Andrea Sarnari, para nosotros la hija de Chiquito Sarnari, la inquieta y activa jovencita a la que hemos visto crecer como mujer federada de la mano de su padre y de su abuelo, tiene serias posibilidades de transformarse hacia finales de septiembre en la primera mujer presidenta de la Federación Agraria Argentina.

Deberá para ello imponerse en la Asamblea que se desarrollará los días 26 y 27 de septiembre a Omar Barchetta, un productor agropecuario radicado nada menos en que Alcorta, allí donde nació la propia Federación en 1912, en aquellos sucesos épicos que se conocen, precisamente, bajo el nombre de "el grito de Alcorta".

Sin embargo, las chances parecen ser muy claras para que Andrea, desde la serena energía que trasluce con su sola presencia, consolide una premonición que el histriónico Alfredo De Angeli formuló hace exactamente un año atrás a este mismo medio, cuando aseveró que "el año que viene, habrá una mujer presidiendo la Federación Agraria, y será de Bolívar".

"Si no es así, igualmente continuaré trabajando como directora de la Federación Agraria, ya que esta postulación no es algo que yo haya buscado, más bien lo vivo como un acto de responsabilidad", dijo Andrea en el marco de una larga entrevista concedida el viernes en la Redacción de La Mañana.

Recién llegada desde Rosario donde vive con su esposo y sus dos hijos, llegó a Bolívar en visita familiar y de aquí seguía su itinerario recorriendo delegaciones de la entidad, porque los días vuelan y es preciso que todas ellas sepan de su compromiso con la renovación, "que no es solo de nombres y de caras, sino especialmente de ideas y de estrategias. El productor agropecuario, especialmente el pequeño y el mediano que son los que representamos, ya no es el mismo que el de hace unos años y las instituciones tienen que adaptarse a esos cambios para entender las nuevas problemáticas y ayudar a resolverlas", sintetiza de algún modo su pensamiento. "Todo comienza por modernizarnos nosotros, institucionalmente. Ya no es tiempo de las reuniones mensuales programadas, para que entre todos analicemos un documento sentados a una misma mesa. Hay otras formas de comunicarnos, con otra inmediatez, para ser más efectivos en nuestras acciones y en nuestras respuestas".

Los cambios operados en el gobierno nacional enfrentan a todos los sectores y al campo en particular a un fenómeno también nuevo. La llegada de Javier Milei al poder y de su mano surgen ideas liberales que apuntan al achicamiento del Estado y la eliminación de regulaciones. Pero el Estado ha sido siempre el punto central del blanco hacia donde han apuntado los reclamos de las entidades del campo.

¿Cómo interpretás estos nuevos tiempos y cuál es el rol que personalmente le atribuís al Estado hoy y siempre?

"No hay manera de equilibrar disparidades y fuerzas si no es con la presencia del Estado. Por supuesto que abogo por un Estado eficiente, austero y sobre todo libre de corrupción; pero en un país con disparidades, en el marco de un mundo globalizado y con gran tendencia a la concentración, es el Estado el que tiene que mediar para restablecer equilibrios. Cuando hablo del Estado me refiero a todos los niveles: nacional, provincial y municipal. Porque ahora nos enfrentamos, por ejemplo, a la implementación de la quinta cuota del Impuesto Inmobiliario Rural, un tema de incumbencia provincial. Quinta cuota que se aplica sobre el valor real de las propiedades, hecho que afecta no solamente al productor sino a toda la ruralidad. Es un tema que habrá que discutir seriamente, porque con las actuales políticas nos enfrentamos a una realidad dolorosa: la existencia de pequeños productores que tienen un patrimonio importante pero que luchan y se esfuerzan para obtener una mínima rentabilidad que se la llevan los impuestos. Y en el ámbito municipal ocurren cosas similares. Habrá que insistir en reclamar que se cumpla con el arreglo de los caminos rurales, porque el productor paga mucho en concepto de Tasa Vial y al menos en Bolívar los caminos está intransitables apenas caen una pocos milímetros de lluvia".

Ya con el traje de presidenta colocado, ¿cuál será el primer planteo hacia el gobierno nacional?

"Que se trabaje en el alivio a la presión impositiva, que es verdaderamente asfixiante".

Bueno, pero este gobierno ha prometido eso...

"Es cierto, pero del dicho al hecho hay un largo trecho. Hemos tenido mucha paciencia para esperar que efectivamente se cumpla esa promesa. Pero los tiempos ya no nos permiten tener mucha paciencia más, porque las economías de los productores ya no dan para más esperas y eso, como te decía antes, afecta a toda la ruralidad y eso incluye a nuestros propios pueblos, como Bolívar y tantos otros que obtienen parte importante de su movimiento económico de lo que genera el campo y especialmente de los pequeños y medianos productores".

¿Cómo está la relación de la Federación con el resto de las entidades gremiales del campo?

"Está muy bien. Sabemos que no somos lo mismo ni representamos siempre los mismos intereses; pero hemos aprendido a convivir en un clima de respeto y a entender que, cuando estamos juntos, nuestros reclamos son más fuertes y tenemos mejor capacidad de llegada. La Mesa de Enlace es una herramienta que tenemos dentro de nuestra caja de herramientas que debemos cuidar y utilizar cuando es necesario. Claro que a veces esas diferencias de criterio surgen y está bien que así sea, como también lo es que tengamos más afinidad con algunas de esas entidades y con otras no tanto. En nuestro caso, estamos más cerca de CONINAGRO y la Sociedad Rural lo está de CRA. Pero siempre con mucho diálogo e, insisto, mucho respeto".

La afinidad que marca Andrea con CONINAGRO se basa, obviamente, en que ambas entidades forman parte del movimiento cooperativista. Al respecto, y desde su propia Maestría realizada en el tema específico como parte de su desarrollo profesional como abogada, Sarnari defendió durante la charla el poder creador y multiplicador del asociativismo y a las propias cooperativas como herramientas para la contención de los productores asociados. "Algunos pueblos pequeños terminaron de desaparecer cuando las cooperativas dejaron de tener presencias fuertes allí", señaló Andrea quien, no obstante, también aceptó que el modelo a veces fue mal utilizado y de alguna manera desvirtuado porque, bajo ese formato cooperativo, se disimularon empresas que debieran haber asumido otro tipo societario.

¿Tendrás la posibilidad de estar en Bolívar para la Exposición Rural que se avecina? ¿Te moviliza de alguna manera como mujer de campo y especialmente como bolivarense nuestra exposición?

"No estaré, realmente no me será posible por obvias razones. Pero sí que me moviliza la exposición. Porque además de ser una muestra de la producción del campo es un acontecimiento social importante y para nosotros una verdadera fiesta popular. Todos hemos corrido de chicos por sus calles y la verdad es que me pone muy contenta que esté tomando nuevo impulso y siga creciendo. Tiene que ver con nuestra identidad".

Lo dicho. Andrea Sarnari, abogada, nacida y criada en el campo. Producto educativo de La 14, allí donde todavía está el campo familiar que explota junto a su hermano. Bolivarense, madre y campesina de alma que, por ello, ya "contaminó" con su pasión a sus dos hijos, el mayor de los cuales "ya es todo un federado", según nos dijo, aspira a presidir la Federación Agraria. Y como viene la cosa, así será.

Deseamos que se haga cierta la premonición de Alfredo De Angeli.

VAC