A 40 años de la muerte de Julio Cortázar, su obra, y sobre todo sus cuentos, son aún la puerta de entrada a la literatura para muchos jóvenes, y fueron una guía para las generaciones que crecieron durante los años ’60 y ’70 en América latina.

En las décadas del "30 y el "40, antes de su exilio en Francia y el boom se su obra literaria, dejó huella en territorio bonaerense: fue profesor en escuelas secundarias de Bolívar y Chivilcoy.

En nuestra ciudad dio clases de Geografía y Lógica, materias completamente ajenas a sus intereses. “No me satisfacía ni mucho menos, pero me sirvió para ayudar a mi madre”, confesaba años después en una entrevista.

Su paso por Bolívar fue agridulce. Aún resuena en la memoria de los bolivarense aquellas declaraciones que aún puede escucharse en la plataforma de YouTube. “La vida intelectual, en esa época, espero y deseo que haya cambiado, era absolutamente comparable a cero. No existía, era mínima. Ese era un factor negativo porque me condenaba a una soledad obligatoria, pero tuvo su lado positivo porque absorbí una enorme cantidad de lectura, eso que se hace cuando uno tiene el día libre y absolutamente nada que hacer”, sostenía el escritor al ser consultado por aquella etapa de su vida, previa a convertirse en el gran literario que fue.

Se le atribuye además una frase todavía mas fuerte: “Los microbios, dentro de los tubos de ensayo, deben tener mayor número de inquietudes que los habitantes de Bolívar”.

Sin embargo, en una carta enviada en 1963 a sus amigos Adolfo Cancio, Jorge Andrés Bonati y Portela, resaltaría otro aspecto de Bolívar al escribir: “Pronto harán diez años que vivo en Francia, la Argentina empieza a borrarse un poco, me van quedando las cosas hermosas que viví allá, primero de niño, después con ustedes en aquel Bolívar de anchas plazas y sobremesas inolvidables”.

Tirante relación de idas y vueltas que no lo privaron a Cortázar del reconocimiento que se merece. Allí luce con su nombre la rambla ubicada la Avenida Almirante Brown, entre Sarmiento y Avellaneda.

En agosto de 2021, el programa bonaerense Huellas de la Cultura eligió a Bolívar para rendirle un tributo al cumplirse 107 años de su nacimiento (este año se conmemoran los 110). Entre las distintas actividades que se llevaron a cabo ese día, se descubrió una placa homenaje a la figura del escritor.