19 de enero de 2025
La producción ovina en los partidos de Mercedes, Suipacha y Navarro es secundaria a la ganadería bovina y la agricultura.
Son escasos los productores que cuentan con majadas estables y de razas definidas. La mayoría de los productores ovinos cuentan con rebaños que no superan las 50 ovejas y la finalidad es la venta de corderos durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el autoconsumo o la venta local a vecinos y amigos.
La lana es considerada, en muchos casos, un problema más que un recurso productivo. Los productores frecuentemente pagan la esquila y el esquilador se lleva la lana sin dejar ningún beneficio al productor, en otras ocasiones es quemada en el campo o es abandonada. Esta problemática se repite en la mayoría de los establecimientos con existencias ovinas de la provincia de Buenos Aires y se ve agravada por el hecho de que la lana de la región pampeana es de fibra gruesa, en general mayor a 30 µm.
Este tipo de fibra no suele ser del interés de los acopiadores por su escaso valor en el mercado, ya que las sintéticas, en su mayoría de origen chino, compiten con la lana gruesa, y tienen menor costo.
Este escenario deja a la producción ovina de la región con un recurso que no se aprovecha, perdiéndose toneladas de lana al año. Este problema ha sido identificado dentro de la Plataforma de Innovación Territorial (PIT) Ganadera, Agrícola y Lechera del Salado1. Para su abordaje, desde la AER Mercedes se han desarrollado diferentes estrategias de extensión con el objetivo de valorizar el recurso. En este sentido, una de las estrategias desarrolladas fue la de promover la instalación de un lavadero de lana ovina en un pueblo rural, brindando asesoramiento técnico y facilitando la vinculación con actores locales e instituciones.
Desde hace varios años desde la AER Mercedes se mantienen vínculos con productores ovinos de los Partidos de Mercedes, Suipacha y Navarro, brindando asesoramiento técnico.
En el año 2020 la incorporación a la agencia de un veterinario capacitado como facilitador de Ley Ovina2 profundiza los trabajos con estos productores. A partir del año 2021 surge la oportunidad de acompañar un proceso para la adquisición e instalación de un lavadero de lana que permitiría aprovechar el recurso y agregarle valor, de baja escala con bajo impacto ambiental en Villa Moll, localidad que pertenece a Navarro. Esta demanda fue priorizada por los técnicos de la Agencia, fundamentada en el impacto que podría tener la instalación de un lavadero en el desarrollo productivo local. Se planteó como una estrategia desde la AER, para contribuir a generar un punto a través del cual canalizar la comercialización de la lana que se produce en la zona y una puerta de entrada al circuito comercial e industrial. Además, se pensó en esta experiencia como un futuro caso demostrativo que pudiera reproducirse en otras zonas.
El hilado artesanal no es el único destino para la lana gruesa. Considerando la capacidad de aislación térmica que posee la misma, desde la AER Mercedes se diseña la estrategia para promover su utilización en construcción como alternativa a los aislantes realizados con polímeros sintéticos. Para poder dar este uso a esta materia prima, es necesario su acondicionamiento mediante el proceso de lavado y cardado. La instalación del lavadero permitiría alcanzar las condiciones para lograrlo.
Para obtener e instalar el lavadero fue necesario elaborar un proyecto, donde el técnico facilitador fue el responsable de liderar esta actividad por sus conocimientos técnicos y por estar habilitado por el programa. De esta manera, comenzaron los diálogos entre el técnico extensionista del INTA Mercedes con los agentes de Ley Ovina, los posibles proveedores de tecnología y los socios que solicitarían el préstamo.
Dentro de las actividades realizadas desde la AER, se contactó a otro actor adoptante de la misma tecnología de la localidad de Diego Gaynor, partido de Exaltación de la Cruz, con la finalidad de conocer su experiencia con este tipo de lavadoras. Además, para evaluar la eficiencia en el lavado de dicha tecnología, se articuló con el laboratorio de lanas de la EEA INTA Bariloche para realizar el análisis de muestras de la lana que se tomaron antes y después del proceso de lavado en el lavadero de Gaynor.
En paralelo, técnicos de la AER realizaron visitas al establecimiento donde se instalaría el lavadero y se mantuvieron encuentros con los productores beneficiarios, con quienes se efectuó un trabajo conjunto para el análisis de factibilidad económica y financiera del proyecto. Con toda la información recopilada y analizada, se redactó el proyecto para presentar a Ley Ovina, resultando aprobado y financiado.
El préstamo fue solicitado por una productora y su socio quienes recibieron $2.200.000 (en cuotas, con tasa subsidiada y con un año de gracia para el inicio de los pagos), con la finalidad de cubrir el costo de la máquina lavadora y del servicio de instalación.
La productora beneficiada, nuclea a hilanderas y artesanas locales quienes comercializan lo producido a través de ventas online o directas. La compra de la lavadora se realizó a principios del año 2022, pero por cuestiones técnicas del fabricante, la instalación y puesta en marcha del equipo se demoró sustancialmente, quedando operativa recién a mediados de 2024. Esta dilación generó inquietud y preocupación de los beneficiarios del préstamo, ya que no se pudieron obtener los ingresos proyectados durante 18 meses con los que planificaron afrontar los compromisos del préstamo, más allá de los numerosos reclamos de las instituciones involucradas.
Por otra parte, aun no se pudo realizar la instalación proyectada para la recuperación de la lanolina que se obtiene tras el lavado, otro subproducto con valor comercial.
Actualmente, la lavadora se encuentra en funcionamiento y tiene capacidad de lavar hasta 100 kg de lana al día, lo que permite el procesamiento de bajos volúmenes de material, una escala adecuada para la demanda y capacidad local. El proceso de lavado incrementa el valor de venta de la lana sustancialmente.
Durante el proceso se registró una merma de aproximadamente 50%, o sea que para obtener 1kg de lana lavada hay que ingresar a la máquina 2kg de lana sucia. Tomando esto como base, y un rango de precios de lana sucia para hilado, de entre $ 400 y $ 600 por kilo (para la calidad que se encuentra en la zona), se tiene un valor de la lana lavada de $ 4.000 (sin peinar). Por lo tanto, con costo de $ 1.200 (2 kg lana sucia) queda 1 kg de lana lavada de $ 4.000.
Además, el lavadero no sólo procesa lana para sus propios hilados, sino que brinda el servicio de lavado a terceros, por un costo de $ 2.000/kg de lana que entra a la máquina. Reciben solicitudes de distintas localidades de la provincia de Buenos Aires y también de otras zonas del país. Esto se debe a que los grandes lavaderos no reciben pequeños volúmenes para su procesamiento.
Se da el servicio de lavado e hilado a las cabañas para tejido de prendas. Hay también hilanderas que solicitan el servicio de lavado de lana para hilar y luego hacer prendas o venta de hilados. El kg de lana lavada, peinada e hilada doble se vende actualmente entre $ 35.000 y $ 40.000. A partir de esta nueva capacidad, hubo productores que empezaron a comercializar la lana que producen sus rebaños. Otros, en cambio, aun no dan un destino comercial a ese producto, pero regalan la lana al grupo de tejedoras quienes la acondicionan y valorizan. Otros productores intercambian la lana por prendas tejidas. En el futuro, si los productores que mandan a lavar la lana pudieran organizarse y realizar la venta de manera conjunta, posiblemente accederían a mejores precios. Se trata de un proceso en marcha que se proyecta pueda continuar creciendo hacia el objetivo de la valorización.
Para fomentar el uso de la lana como aislante térmico en construcción, en septiembre de 2024, la AER Mercedes organizó junto al IPAF Patagonia Norte y a Ley Ovina, un taller teórico-práctico de dos jornadas, dictado por un diseñador industrial de Instituto para la Promoción de la Agricultura Familiar (IPAF) de Patagonia Norte, especialista en la temática del uso e implementación de la lana ovina como aislante térmico.
La capacitación reunió a todos los actores del circuito comercial, incluyendo a productores, lavaderos, fabricantes de aislantes y bioconstructores, entre otros, permitiendo su relacionamiento a partir de interesantes intercambios de información técnica, prácticas y saberes. Si bien en Argentina el uso de lana como aislante térmico no está difundido, existen ya algunos emprendimientos de elaboración de aislantes térmicos elaborados con lana ovina. Los hay de distintos tipos, desde paños de fieltro (que emulan el formato de los aislantes sintéticos comerciales), que requieren cierto grado de tecnificación para ser elaborados; pero también se puede utilizar el vellón de lana lavada, tratada y cardada, sin fieltrar. Este último procesamiento está actualmente al alcance de todos los productores locales y es de muy bajo costo. Los socios que montaron el lavadero de Villa Moll ven el potencial que este nuevo mercado puede tener para su taller y piensan en la posibilidad de adquirir nuevas máquinas, como una peinadora y una Picker, para confeccionar los aislantes.
Este proceso de extensión pone en relieve la importancia del trabajo articulado entre diferentes actores institucionales, en este caso el INTA (a través de la AER Mercedes, el laboratorio de lanas de la EEA Bariloche y el IPAF Patagonia Norte) y Ley Ovina con productores, constructores, lavaderos, fabricantes de aislantes, esquiladores, etc., con el objetivo común de potenciar los recursos para impulsar las actividades del sector productivo.
Esto permitió incorporar al territorio una herramienta para posibilitar el uso y la valorización de la lana por distintos canales. Desde la AER Mercedes se seguirá acompañando este y otros proyectos que contribuyen al sector ovino y al desarrollo local.
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