20 de diciembre de 2021
Pablo Toulouse tiene 54 años, es docente e ingeniero agrónomo, y practica artes marciales desde que fue a estudiar a La Plata. Recientemente, acaba de participar en un torneo internacional, en forma virtual, y La Mañana lo contactó para conocer detalles de su trayectoria en esta disciplina. “Básicamente, siempre lo practiqué como entrenamiento, con una mirada hacia la defensa personal. No di nunca exámenes ni fui adelantando como corresponde en quienes hacen estas prácticas, que van pasando de grado y de cinturón. Yo lo hice simplemente con un interés de entrenamiento. Todas estas artes marciales llevan a saber manejar técnicas para la defensa, así que siempre estuve trabajando técnicas y haciendo combates con mis compañeros de entrenamiento e incluso, cuando fui mayor, los hacía con mis profesores. El combate sería en karate el kumite, el intercambio o “lucha” entre dos personas; se usan protectores, guantes, cascos, chaleco… Jugás a golpear, a derribar, siempre protegiéndote y cuidándote.
Con ese entrenamiento no tuve una continuidad ni una actitud disciplinada; lo tomé como una actividad “light”. Luego de algunos años, siendo ya más grande, casi a los 50 años, tuve un problema de salud importante, coronario, que me cambió la vida porque el entrenamiento ya no iba a ser el mismo, iba a tener que empezar a cuidarme en todo… Los médicos me dijeron que todo aquello que venía haciendo en cuanto a defensa personal, no podría hacerlo. Entonces fue cuando descubrí un arte marcial chino; recordemos que el karate y el aikido son japoneses mientras que el tae kwon do es surcoreano. En mi caso, me surgió la posibilidad de practicar un arte marcial chino llamado Tai Ji Quan, el cual está “asociado” a una práctica de medicina tradicional china que se denomina Gi Gong (Chi Kung en su pronunciación). Como dije, esta es una disciplina que responde a los fundamentos de la medicina tradicional china y también a algunas premisas del Taoísmo y Budismo… Este arte marcial me apareció de casualidad, busqué en Google y me apareció eso, pero yo no tenía idea de qué era. Esto fue en el año 2017. Así que comencé a practicarlo a través de tutoriales de Youtube y me di cuenta de que a pesar de haber hecho siempre artes marciales, esto era otra cosa, mucho más complicado… Fue por eso que entendí que necesitaba un instructor; en ese momento aún no había pandemia, prácticamente no había institutos que dieran clases, cursos o carreras de este tipo en forma on line. Conseguí una entidad en La Plata, que tenía la propuesta de un instructorado semi presencial, así que era muy común que viajara los fines de semana y me instalara allá, donde tengo una hija estudiando… Así empecé el instructorado en Tai Ji Quan; en forma on line recibía videos y los fines de semana viajaba para poder asimilar bien las prácticas y poder corregir, y eso duró dos años. A fines de noviembre de 2019 me contacté con una institución cordobesa muy reconocida, de bastante desempeño, llamada Neitan, y allí empecé un instructorado, ya no de Tai Ji Quan sino de Qi Gong, con la idea de viajar hacia cada tres meses, un fin de semana completo, y hacerla en forma presencial, incluso ellos me daban un lugar para hospedarme. Luego llegó la pandemia y me mandaron un email para informarme que la modalidad pasaba a ser totalmente virtual. Durante dos años hice el instructorado de Qi Gong y estoy terminando ya el tercer año con miras a hacer el profesorado de ese arte marcial. Es decir, soy instructor; me falta hacer algunos cursos y dar un examen final para ser profesor. Es una carrera bastante exigente en cuanto a contenidos, bibliografía y videos; hay que estar permanentemente observando videos, grabando otros y enviando, corrigiendo… Es bastante exigente, casi como si fuese presencial.
Con algunos muy allegados nos juntamos para practicar, para hacer algunas clases… Son actividades y disciplinas que conllevan lo energético, la circulación de lo que se denomina el “chi”, una energía interna con una definición muy poco occidental, y además está asociado a la prevención de enfermedades, del stress, mejoramiento del estado de salud y muchísimas cosas más… Yo podría ahondar en información sobre el Qi Gong porque es abundante; es un arte milenario y los resultados están más que a la vista. La ciencia ya reconoce los beneficios de su práctica, siempre que sea permanente y disciplinada, no la que uno podría hacer cada tanto, yendo dos veces por semana a un gimnasio…
Y el Tai Ji Quan está asociado al Qi Gong porque los movimientos se hacen de forma muy pausada, sincronizando todas las partes del cuerpo; utiliza las mismas técnicas de respiración, y también lleva a la prevención de las enfermedades y el cuidado de la salud.
Mi profesora de Córdoba dice que encontrar el núcleo del Tai Ji es como pelar una cebolla, porque al ir atravesando capas siempre vas encontrando algo nuevo. No se termina nunca y es realmente un arte marcial muy difícil; yo que he hecho un poco de todo, puedo decir que es mucho más complicado que cualquier otro. Incluso hay otros artes marciales más difíciles de aprender, como el kung fu.
Lo que se refiere a competencias no es lo que se da en las clases, sino lo que uno aprende con un instructor, que fue lo que yo hice cuando estuve en La Plata. Hace un par de años ya había competido en un torneo internacional y ahora volví a hacerlo, en forma virtual. Cada uno graba un video con distintos tipos de “formas”; las hay tradicionales y no tradicionales, con estilos diferentes, se debe elegir una y profundizarla. Esto quiere decir que los movimientos vayan como corresponde, porque todo tiene su técnica específica. Cada participante va limando su técnica, haciéndola cada vez mejor, hasta que un video que filma lo convence y lo envía al torneo. Allí los jurados te califican, y si no les gusta, te mandan un certificado de agradecimiento por haber participado. Este año surgió el primer torneo internacional virtual, que fue incluso reconocido como “de interés cultural y social” por la Legislatura de la Ciudad de Autónoma de Buenos Aires. Lo organizó el Club Argentino de Wu Shu, integrado por una pareja de chinos que están radicados en Argentina desde el año 2004; ella es una mujer joven, que ha participado en torneos y ha sido campeona mundial en diferentes tipos de técnicas. A sus contactos de Facebook les enviaron la invitación para participar en este torneo y me inscribí. Durante esos días me entrené mucho, mejoré la técnica, preparé los videos y filmé unos cincuenta hasta que uno me gustó. Nunca terminan de convencerte los videos, siempre parece que te falta algo, pero no podía esperar más así que mandé los que me parecieron mejores. Y sinceramente fue una sorpresa saber que estuve bien. Presenté dos formas de Tai Ji; una de manos libres, la forma tradicional 24. Lo hice en forma simplificada porque dura 4 minutos y medio, en cambio la forma original dura mucho más tiempo. Y la otra forma que elegí fue con un arma: una espada china. Se hace en forma lenta, muy pausada, empleando todas las técnicas establecidas.
Me sorprendió el resultado, no lo esperaba; yo sólo lo hice por participar y sin embargo aparecí puntuado de la siguiente manera: en la forma tradicional 24, con 8.40 puntos, terminé segundo en mi categoría, mayores de 50 años. Y en la forma 32 de Taiji Quan Estilo Yang (espada china) aparezco puntuado primero, con 8.70 puntos, y me significa un orgullo.
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