Información General. Todos los nombres, el nombre

Tradicionalmente los nombres de los lugares fueron apareciendo de acuerdo a las actividades propias del mismo, por sus características físicas, por la memoria de los sucesos o simplemente por la presencia de un árbol venerable,  jamás olvidaré el campo de un amigo que se llamaba “El aguaribay” por el existente en su entrada.

Los nombres de los lugares configuran la toponimia de la ciudad. “Toponimia: conjunto de nombres propios que dominan un lugar.”

Y ésta llegó a su vez a redenominar algunos de estos lugares, como en el caso de nuestras plazas.

Sin repetir y sin soplar, quién se acuerda del nombre de la plaza de la escuela N.º 7, por ejemplo,…. claro pocos, Ricardo Rojas,  y así con la mayoría de nuestras plazas, relegando el nombre de las mismas.

La toponimia se recrea continuamente con la evolución de la ciudad, y por ello aparecen nuevas referencias. Antes, la esquina de Casa Arteta, después Fuego y ahora  La cope,  La Galli, Casablanca o la Del Globo, Sánchez Bedatou, ahora la esquina de Loft, el Hotel Plaza, reconvertido en sede de  educación, ….

Ahora bien, una ciudad como la nuestra, de formación homogénea y rápida en las últimas décadas, no ofreció demasiadas oportunidades de denominación espontánea, destilada tibiamente por la historia. En el caso de las calles en los barrios primó la “designación” de un nombre, no relacionado con la idiosincrasia del mismo, y como tampoco presentaba inconvenientes,  terminó aportando un carácter al mismo, por más arbitrario que haya sido, plaza Salta en Melitona, por ejemplo.

Alguna vez le propuse a los jóvenes de la UCR, que el padre de la democracia, Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, podría tener una calle con su nombre en Bolívar y fuera de   importancia, por eso, se me ocurrió, la Av. 25 de mayo, la mitad podría pasar a llamarse Alfonsín, y de paso dejamos de pensar para que lado es impar y para qué lado es par.

En estos últimos años se han desarrollado nuevos barrios, es una lástima que no tengan nombres sus calles y sí número, los cuales con el tiempo van a tener que cambiar por un nombre. Así encontramos la calle 501, 502, 503 en los Zorzales o las 701. 702.703 …707. en el nuevo Procrear de la Av. Calfucurá, o las calles del Parque Industrial también numeradas.

También hablo de las que tomaron  el nombre de provincias o árboles porque sí.

Insisto, esta columna no es para polemizar, sino para descubrir, proponer y encontrarnos en algunos párrafos, pero no deja de ser una columna personal.

Con esto de las calles digo, si bien Bolívar tiene olvidado a sus fundadores, entre ellos a Martin Berraondo, Pedro Duval, Marcelino Davel, Victorino Abregó, Miguel Villaraza, con los años algunos ilustres ciudadanos tuvieron su reconocimiento, Pedro Vignau, Prof. Adolfo Cancio, Prof. José Castellá, Dr. José Fabres García…….

Acotación, no estaría nada mal, al lado del nombre donde se inicia  tenga una reseña sobre haciendo más efectivo el homenaje pretendido.

Pero esta es mi columna y  mi tiempo, el que me tocó y toca vivir.

Por eso pienso en algunos nombres que marcaron la vida de la ciudad, en instituciones y actividades, la que yo viví en estos años y fueron parte de mi historia.

Antes que Marcelo Hugo Tinelli fuera famoso, durante muchos años cuando decía de donde era, la gente lo asociaba al terruño del “gaucho” Jorge Martínez Boero, y sería un merecido reconocimiento, una calle con su nombre y no una rotonda… porque una arteria le da identidad a la persona y a su figura.

Enumero algunos prohombres de mi ciudad, Isaac Mosca, presidente de la Cámara Comercial, Héctor Rubén Barrios y Juan Carlos Cisneros, presidentes de la Socidad Rural,  Félix Bereciártua, ejecutor de las principales obras públicas de Bolívar, Oscar Casimiro Cabreros, al frente del eterno diario La Mañana y cofundador de muchas instituciones, Miguel Ángel Scenna, gran historiador, Raúl “Cholo” De Benedet, rector durante décadas del ex Colegio Nacional.

Renglón aparte, los héroes de Malvinas bolivarenses podrían llevar sus nombres en las calles de la ciudad que los vio nacer, estudiar, caminar y volver a tener sus familias. Claudio “Caco”  López , Jorge Luis Buglioni , Mario Miguel Volpe , Adolfo Miguel Barcia ,Miguel Ángel Esterlich y Miguel Nazario Martínez.

Pero como digo es muy personal y es el tiempo que me tocó vivir.

La toponimia es vulnerable y la hieren tanto la abstracción de las señales como los cambios de nombres que no se apoyan en un significado colectiva ya sea histórica, funcional o geográfica.

Solo un pensamiento en voz alta tal vez. Recordemos a los que hicieron que nuestra ciudad sea la que es.