El Dr. Enzo Gasparri es un médico nacido en Bolívar, que eligió hace muchos años desempeñar su carrera profesional en Carhué. Lo hizo con toda la pasión propia de quien abraza una carrera con plena vocación y es así que hoy es un profesional de destacada trayectoria en ese medio. Cardiólogo y clínico llegó a ejercer la Dirección del hospital cahuense y en la actualidad, después de haber pasado por algunos inconvenientes de salud, ejerce la Jefatura del Servicio de Clínica Médica de ese nosocomio.
Nos contactamos con él para que nos cuente su propia realidad frente a la pandemia y para conocer algunos detalles de cómo se desenvuelve la emergencia en un municipio cercano. Nos encontramos, tras del diálogo, con una historia que merece ser contada porque es una de esas que nos levanta el ánimo en tiempos duros, difíciles, como los que todos estamos atravesando como sociedad.
“Nosotros somos una comunidad de 12.000 habitantes, aproximadamente. Tenemos un hospital chico. Durante la gestión de la ex gobernadora Vidal se comenzó la construcción de un hospital nuevo al que le falta mucho. Pero el pueblo se organizó. El intendente convocó a gasistas, plomeros, albañiles, gente vinculada con la construcción y están trabajando día y noche en forma voluntaria para terminarlo en tiempo record. Es emocionante verlos trabajar. En paralelo la Sociedad Rural, junto a una casa feriera local, está organizando “la feria de la vaca”. Los productores están donando novillos o vacas gordas y el remate será sin comisiones ni costos de ningún tipo. Todos los recursos que se obtengan, van al hospital. La conclusión es que una obra que iba a tardar un año, en un mes la vamos a tener terminada y así tendremos un hospital nuevo con todo lo que necesitamos en esta emergencia. Pusimos oxígeno, la asociación médica a la cual pertenezco donó $ 800.000 a esos fines y vamos a tener 20 camas extra que ya están prácticamente listas para enfrentar al COVID 19”.
Lo cuenta Enzo, quien no oculta su orgullo por lo sucedido. Una actitud enmarcada en la más pura solidaridad comunitaria que lo compromete, personalmente, aún más como médico. Así lo manifiesta enfatizando que, más allá de algunos reclamos familiares, la circunstancia lo encuentra “en la trinchera” y allí permanecerá porque “esta es mi vida, mi elección, quiero estar con y en el hospital”.
“No somos muchos los médicos que nos desempeñamos aquí pero estamos bien organizados. Todos participamos de las rondas que se hacen por las calles. Se han hecho filmaciones que se ven en lugares públicos y la gente puede ver a su médico personal participando en esas rondas (que son realizadas llamando a la toma de conciencia). Hay un alto acatamiento a las medidas de aislamiento. Por suerte no tenemos casos; sí gente que ha viajado y que ha hecho su cuarentena domiciliaria. Hemos incorporado tres médicas venezolanas que hacen la parte de atención domiciliaria. Los casos sospechosos tratamos de mantenerlos en domicilio y llegado el caso, si corresponde, proceder a su internación”.
En la despedida, Enzo Gasparri, el hijo de Anteo y de Hilda esos entrañables personajes de nuestro Bolívar, dejó su saludo y su mensaje. “Quiero que se cuiden. Todos vamos a salir adelante y ojalá todo esto no haya sido en vano. Que sirva para que nos transformemos en mejores personas, más solidarios y aprendamos a reconocer el verdadero valor de las cosas que está en la familia, los amigos. Esta crisis, estoy convencido, va a dejar su rédito positivo”.
