3 de noviembre de 2024
por
Dr. Felipe Martínez Pérez
El radicalismo estorbaba a todos, sin importar color político o estrado, porque de alguna manera estaba estructurado o se lo podía realizar en horas, dada la infraestructura nacional. Sin embargo, los radicales al parecer se estorbaban entre ellos pues no tiene perdón el regalo hecho a quienes habían de romperlo; y en esta página se viene hablando desde el primer día, cuando ni siquiera habían ganado. Nunca se habían dado cuenta que eran los políticos a desterrar de la lid cívica. Todo lo organizado molestaba y molesta. Había que dejarlos de lado, por cuestiones obvias y por cuestiones de otra índole que viene de arrastre en los últimos tiempos; Parece, hay que romper todo y empezar de nuevo...con el peronismo, claro. En eso Milei es claro. Y estará contento, no hay un radicalismo al uso de los tiempos.
Y así con el presidente peronista se ha llevado a cabo la derrota pues venía a hacer el mal; y además la derrota por mirar para otro lado, pues eran justo los que tenían que mirar y bien, por arrastrar mucho más de un siglo. Y ahora para empezare hay dos radicalismos que se pelean entre ellos o uno no le da apoyo al otro y el otro sabe que a este paso lo destruye. Que son tiempos definitorios, al menos es lo que parece, en que se rompe todo para fabricar algo nuevo y no va a resultar al menos en un tiempo perentorio y tarde o temprano o hay escisión o explota todo. O se arregla no dando apoyo, aunque siempre ha de haber algo de importancia para todos y no se puede mirar para otro lado. Pero lo cierto es que el radicalismo está roto y por elecciones. Quiero decir que a tontas y a locas se eligió al que lo inaa romper con sus amigos que vienen de lejos y hasta con bisturí.
A esta altura y con la que va cayendo lo curioso no es lo que dice Milei o la motosierra, sino que con lo metidos que estamos y que al parecer no se ve el momento de salir a flote y la gran batalla, entonces, pasa, por el señor Milei y la señora permanente que no se baja porque curiosamente está prohibido bajarla, y al hacer la cuenta, resulta que estamos siempre en los mismos sitios, metro más o metro menos; y nada avanza. Y porque aunque parezca mentira, sucede, que sin vueltas, lo humano retrocede a pasos a agigantados y ello no es triste, sino catastrófico, por suceder en el país de las suertes y que gracias a los hombres y mujeres que pasan y han pasado en el cercano pretérito, no tiene suerte. Siempre se está empezando y desde casi un siglo siempre es el mismo discurso, que a veces promete pero que termina yéndose por las rendijas del tiempo. Es un país rico y extenso, pero sin habitantes, y pobres la mitad de la población.
Algo no anda y sin duda a algunos o a alguien hay que echarles las culpas. Y esos son los políticos de todos los palos; y para que algo pase aparece un señor que no sabe si se trata de un pase de magia o del que va a cambiar todo metiéndose a gobernar con los mismos de siempre; que por supuesto alguien los ha de poner a tono con lo que hay y se debe hacer. Al cabo parece todo sin remedio. Y hablando de remedio no hay un solo comprimido que no empiece por los mil pesos. Uno solo, a cincuenta centavos de dólar. Aquellos y nosotros que vinieron y vinimos a trabajar, y hoy los nietos y bisnietos rompiendo todo a mansalva. Y aquellos y nosotros vinimos gracias a las leyes de los fundadores, dos de los cuales son los más famosos, y a ellos se debe casi todo. Como ya se han imaginado en estas páginas salen seguido pues a Sarmiento y a Roca mucho más de medio país los odian; pero claro, si se odia a los fundadores de un país moderno y culto, que por otra parte mucho los hubieran querido tener, pues a esta altura de derrape en todos los niveles, incluso culturales, es lógico que los actuales rompan a conciencia los logros de los ausentes.
La era Milei, si le va bien, que por otra parte es lo que se espera de él, más allá de si hay trabajo que se supone que si, se ha de encontrar con la desaparición de todos los partidos políticos como tales; y de ellos saldrá una fuerza que seguramente a pesar de esperar la derecha será algo parecido; pero ni chicha ni limonada. Porque no le veo cabeza para dar nacimiento a un partido de derecha, pero de verdad de derecha, como es la tendencia en el mundo. Porque, para poner un ejemplo y muy importante, no es lo mismo el PP español a los abrazos con los socialistas y en la misma andadura, que los de VOX que además de ser de derechas de verdad, tienen todos una cierta cultura; y por estas pampas la cultura hace más de treinta años que no existe.
No olvidar que son los mismos años en que las escuelas han hecho tontos funcionales y que la falta de cabeza se ha de ver en los próximos años. No hay que olvidar que los que se han ido con los votos, curiosamente, Milei se desvive con tenerlos para él. Y buena parte de ellos son los acreedores a planes trabajar para no trabajar; y vivir de arriba aunque no bien, y cuando en pocos meses el mercado pida gente para los menesteres de alto vuelo y de gallinácea, habrá pocos capaces de ser acreedores al trabajo, y sin embargo, han de trabajar; eso sí, sin saber trabajar.
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