórico del Partido de Bolívar y una de las pocas que se mantiene en pie en la provincia de Buenos Aires. Y es probable que se lamente porque el representativo de ese paraje hoy muy relacionado con la cuenca lechera ya no participe de los torneos de fútbol rural como en la época en que él defendió sus colores como jugador.

Repito lo que dije al inicio de esta nota, no conocí a Lito Santa María pero me preocupé por saber de su vida, sus logros, sus proyectos, su carrera política. Esta nota no trata de ser una biografía de su vida ni mucho menos, simplemente aportarle a las nuevas generaciones un relato compilando datos de un bolivarense que habitó estas tierras hace ya un siglo y que falleció 60 años atrás cuando todavía tenía mucho para brindarle a la ciudad, la que con seguridad vio postergadas algunas cuestiones de obra pública por su pronta partida y porque nadie las pudo gestionar como él lo hubiera hecho en ese momento histórico que le tocó ser diputado nacional con todos los planetas alineados.

El comité de la Unión Cívica Radical reinauguró hoy su busto (restaurado íntegramente por el artista plástico Gustavo Alaimo) en el mausoleo en el que descansan sus restos, a las 11 horas en el cementerio local. No estará su hermana Lita, ya fallecida, ni tampoco Illia, Alfonsín o Armendáriz, que también le rindieron homenaje con su presencia en el pasado. Habrá un grupo de radicales y ciudadanos que saben de su obra, de su hombría de bien y de sus buenas intenciones para con la comunidad.

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