CELIA GONZÁLEZ NOS DICE QUIÉN ES A TRAVÉS DE LA VOZ DE OTROS. Mapa de su amor

Celia González es docente, artista, madre, repostera, compañera y hace dos años gestora cultural desde su amada Casa Negra, hoy un necesario refugio de la cultura que fundó y atiende con su compañero, Leandro Curutchet. En términos de música, quizá su máxima pasión, 'Delia' se define como un "disco clásico con patas", y para muestra bastan no botones, sino rubíes del 'Flaco', Charly, Fito, el Silvio, Fandermole y Baglietto, la estrella de seis puntas con la que dibuja el mapa de su amor.

Una canción a la que le confiarías tus secretos.

-Alma de diamante, de Spinetta. Todos tenemos fragilidad, siento que él la abrazaría y contendría mis peores demonios, y obvio que mis secretos.

Una canción para recorrer el mundo volando como un pájaro.

-Guanuqueando, Divididos. Mi mundo es toda la América, la historia de los originarios, y esta letra le canta a la belleza de esa cultura.

Una para meterse en lo profundo del mar y dar un paseo bien abajo.

-Por qué no llorás un poco, de Gabo Ferro. (Nada mejor que llorar sumergida en el agua).

Una para envolver caramelos o bombones.

-¿Quién va a cantar?, Rubén Rada. Una música alegre para hacer un trabajo monótono pero que acompañe diciendo algo, dejándonos algo que nos haga pensar.

Una en la que esconderse.

-Remolinos, Gaby Echevarría. Estoy segura de estar detrás de la letra de esa canción...

Una canción a la que irse a vivir.

-Los libros de la buena memoria, Spinetta, pero que me la cante mi amiga 'Lula' -Lucía González Livio-. (Cada vez que escucho su versión muero de amor, me mueve la estantería del alma la 'Lula' y su piano). Si hay algo que quiero que siempre esté en mi vida es la memoria y los amigos (que son mis hermanos elegidos).

Una con forma de espada, con la que bancarse a los malos de a puñados.

-La era está pariendo un corazón, de Silvio Rodríguez. La declaración de principios más bellamente escrita... Habla de la urgencia de dejar nuestras comodidades para salir a enfrentar lo que es injusto, por las causas por las que queremos luchar.

Una que huela a la casa de la abuela.

-Oración del Remanso, de Jorge Fandermole (versión de Liliana Herrero). Mis abuelos fueron luchadores, trabajadores y la vida no les fue fácil, como a los pescadores de esta canción.

Una con la que perfumarías tu patio...

-Muchacha ojos de papel, Spinetta. ¿Qué mejor que el perfume de una mujer?

Una que sirva como flecha para viajar lejos y rápido.

-Los días en la vida, de Fito Páez. Himno que grita libertad, salir corriendo, escapar de lo que nos hace mal y regalarnos dos días en la vida (si es con una amiga, combo perfecto).

Una con forma de barco, para viajar lento.

-Primavera, Matematea. La melodía me invita a moverme en un barco y la letra a pensar mientras miro la inmensidad del mar. ¿Qué más?

Una para encender la mañana de un día más, uno cualquiera.

-Cuando, Jorge Fandermole (versión de Baglietto). Y sí, a mí me gusta arrancar mis mañanas tarareando esta canción (a veces solo en mi mente)... Belleza que me mete adentro de mí misma... y me empuja a saltar de la cama.

Una con sabor a madrugada, a esa hora en que la noche va entregándose de a poco a la luz.

-Cinema Verité, Serú Girán. ¿Qué mejor que terminar el día escuchando una de las mejores versiones de Charly?

Una en la que perderse, como si fuera un laberinto.

-Deseo, de Pedro Guerra (versión Baglietto). (Creo que a esta altura está más que claro que me gusta mucho Baglietto como intérprete).

Una donde sentarse a tomar algo solo, en un atardecer de otoño.

-Ojos de video tape, de Charly. Habla de la soledad y yo disfruto de mi soledad y mis silencios.

Una para emborracharse con amigos, hasta que cierre el bar.

-Buscando un símbolo de paz, Charly García. ¡¡¡Sí!!!! Cantarla a los gritos borracha con mis amigas, siempre decretando nuestra paz, ¡la paz que nos merecemos todos!

Una para regalarles a tus padres, como si les dieras tu corazón.

-Las cosas tienen movimiento, de Fito (versión Baglietto). Porque siempre estarán en mí...

Una canción donde hacer el amor.

-Tema de amor, Ennio Morricone. Canción de la peli Cinema Paradiso (única instrumental). Si lo escuchás, no hay otra cosa que hacer que no sea el amor.

Una con forma de boomerang, que se pueda arrojar lejos sabiendo que siempre volverá.

-Barro tal vez. Spinetta siempre tiene que estar y volver. (Creo que a estas alturas ya todos comprendieron que me gusta y mucho el 'Flaco'.)

Una para mojar en el café, como una galletita dulce para merendar.

-Durazno sangrando, Spinetta. Me parece increíble la combinación de café y frutas, y el durazno es una de mis preferidas.

Una canción agria, que prefieras evitar porque te hace mal.

-Era en Abril, Fandermole. No sé si es agria, pero cuando se te muere un hijo esta canción se hace insoportable de escuchar. Duelen hasta los primeros acordes, que no tienen letra.

Una con cara de perro rabioso.

-Se viene, Bersuit. Me trae los años noventa y el enojo y la bronca por la situación económica que se sufría en casa como en tantos hogares. No sé si entendía el significado y la magnitud de la realidad, pero recuerdo cantarla con mucha bronca.

Una canción donde se podría envasar el cielo.

-Plegaria para un niño dormido, Spinetta, y nada que agregar.

Una con aroma a niño, que te dé esperanzas de que mañana puede ser mejor.

-El reparador de sueños, Silvio Rodríguez. Ese personaje que va reparando por la vida y trayendo esperanza. Temazo del Silvio.

Una que se parezca a vos.

-Tratando de crecer, Fito Páez (versión Baglietto). Y sí, voy tratando de crecer (aún), pero jamás intento "sentar" cabeza. Sin dudarlo, es mi resumen de cómo me declaro frente a la vida, frente al otro.