14 de julio de 2019

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Información General. Elegancia musical

Escribe: Mario Cuevas.


El tema comienza difusamente con guitarras chirriantes y un colchón de teclados nebuloso, en un punto determinado, no te has dado cuenta que una guitarra rítmica, un bajo y una batería han comenzado a sugerir la atmósfera de la canción, sensual e hipnótica. A continuación entra él y canta: “I Put A Spell On You / Because You’’re Mine…” y te percatás que todo, las guitarras chirriantes, los colchones de teclados, la base rítmica, los coros que acompañan al cantante, las cuerdas, los vientos y los efectos sonoros que se desarrollarán luego, están en perfecta sintonía con la voz, la melodía y la interpretación del vocalista. Prima la elegancia, el buen gusto, la delicadeza, hasta la letra del tema está confabulada. Ese hombre te está hechizando mientras canta y toda la banda que lo acompaña está en plena complicidad. De la misma manera que comenzó, difusa y sugerentemente, la canción se va y te deja con el gustito de seguir escuchando a Bryan Ferry, a este británico que llevó la canción a la máxima expresión de refinamiento y buen gusto.


 


Roxy Music


Iniciados los 70, Ferry, junto al guitarrista Phil Manzanera y el ambientador de sonidos Brian Eno formaron Roxy Music y se enrolaron en el glam rock, movimiento musical que en esos años encabezaron David Bowie, Elton John, Rod Stewart y Marc Bolan. El glam ponía en primer plano, junto a lo musical, la imagen: el maquillaje, la llamativa vestimenta, raros peinados (¿nuevos?), la bijouterie y la indefinición sexual.


La primera etapa de los Roxy duró dos años hasta que Ferry y Eno colisionaron: la férrea batuta de Ferry no estaba de acuerdo con los experimentos electrónicos de Eno. Volvieron en 1978, sin Eno, con menos riesgo musical pero con la dirección que Ferry siempre tuvo en mente. Cuatro años que produjeron una trilogía imbatible: “Manifiesto” (1979), “Flesh and Blood” (1980) y sobre todo, “Avalon” (1982). “Siempre he considerado mi música como algo visual - dice Ferry - Cuando empecé a componer usaba imágenes. Las letras eran yuxtaposiciones estilísticas: clisés vulgares, frases de revistas, comentarios coloquiales, pero todo muy estructurado; nada de colocarlo en desorden. Lo mismo con la música: las canciones parecen simples, pero suelen tener varios cambios de ambientes. Yo absorbo muchas influencias y creo algo nuevo a partir de elementos clásicos.” La primera etapa de Roxy Music, como la segunda, se cerraron con discos en vivo, “Viva Roxy Music” (1976) y “High Road” (1983).  La banda se reunió fugazmente en el 2001, y tuvo apariciones en el Live 8 y el festival de la Isla de Wight.


 


Bryan Ferry solista


En sus primeros dos discos solistas, “These Foolish Things”, que data de 1974, (todavía estaba en pie Roxy Music) y “Another Time, Another Place” (1976), Ferry conservaba el sonido de Roxy Music pero profundizaba su papel de crooner, es decir, el intérprete por excelencia, con su voz e interpretación en primer plano, secundado por la banda y/o orquesta. El material podía estar compuesto por clásicos del rock, Dylan o los Stones, pasando por el Motown hasta standars de jazz a la Cole Porter. A lo largo de su discografía solista, Ferry ha convertido las canciones ajenas en propias, maquillándolas con su toque personal: su voz cuidada, los arreglos precisos, la banda aceitada, los mejores instrumentistas invitados. Es en ese punto dónde uno escucha a Bryan Ferry interpretar ‘Jealous Guy’ (John Lennon) o ‘’ Put A Spell On You’ (Jay Hawkins/Creedence) y nos hace creer que son sus canciones, se adueña del tema, lo hace propio, para bien o para mal.


 


Dylanesque


En un principio, no se asociaría a Bob Dylan con Bryan Ferry. Dylan es la poesía, el riesgo total, el compromiso, su voz personalísima, una serpenteante carrera sin red; Ferry es el arreglo cuidadosamente calculado, la voz prolija, la planificación del sonido. Pero ocurrió que en 2006 se encontraron, mejor dicho, Ferry decidió realizar un disco dedicado a Bob Dylan. “Cuando escuché a Dylan por primera vez estaba en la universidad. - declaró al Sunday Times - Por entonces estaba fascinado con Otis Redding, me gustaban las guitarras eléctricas y las secciones de viento: un hombre con una guitarra no me iba a atrapar del todo. Era demasiado folk: barba, sandalias... horrible. Yo quería llamativos tacones, mucho jopo y maquillaje, chicas volviéndose locas. Recién cuando Dylan se volvió eléctrico fue cuando me enganchó, y con el tiempo me llevó a revisar sus primeros discos. Y pensé: Mi Dios, ¡qué canciones más hermosas!”


Ferry juró que hacía treinta años que planeaba hacer este disco pero estaba ocupado en otras cosas. Quizás es verdad, ya en su primer disco solista hace una versión del tema de Dylan, ‘A Hard Rain a Gonna Fall’.


En este álbum Bryan Ferry no cuida su ya gastada voz y esto le sienta más que bien a las canciones de Dylan. En la mayoría de los temas Ferry toca estupendamente la armónica, instrumento casi indispensable en la mayoría de las canciones del trovador norteamericano.  Hay aportes fundamentales: las guitarras de Chris Speeding y Robin Trower, el violín y los arreglos de cuerdas de Warren Ellis (Nick Cave), el aporte compositivo del Roxy Music Phil Manzanera y los sintetizadores de Brian Eno, que ya había colaborado con Ferry en su álbum anterior, “Frantic”.


Las once canciones elegidas por Ferry integran un repertorio balanceado, en lo cronológico y en lo temático, aunque composiciones como ‘The Times They Are A-Changin’ suenen algo extrañas hoy en día. “La forma en que canté ese tema no significa que haya dejado de ser una canción de protesta, - argumenta Ferry - esta canción puede ser lo que quieras que sea. Crecí con la idea del jazz, esa que dice que se puede hacer una canción de muchas formas distintas, ccreo que la canción funciona tan bien como entonces. Cuando Dylan compuso ese tema hablaba de la guerra de Vietnam, y en la actualidad la guerra de Irak posibilita que su espíritu de protesta siga intacto.”


“Dylanesque” es una invitación al deleite, una acertada visión sobre Dylan de este Bryan Ferry maduro y reflexivo. En este giro musical queda más que bien parado ante el enorme peso del repertorio. “Dylanesque” es la comprobación que las canciones nunca envejecen y además, nunca deben morir porque ellas nos aconsejan, nos defienden, nos miman y nos instan a ver un mundo diferente.


 


Fragmento de The Times They Are A-Changin’


 


Reúnanse aquí donquiera que anden


Y admitan que las aguas han crecido


Acepten que pronto estarán calados hasta los huesos


y si en algo valoran sus vidas, empiecen a nadar antes de hundirse como una piedra porque los tiempos están cambiando


 


Vengan escritores y críticos que profetizan con su pluma


Y abran bien los ojos, la oportunidad no se repetirá


No hablen demasiado pronto porque la rueda está girando


Y no se puede decir a quién señalará


Porque el perdedor de hoy será quién gane mañana


Porque los tiempos están cambiando


 


Vengan madres y padres de toda la tierra


Y no critiquen lo que no pueden entender


Sus hijos e hijas están fuera de su control


Su viejo camino envejece rápidamente


Por favor, apártense del nuevo si no nos pueden ayudar


Porque los tiempos están cambiando


 


La línea está trazada, la maldición echada


El lento de hoy será el rápido de mañana


Igual que el presente mañana será pasado


Y el orden se desvanece rápidamente


Y el primero de hoy será el último de mañana


Porque los tiempos están cambiando.

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