COLUMNISTA. De esto y aquello

Una de las cosas que más llama la atención al día de hoy, de este extraño gobierno es que al señor presidente le gustan en demasía los malos de la película, es decir, aquellos, que tienen mucho dinero y que nunca dicen de donde ha salido y singularmente, por lo general, lo más llamativo es que lo tienen por los EEUU. Y si algún puro del gobierno pretende examinar la cuestión, manda a parar de súbito, como el famoso comandante que llegó y mandó parar, pero en lo opuesto. Y por si fuera poco, lo que se mide en ética y estética, está en todos los diarios, a este no a este si a aquel no por favor; y así es como ha ocurrido con el último de la saga que lo quería salvar a toda costa pero primero había actuado la vice. Y se dio cuenta que el costo por defenderlo era demasiado alto.

De la misma manera que cada día que pasa con el asunto ese de dirimir el futuro del país con la amiga procesada, y no sé si es un paso circense pero de carpa con goteras o de verdad cree, que le gana; y sin embargo, y curiosamente se acerca más a ella; a la vez que con estoques envenenados y en la misma medida se separa más de la actual elegida junto a él y que no se hablan y distancian la amistad, tensando hasta al límite las relaciones. Al divino botón porque va a ganar ella. Y ya agazapado para dar el salto, se dio cuenta a tiempo o alguien le dijo, y a tiempo pega frenazo bajo maldiciones, porque el costo iba a ser demasiado alto. Pero tornando al principio es muy llamativo que el triángulo tenga un gusto especial por los pecadores. Y que ya estén en campaña. Señal que desconfían.

No cabe duda que cuando se es un desconocido y que al cabo de un año, no ha dado un solo puesto de trabajo, sino que para peor han aumentado los pobres demuestra que nada tiene para hacer o que es un señor sin corazón o que por llegar a encontrar el famoso número de la sustentación le importa tres pimientos que se queden sin trabajo miles y miles de hombres y mujeres, que en Argentina todo se cuenta por miles hasta las estupideces que hacen y dicen sin pies ni cabeza. Y lo más tétrico, es que un confía en que le de aquello que anhela porque de lo contrario iremos cayendo de a cientos.

Desconozco si es cosa de mandinga o lo es de botarates o lo es de personajillos que no saben por dónde le da el aire; pero así como estamos llegará el número y es de esperar que así sea, pero en el camino quedaran miles de argentinos y sin que nadie lo vea ni entienda como un pecado mortal y nacional. Por es de suponer que también habrá entre los "medio judío" según el Papa pecadores de todas las categorías, sin embargo a mi me parece que por estas pampas hace rato que no se cree en nada. Y menos en el pecado, porque de ser lo contrario no habría desgobiernos.

La verdad que desconozco como se puede estar en plena campaña prometiendo el oro y el moro cuando no solo los que en esto andan han aumentado los pobres que ha es decir si ni que al parecer tampoco se sabe muy bien para donde van y salvo que estén en la misma de siempre manejar en cuentas propias dinero impropio y que ya hasta se traicionan entre ellos, los malos, cuando con la maleta al hombro los detienen no por estúpidos, aunque se la creen, sino que vaya a saber que cuestiones acarrean de lejos para oportunos chivatazos. Bueno, el asunto es que de golpe la dueña del ejecutivo anda vendiendo futuro, futuro del bueno; y con una alegría sin par; que hace mucho que no se ve, porque la verdad que en los últimos gobiernos nadie ha estado muy alegre que digamos me refiero de frente al público. Pero llama la atención que los pasados no son muy halagüeños para el presente, porque todos los días salta alguno al vacío, y la casta entonces se resiente, decae el pedigree y entre los verdes norteños se echan a volar prontuarios.

El dólar es desde inmemorial el juguete de los políticos argentinos en convivencia y connivencia con algunos bancos que hacen olas para surfear en verde, lo cual me lleva a pensar que no hay ninguno de ellos con trastornos de daltonismo, pues no tienen problemas con el verde y el rojo y podrían ser excelentes pilotos de cuanta tormenta cayera sobre la patria. Pero no, lo usan para otra cosa, y al cabo, no cabe duda que algo malo corre por sus venas. Y sin embargo, no se ha de ir muy lejos, con la estupidez de andar todo el día moviendo el dólar, porque de esta manera solo pueden tener un futuro cierto aquellos que lo mueven.

Y en este grave asunto, al parecer, no tiene cura el argentino ni la Argentina, si siempre va a estar moviendo el dólar y haciendo negocios con el dólar.

Empezó hace un año con setecientos y ochocientos y después de algunas piruetas en el año transcurrido ha caído casi en los mismo y no se dan por vencidos y entonces a jugar al eterno movimiento. O sea, cuanto está bajo lo quieren alto y cuando está alto, alto está, y la gente a la baja, no llega. Los de la Matanza deben estar contentos porque a este paso para principios de año tendrán trabajo, porque buena parte de ellos quieren trabajar, pero lo más extraño es que estos señores y señoras no han creado un solo puesto de trabajo en un año. Ni se puede crear sacando a pasear al dólar de continuo. Y todos tan campantes y campechanos. No pasa nada, son críticas sin fundamento.