El Colectivo Ni Una Menos Bolívar encabezó ayer las actividades por el 8M, como cierre de la jornada del paro internacional de mujeres.

Con el Centro Cívico como escenario, las mujeres estuvieron desde las 17 horas con propuestas artísticas, lectura de documentos, muestra de emprendedoras y feria del plato.

Ayer a la mañana, el centro cívico y muchas calles de la avenida San Martín amanecieron de color violeta, con cintas colocadas en varios lugares, como bienvenida al Día de la Mujer. Sin embargo, a media mañana ya no estaban las cintas, porque alguien se había ocupado de sacarlas, seguramente desentendiéndose del elemento simbólico que las mujeres que las habían colocado, quisieron visibilizar. Una actitud que no sorprende y que deja a las claras los elementos residuales de la cultura conservadora que persiste en nuestra ciudad.

Si la disputa planteada por los colectivos de mujeres tiene sentido, es justamente porque los valores del patriarcado y del machismo están aferrados fuertemente en las sociedades, resistiendo a los tiempos de la igualdad y el respeto de derechos, que tendrán que venir indudablemente.

Más tarde, alguien volvió a colocar las cintas.

El lenguaje que acompaña esta lucha, define a la sororidad como la solidaridad entre mujeres. “Qué sería de las mujeres sin el aliento y el apoyo en situaciones de crisis que son tantas. No habríamos sobrevivido a los avatares de la vida sin otras mujeres conocidas y desconocidas, próximas o distantes en el tiempo y en la tierra. Las mujeres tenemos un peso extraordinario al tejer y sostener las relaciones de parentesco y familiares, las conyugales, amorosas y de amistad, el trabajo y las actividades económicas, al crear en la esfera de la cultura, en ámbitos científicos e intelectuales, y desde luego a través de la participación social y política, la espiritualidad y la práctica de la solidaridad. Los enormes afanes por alcanzar la buena vida y por arribar a la justicia en el mundo han tenido en las mujeres protagonistas conmovedoras. Cuántas madres han sido figuras fundantes, transmisoras de nuestra lengua y con ella de los cimientos de nuestra visión del mundo, y coautoras de nuestra identidad. Cuántas han sido sostén de sus hijas a lo largo de la vida”. Este texto de Marcela Lagarde fue uno de los que se leyó en el micrófono abierto propuesto por la organización del evento.

También hubo espacio para manifestaciones denunciando la situación de violencia sufrida por cientos de niñas en todo el país. Con la etiqueta Niñas no madres, las organizaciones de mujeres vienen poniendo luz en estos hechos aberrantes que se cometen en contra de las niñas. Violaciones intrafamiliares, poder judicial patriarcal, “objetores de conciencia” que hacen prevalecer sus mandatos religiosos antes que los derechos de las chicas, son los elementos constitutivos de estas situaciones que se dan con demasiada frecuencia.

El colectivo Ni Una Menos nació como respuesta o reacción ante la alarmante cantidad de femicidios ocurridos en el país. En lo que va de 2019, son unos 50 los que se han registrado, lo cual evidencia un recrudecimiento de la violencia machista. Por eso, otro de los reclamos de la jornada de ayer tuvo que ver con exigir políticas públicas serias y efectivas para enfrentar con presupuestos acordes, las violencias contra las mujeres.

Ayer fue el día de las mujeres y como suele suceder en esta efeméride, hubo muchas salutaciones, salidas a comer y flores de regalo, pero sobre todo hubo miles de mujeres en las calles, en Bolívar y en distintas partes del mundo.

El reclamo por la ley de aborto legal, seguro y gratuito, estuvo muy presente: en los pañuelos, en los carteles, en el cancionero y en los textos que se leyeron. De igual forma, la demanda y exigencia de que se brinde Educación Sexual Integral en todas las escuelas.

Clara Tiani, una de las músicas que prestó su voz al acto, leyó un texto de Susy Shock, la artista y activista trans sudaka. Con esa intervención, también se puso luz sobre la realidad de las personas trans, muchas veces oscurecida en las manifestaciones.

En otro segmento, dos integrantes del colectivo Ni Una Menos, realizaron una intervención artística, mientras sonaban canciones feministas a cargo de las mujeres artistas bolivarenses.

El 8 de marzo se recuerda la muerte de 147 mujeres en una fábrica de Nueva York, cuando reclamaban la implementación de derechos laborales. Actualmente, capitalismo mediante, la fecha se ha visto distorsionada e inclinada a darle un contenido festivo, por eso las mujeres que tomaron las calles vinieron también a deconstruir ese sentido. El 8M es día de lucha por los derechos y la igualdad que den vida, finalmente a una sociedad sin discriminación por género, raza, condición social, religión.

                                   D.R.

(Crónica en adhesión al paro internacional de mujeres, con perspectiva feminista)