OPINIÓN. De esto y aquello

Porque no hay que olvidar que fue lo anunciado con bombos y platillos como si fuera lo más importante, que claro, no lo era, pero sí iba sin duda alguna a ayudar a vivir mejor al que trabaja, bien con la cabeza, bien con las manos. Pero nada de eso ha pasado, la hojarasca anda por ahí llevada y traída por el viento. O sea, que sin duda, de lo más importante anunciado no se termina nunca de palpar y así con todo lo que estaba en vista para mejor pasar del habitante; y no hay nada o casi poco. Y este ve pasar el tiempo y todo está como estaba salvo, como es lógico, el dólar y su lucha eterna y sin cuartel, pues cosa inaudita, unos lo quieren bajo y otros lo quieren alto. Y de ahí no se pasa, o el negocio lo hace el pueblo o el negocio lo hacen unos pocos. Y no hay vuelta de hoja. Y al cabo, como decía mi abuela, el que venga atrás que arree y así estamos, nunca bien; y con la esperanza caída. O sea, lo de siempre.

Y para peor, a pesar de estar a pasos del presidente norteamericano enfrascado en destornillar al mundo pues nuestro presidente que lo ama fue y no lo recibió, al parecer porque volvía cansado de jugar al golf. Que las cosas son como son, es tal el barullo que el señor norteamericano ha armado por el mundo entero, que no tiene tiempo para otras cosas y no creo se meta a decir cosas sin sentido y en el sitio que no tiene sentido a perder el tiempo de sueño, que dado los trabajos debe necesitar. Y la verdad, no lo veo en eso. Pero tampoco lo veo bien pues es el desprecio por los otros que algo no ha de cuajar. Aunque sabe que se juega la presidencia; y al cabo, pues China le ha de poner los puntos sobre las íes. Y el nuestro pues esperando con ansia el dinero como lo han esperado todos los anteriores. Y pensar que con solo largar a trabajar a la nación, cada uno en lo suyo, no sería necesario salir a pedir dinero que, en una de esas, hasta se podría prestar.

Pero siempre ocurre que por estos pagos no se sabe bien por dónde sale el sol, o por dónde calienta más, y pasamos el tiempo en presentarse a elecciones para dar el traspié y que el que trabaja ponga dineros y trabajo. O sea, que se deslome por cuatro útiles e infinidad de inútiles. Mientras tanto por arriba cada uno hace su juego y hay que decir que la mayoría sabe jugar muy bien. Claro que en estos juegos donde se ha metido el del norte y que choca con unos o arrastra a otros, no creo le ha de ir muy bien a Argentina. Aunque todo depende si el dinero prestado va a dar trabajo, o como es habitual, a los tres meses nadie sabe dónde está; y al cabo, no cumplió con ninguna de las necesidades que primaron para pedirlo.

Y por otro lado ahora que vienen elecciones está exigido de políticos acordes o más o menos, pero que lo apoyen y está todo muy ensuciado. En una palabra que esperando el numerito ha perdido amigos y ha perdido futuro y no ha logrado lo que haciendo bien las cosas sí lo hubiera logrado. Cuando todos los apañaban, él los hería; y casi siempre por demás. Y se valió de algo que no entendió ninguno de los políticos, que al romperse cada uno de los partidos, en vez de arreglarlos, se arreglaban con Milei el causante; y sin embargo, a pesar del apoyo los ninguneaba y los gritaba y metía cizaña y los insultaba. Pues bien, ahora hay una serie de partidos muy partidos, que seguramente salvo golpe o milagro, ninguno tendrá la mayoría necesaria. Lo cual con lo que hay que hacer es desastre en puerta.

O sea, que espero lo contrario al hundimiento en ciernes. Por otra parte ninguno ha sabido o ha querido decir lo que había que hacer, porque mantener el dólar bajo está bien, al menos, que sirva para la inmensa mayoría; pero para ello Argentina tiene que estar trabajando, y no esperando el maná que es algo que al día de hoy no acaece. Argentina lleva medio siglo sin dar puntada. Y ahora se nota y por si algo faltare lo de siempre, tirar dólares a la calle para que el dólar no suba. Y en la vía pública alguien se los lleva. Que es lo más risueño que he visto en mi vida. Ni a Gila se le ocurre semejante chiste. Para chistoso Trump, que le ha dado por patear el tablero y por supuesto, y aunque no le guste, el chino se ha de llevar el gato al agua. Siglos de poner una cara que es una pregunta con su respuesta. Basta poner a los dos en la misma foto para ver quién ha de ganar la pulseada. En realidad una pulseada con poco decoro en la cual estamos todos metidos hasta las narices.