MÚSICA. Minas de arte

Lucía González Livio y María Azparren son dos de las ocho chicas que protagonizarán Mujeres, a estrenarse el sábado a las 21 en Casa Negra, la 'trinchera' de operaciones de este grupo de hacedoras artísticas que además son amigas.

Música y palabras nutrirán una propuesta a la que se convoca a todos, no sólo a ellas. "Cuando las mujeres se juntan a hacer algo, surge una energía muy particular, algo plenamente femenino que no se parece a nada", afirmó González Livio entrevistada junto a Azparren por este diario, acerca de una apuesta que, en la recta final de ensayos, ya está resultándoles "liberadora" y "muy movilizante".

¿Cuál es tu rol en Mujeres?

'Lula' González Livio: -Y, el mismo que el de mis compañeras, porque Celia (González) nos invitó a que nosotras propongamos qué hacer. Yo tocaré el piano y cantaré cuatro canciones: una, sola; dos con Romi (García), que hará la percusión, y una con Paulita (Danessa).

Spinetta va a estar seguro ahí, entre esos cuatro temas.

- Sí. Sí.

Azparren: "Cantar es una necesidad"

¿Y vos, María? Muchos se desayunaron con que cantabas en el recital Canciones de Fito, donde subiste a hacer Pétalo de sal.

María Azparren: - Bueno, espero que no les haya caído pesado el desayuno (risas).

¿Y cuál es tu vínculo con cantar?

- Estudié música, entonces toco el piano, sin embargo cantar es una necesidad. Aunque no me defino ni como pianista ni como cantante, si bien estudié Educación Musical y mi instrumento, el que usé toda la carrera, fue el piano.

¿Qué harás en Mujeres?

- Cuatro temas: uno con bombo y voz, otro con piano y voz, y dos más acompañando en el piano a Celia y en el que también participará Cata (Salgado) en guitarra. Una de esas canciones es de Fito Páez, anticipó Azparren, y todo indica que Pétalo de sal, delicada gema de El amor después del amor, el consagratorio disco del rosarino de 1992.Pétalo es una balada 'típicamente Fito', cantada por su autor junto a Luis Alberto Spinetta en el track 5 del álbum.

González Livio: "Sola ni loca, pero dije que sí porque somos muchas, es en banda".

Que las protagonistas del espectáculo que se estrenará el sábado en Las Heras 250 sean amigas, o estén en vías de serlo, significa para González Livio "un montón". "Romina y Celia están, y con ellas comparto cosas, son dos grandes amigas. Y esto que diré no va en contra del género masculino sino en favor del femenino: pienso que cuando las mujeres se juntan a hacer algo, surge una energía muy particular, algo plenamente femenino que no se parece a nada.

Creo que pasa eso. Y en particular en esta juntada producida por chicas que cantamos por necesidad, aunque no es que nos montamos un espectáculo cada una para salir al ruedo. A mí me da pudor encarar un show sola, pero le dije que sí a Celia porque somos muchas, porque es en banda. Sola ni loca lo hago, no me siento preparada y además que para mí esto se trata de apoyarse en otros y compartir", completó.

No sólo de música se nutrirá Mujeres, sino también de palabras. La encargada de esos segmentos será la actriz y docente Gisela Biscardi, quien dirá textos de su autoría, escritos recientemente. A las siete chicas ya mencionadas en esta nota, hay que incorporar a Alina 'Cuca Feliz' De Azevedo, y así tenemos a las ocho 'minas de arte'. Las entradas anticipadas cuestan 3 mil pesos, en puerta el sábado el valor será de 4 mil, y como cada noche de función en Casa Negra habrá servicio de cantina, con delicias dulces y saladas por Delia González y Leo Curutchet, anfitriones del lugar.

Mañana, quizá

No hay nada previsto, pero las ocho saben que Mujeres da para más. Podrían modificar el repertorio, recombinar ensambles, incluso incorporar gente, y seguir rodando por ahí. "Adónde nos llevará esta compartida, no lo sabemos. Me parece que parte del meollo del asunto es ir haciéndole caso a lo que nos vaya sucediendo, entonces si la pasamos bien, si disfrutamos, si sentimos que esto nos hace crecer, seguiremos", indicó Azparren.

Lucía siente que ya están creciendo, como personas y como hacedoras artísticas, durante ensayos teñidos de emoción y cooperación: "El otro día siento que nos liberamos todas al compartir, al charlarnos, como que sin querer termina gestándose un momento muy profundo. Nos fuimos muy movilizadas todas, algo que no estaba en los planes pero que sucedió y fue hermoso".

"No tiene que ser una obligación, pero en tanto movilice...", se alineó María, que -en broma o no tanto- sus compañeras ven como una suerte de coordinadora general del espectáculo, la encargada de hilvanar tantos tramos de modo que queden ordenados/cohesionados bajo un concepto general. Ella, empero, se desmarca: "Quizá en esta primera vez seremos un poco egoístas, como un decir '¿saben qué? Acá van a escuchar lo que cada una de nosotras tenemos ganas de mostrar".

Será, precisamente, una primera vez, y como todas no dejará de hacer las veces de prueba piloto, base sobre la que naturalmente se incorporarán ajustes, revisiones y relecturas para continuar girando, porque en la calle y codo a codo, estas mujeres son mucho más que ocho.