23 de diciembre de 2024
Entrevista con la docente, pianista y cantante.
por
Chino Castro
¿Te considerás una artista?
- No, no estoy produciendo por
ahí, estoy andando, nada más. No, creo que no.
¿Y cuándo considerás a alguien un artista, o qué tendrías que estar
haciendo vos para considerarte tal cosa?
- Estar embarcada en una búsqueda
personal de comunicar algo. Para mí un artista siempre resulta alguien
inspirador, como que a través de su hacer, inspira.
Y eso puede ocurrir con lo que conocemos como un gran artista, como con
un 'cholo' de acá a la vuelta.
- Sí. Alguien que haga música como
alguien que, no sé, un carpintero.
¿Un carpintero puede ser un artista?
- No sé, es bastante charlable
eso, me refiero a cualquier persona que haga algo creativo y que genere en
otros una transformación. Es vinculable con el arte eso.
"Todo lo que exploro en lo musical está atravesado por la búsqueda de coherencia"
¿Y qué te considerás, o qué sos?
- Antes que nada y primero que todo, un ser. Y
profesionalmente, la docencia es un espacio que me ha hecho crecer mucho. Todas
las cosas que he ido explorando en lo musical están atravesadas por eso, por
buscar una coherencia entre lo que creo de la música y lo que quiero transmitir
sobre ella o sobre cómo acercarse. Ese es mi rol como docente. Intento ser
coherente con eso, lo que me lleva a veces a lugares incómodos, como persona.
¿Cómo cuáles?
- La exposición. Estar haciendo
música en escenarios, por ejemplo. Son lugares que a veces no necesito como
persona, como alguien que trabaja con la música. No tengo esa necesidad, que
los músicos sí. Sin embargo yo creo que un músico es alguien que puede tener
ese intercambio con otros, mostrar lo que hace, estar en movimiento. Entonces
necesito pasar por eso, también por coherencia (se ríe).
Decís que no tenés la necesidad de la exposición, pero últimamente te
hemos visto bastante en escenarios (en Canciones de Fito y en mujeres)...
- Es que es una búsqueda. Yo creo
que la música me ha ido poniendo ahí. Lo vivo como una posibilidad de
autoconocimiento, siempre me ha ayudado a construirme y a salirme de ls lugares
cómodos. Y ahora hacía tiempo que venía dándome cuenta de que una cosa es no
tener la necesidad o las ganas, y otra es que signifique una traba o una
imposibilidad al punto de no aceptar si surge. Entonces me dije "se ve que este
es mi próximo lugar incómodo", y ahí estoy poniéndole el cuerpo. Pero no es que
la paso mal, quizá el antes y el después me cuestan más que el estar en el
escenario, el durante. Las necesidades que eso genera, la de tener que hacer
una entrevista, por ejemplo, o el bajar del escenario, el después.
¿Una entrevista es un lugar incómodo también?
- No sé, juega esto del para qué,
o el qué tengo yo para decir. Eso.
¿Y el sitio cómodo cuál es, el aula dando clases?
- El aula es un lugar donde si
bien una está expuesta, me siento más a disposición del proceso de los otros
que de lo mío. Y en el escenario no me pasa eso. Si es algo colectivo me gusta
más, desde la percu, o en alguna cuerda en una formación de candombe, como he
estado en una murga estilo uruguayo. Cosas colectivas...
Estar a un costado en una formación grande, no ser la figura central.
Es decir que te hemos visto en escenarios...
- Prestados (interrumpe, y se
ríe).
Claro, algo así. Casi que casualmente, pero entonces no cabría esperar
que sigas explotando ese plan, o, mejor dicho, no cabe aguardar que formes una
banda para salir a la palestra a cantar y tocar.
- No, no lo sé. Cabe, por
supuesto, en tanto estoy transitando todo el tiempo por el ámbito de la música.
Pero hoy no.
- No, no es algo que yo vaya a organizar
ahora, a brindarle energía. Lo de Casa Negra Mujeres me pareció hermoso para
transitar esto de ponerle el cuerpo al escenario, porque cerraba por todos
lados: el encuentro con otro, que tenía mucho de colectivo a pesar de los
momentos de mayor o menor individualidad allí, y que contenía algo importante
en relación a lo social, ya que para mí es necesario que en todos la dos surja
la participación de la mujer. Dar visibilidad a eso. No porque no estén
haciendo cosas, participando, pero darle un sentido y una potencia a esos
encuentros, consolidar esa sensación de que se puede.
María Azparren es bolivarense. Estudió piano desde sus diez años con la profesora Mabel Turani, del Instituto Yamaha. Después, en 2003 se fue a La Plata a formarse en Bellas Artes en Dirección de Coros, pero evaluó que no era para ella estar "toda la vida escuchando coros", y derivó en Educación Musical.
"Una buena decisión", evalúa con el diario del lunes bien temprano. En 2024 regresó a Bolívar, donde da clases en secundarios y en el Instituto Superior de Formación Docente N° 27 (terciario). Hasta el año pasado "iba y venía" de la 'ciudad de las diagonales', donde también dictaba clases. Por fuera de su faceta profesional, toca teclados y canta desde hace muchos años, básicamente en el ámbito privado, para/junto a familiares y amigos.
Más allá de que lo hagas públicamente o no, ¿qué te gusta cantar, qué
elegís o te queda como una pilcha cómoda para tocar el piano e interpretar?
- Mmm... Últimamente, cuando tomé la
decisión de poner el cuerpo hacia afuera, estuve cantando folclore, pero solo
cantando. Y en el piano, me gusta el rock. Igual es un instrumento que siempre
apliqué al repertorio académico de obras instrumentales, porque la formación me
lo pedía. Y si hablamos de rock, te diría que Fito me gusta bastante. Fito, Charly,
y muchas canciones que son de guitarra o de un sonido típicamente rock que me
propongo llevar al piano, hacer que tenga un sentido en mi instrumento.
¿Qué pensás de la movida artística, y en particular la musical, que hay
hoy en la ciudad? Te fuiste en 2003 y volviste hace poco, ¿qué diferencia
advertís entre aquellos años y éstos?
- Para mí es enorme lo de ahora.
Charlando con gente de mi edad y que vivió la movida en aquellos momentos
pensamos eso, yo estaba entonces bastante por fuera de lo que sucedía, por
contexto familiar y otras cosas. Es hermoso que haya tanta gente haciendo
música y poniéndole el cuerpo a realizar eventos, montar lugares; que haya una
productora como Dani López armando fechas con gente de otro lugar y preocupada
siempre por enlazar con lo local. Es hermoso todo eso.
Bueno, en los primeros dos mil no había casi nada de esto, semejante
volumen. Entiendo que lo sabés, aunque, como señalabas, estabas bastante afuera
de lo que sucedía.
- Ahora hay mucho más, sí, claro.
Es tal la cantidad de músicos, que provoca que se abran lugares. La
propia necesidad de expresión de tantas bandas y solistas los genera: Casa
Negra, ahora el Club Ciudad y la peña de Caraballo, en los veranos de los
últimos años siempre un par de patios...
- Eso es hermoso e interpreto que
ha tenido sus idas y vueltas, con la pandemia en el medio, pero hay un
intercambio de gente que viene y que va y que, siendo de acá, cuando regresa
tiene ganas de juntarse con los músicos porque sabe que siguen en movimiento
durante el año y que continúan haciendo cosas. Hay una movida consolidada, a
pesar de que se va rotando están esa disposición y esa generosidad para
compartir que me parecen fundamentales para que la cosa crezca.
Incluso tenemos Escuela municipal de música. Una conquista de estos
años, seguramente hija de esa proliferación de músicos que se da en Bolívar,
acaso impensada hace unas pocas décadas.
- Sí, eso promueve un acercamiento
de la música a todos que es muy interesante. Son lugares a los que hay que
apoyar, darles difusión. Cuando yo vivía acá, antes de irme, no había este
volumen ni nivel de cosas, pero también noto que hay herramientas que no
terminan de llegar a todos lados, siendo que está la posibilidad. Tenemos
también el Profesorado de Música en el CePEAC. Cuando llegué dije "qué bueno...".
Y que lo estén laburando músicos de acá y poniendo allí todo lo que saben, es
súper valioso. Ese lugar también es algo de estos años.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
"SI TE PASA, NOS IMPORTA"
En el marco de la campaña "Si te pasa, nos importa".