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miércoles, 03 de julio de 2024
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De esto y aquello

Por el Dr. Felipe Martínez Pérez. Nota 1624 - (5ª Época).

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Es asombroso la cantidad de meses y meses que estamos parados o empantanados, y nada pasa, a pesar que todos los días sobran frases y palabras; porque la verdad que el sacrificio a que ha sido sometido este pueblo causa asombro, Y más asombroso es que prefieren seguir esperando el maná, antes de volver al pasado, que por lo demás, al menos sus gentes se están casi haciendo presentes; a costa del mismo presidente que, como mínimo, se podría decir aunque no asegurar, a qué juega; y como máximo que estamos en la puerta no de lo peor, pero tampoco de lo mejor, si nos ponemos a ver con que gente quiere hacer camino.

Y en consecuencia daría la impresión que podría haber problemas, porque curiosamente, cuando los que no han dado muestras de ser buenos se empeñan en lo peor, poco se puede esperar. A un año vistas, estamos como al principio, es decir peor; a pesar de que alguna cosa se ve que aparece, pero que si bien es importante, no ayuda a vivir el día a día; yes que ni lo alumbra. Pues al cabo, pocas luces para alumbrar. Por otra parte nos hemos dado un presidente que le gusta viajar, desconozco si con su bolsillo o con el de todos, si va por la aerolínea que le gusta o toma el avión que siempre algún presidente compra.

Pues este presidente feliz y contento diciendo orbi y orbe lo que piensa o deja de pensar, pero que no hace por aquí, lo cual no deja de ser harto curioso. O sea, como el tero y los huevos, pero sin el campo necesario. Pero al final siempre la casta y como causante de todo, y él en medio de la casta, que de ahí viene; más allá que sea o no sea de ese nido. Y en consecuencia no sé para qué tanta palabrería si el único que conoce las casta de verdad por haber trabajado para ella, es él.

Es decir que está todo muy revuelto y empantanado. Supongo será por la casta. Vaya uno a saber. Con el asunto de las bases, estamos ya hartos hasta la altura y da una superficie nada desdeñable. O sea, que tendría que volver Ortega con aquella frase dicha en La Plata, “argentinos a las cosas” pero si uno mira en derredor curiosamente, faltan las cosas; y ¡oh sorpresa!, sobran los argentinos que justamente solo le interesan las cosas; y precisamente no atenidas a la necesidad, ni al concepto orteguiano.

Para peor, día que pasa, y a veces son solo horas los más amigos terminan afuera y los menos amigos del pueblo los acerca él al poder y en tan sentido se arma un batifondo del cual como es lógico no puede salir nada; y justamente, no sale nada. Porque nada se arregla de lo que importa cambiando hombres y mujeres, que al cabo, nada cambia y todo sigue igual. Y mientras tanto en un país donde la dirigencia no se entiende entre ella es lógico que los amigos de lo propio se larguen a lo suyo; y tanto aparece un terremoto en el dólar y no baja y por ahí queda; y por abajo, por donde está la vida de verdad, las cosas suben y suben y suben, y no solo de balda porque por Argentina nada ha dejado de subir; y tampoco se sucede la descompresión porque no hay buenos hacedores. Y una muestra de que las cosas no andan bien es que no se han atrevido a subir otra vez las tarifas. Que ya sería el colmo.

Y curiosamente nad les cae bien y desconocen que los pueblos pueden tener lo peor en política y or supuesto lo tienen pero son sus habitantes, es decir el pueblo o parte de él los que los eligen; y el orbe no está para andar peleando e insultándose los unos a los otros; porque curiosamente, son los presidentes de esos pueblos. Nada le cae bien a este señor y con cada uno tiene ganas de batifondo o de romper relaciones. El mexicano es de lo peor, pero no lo puede decir otro presidente.

Salvo que a partir de ahora las relaciones se sucedan de esta manera. Y es hora de que se entere porque el día menos pensado va a suceder lo impensado. Y hoy en día los enfrentamientos están de parabienes, porque aunque parezca mentira los políticos gustan del carril de para malos. Y sin embargo, curiosamente desconocen la bondad del pueblo, y más allá de que sea por necesidad, parece no se dan cuenta que de manera inequívoca padece, mientras espera que bajen los números y se encienda una luz.

Porque no se pueden hacer sacrificios para dentro de veinte años cuando ya ni los huesos de los sacrificados existen y los que han quedado han perdido el lugar social que tenían: y nunca más se recupera ´El argentino lleva cincuenta años subiendo y bajando pero siempre perdiendo, que es una cifra, pero medio siglo es mucho más, y a la vez, sirve para reflejar lo poco que vale un político; aunque hoy esté lleno de dinero.

Así que Milei, de una buena vez, a las cosas. Que los que tienen que venir a invertir no necesitan se los vaya a invitar por el mundo en giras aparatosas, porque con seguridad saben más de Argentina que los propis argentinos, empezando por sus políticos y politiquillos. Que se enteran cuando algo sabe a poco, y al poco tiempo se acrecienta. Y para continuar con lo ya visto a poco andar se ha visto que ni todos ni todas tienen limpia el alma.

Al fin al cabo si se vuelve hacia atrás los únicos limpios han sido los millones de extranjeros que al poco tiempo eran más argentinos que nadie aunque con la mochila henchida de recuerdos. Y los nietos pues ya lo vemos; y poco de aquel libro intitulado Mi hijo el doctor…

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