El sábado que pasó, puntualmente a las 16 horas, comenzó el anunciado remate de las existencias de Materiales Paulet, esa emblemática casa comercial bolivarense que durante muchos años fue un punto de referencia indubitable para los constructores, albañiles, plomeros y gasistas locales.

Es que detrás de los mostradores de la calle Leyría, además de conseguirse elementos imprescindibles para la obra, quien asistía se encontraba con el vozarrón de Roberto Paulet, siempre dispuesto al diálogo y muy especialmente al consejo, tan útil por salir de boca de una persona con aquilatada experiencia en el negocio.

Por eso, a ojos de este cronista asistente habitual a estos remates, flotaba en el ambiente una sensación de cierre de historia que se iba perfeccionando paso a paso, a medida que el hábil martillo de Alejandro Asperué adjudicaba los lotes en venta.

Por allí estaban las cuatro hijas de don Roberto, colaborando con la organización confiada a Sergio Crocce, pero también nos imaginamos movilizadas espiritualmente al recorrer, una y mil veces, esos amplios galpones que fueron durante muchísimos años una especie de santuario de su padre.

Es que la vida es así, una sucesión de ciclos que comienzan y deben tener un final, para que la historia vuelva en recuerdos filtrados por el tiempo para dejar solo lo bueno, lo útil,  lo sensiblemente válido.

Las damas de la comisión del Club Médanos de Robles (Escuela Nro. 8), atendiendo la cantina que siempre es un detalle en los remates que organiza Segrio Crocce.

Mañana lunes continuará el remate a partir de las 19 horas y, si es posible liquidar la gran cantidad de lotes que aún quedan pendientes de pujas, Materiales Paulet pasará a ser uno de esos recuerdos agradables, sensiblemente válidos como hemos dicho más arriba. No otra cosa merece la memoria de Roberto y el presente y futuro de su respetada familia.