La cantante Verónica Condomí y el guitarrista Ernesto Snajer se presentaron el sábado en el auditorio de la Biblioteca Rivadavia, convocados por la Asociación Musical para el tercer concierto del año de la organización que preside Nahuel Morante.
Ante una sala que lució un excelente marco de público, lo que merecen artistas de semejante talla, la dupla ofreció un paseo por páginas sagradas del folclore argentino, de diversos estilos, regiones y épocas. En rigor, presentaron canciones contenidas en dos discos de Condomí, que en muchas etapas de su rico derrotero musical ha compartido bondi con Snajer, vale decir que se conocen bien.
El concierto comenzó ‘entre algodones’, ya que Verónica estaba el sábado por la noche recuperándose de una gripe o fuerte resfrío, que condicionaba su voz aunque no al punto de impedir su despliegue y lucimiento. Pero después, todo fue acomodándose (incluyendo algún percance de sonido) hasta explotar en un grand finale con el público participando en coros en El amanecer, la canción elegida como bis, mientras ella caminaba entre la gente. (Descalza, como eligió brindarse). Una pieza que incluyó un gran solo de él. Todo un paseo esencial/vital de poco más de una hora con pináculo emotivo en Mis noches sin ti, clásico de Demetrio Ortiz y con mil versiones, desde la del portentoso Nino Bravo hasta lecturas más íntimas y se quiere sensibles, y la ‘frágilinvencible’ Diles río, una litoraleña escrita por su papá Miguel Condomí, secuestrado por la dictadura en 1976 y asesinado en octubre de ese año.
Por la tarde en el mismo ámbito, los artistas brindaron sendas clínicas musicales, ella de canto y él de guitarra, que también concitaron mucho interés y participación.
Ch. C.
