El 1 de marzo dará inicio un nuevo Ciclo Lectivo en todos los niveles escolares y por ello febrero es el mes durante el cual, en cada domicilio bolivarense (y del país, por supuesto) se produce la rutina de la organización de las mochilas conteniendo los útiles necesarios para, por lo menos, iniciar las clases con los elementos básicos para ello.

Bolívar tiene varias librerías, muy surtidas por cierto, que precisamente en esta época del año se transforman, no solamente en el lugar de provisión de las familias sino también, a través del trabajo de sus titulares, en una suerte de consejeros ya que, con el paso de los años, han consolidado una relación de afecto con sus clientes que determina que “el librero” piense más en las posibilidades reales de quienes llegan a comprar que en el rédito personal que ello les genera.

Es el caso de dos emblemáticas librerías locales consultadas por este medio. Las ya tradicionales Casa Carlitos y Nogal, comercios que están por estas horas abarrotados de mercadería, con todas las novedades que piden los chicos y también con multiplicidad de ofertas y medios de pago al servicio de quien se acerque a hacer sus compras.

Claro está que todo ello sucede en el marco de un año muy especial. Atravesando una crisis económica general que obliga a poner mayores recaudos en cada una de las compras intentando (tarea nada fácil por cierto) satisfacer las necesidades de los escolares y, al mismo tiempo, hacer valer cada peso.

“Tenemos un amplísimo surtido de artículos y desde hace varios días es incesante la visita de clientes buscando lo que necesitan. Se nota que la mayoría busca los mejores precios y las mejores condiciones de pago”, dice Alfredo Asín a este cronista, “pero no obstante se repite lo de todos los años, porque las familias hacen todos los esfuerzos posibles para que a sus hijos no les falte nada. Por eso en nuestro caso hemos puesto a disposición todas las ofertas y los beneficios que otorgan algunas tarjetas”.

Con la experiencia que le confieren sus más de 55 años en el rubro, Carlos Campion, titular obviamente de Casa Carlitos, asegura que en esta oportunidad puso el foco en dotar a su librería de los productos que son del agrado del público por calidad y precio. “La verdad es que hay algunos precios que asustan, porque por ejemplo en el rubro mochilas hay algunas que llegan a los 100.000 pesos y uno se pone en el lugar de las familias que tienen más de un hijo en edad escolar. Por eso hemos traído líneas de muy buena calidad pero con precios mucho menores y, claro, cuando nos dejan siempre aconsejamos en beneficio del cliente”.

Carlitos, así nos gusta llamarlo, es quizás el más antiguo de los comerciantes del rubro. Los más memoriosos recordarán la vieja Casa Bambi, que fue propiedad de un tío suyo. Allí comenzó a trabajar cuando tenía 12 años y nunca dejó esta actividad que hoy es parte inescindible de su propia vida y la de su familia.

Por su parte Alfredo Asín ya cumplió 35 años al frente de Nogal. Y eso se nota al verlo fluir entre los escaparates y góndolas, sabiendo en qué rincón se encuentra cada cosa y hasta mimetizándose con ese paisaje sembrado de cuadernos y lápices.

“La crisis se nota -asume Carlitos- e impacta en los cambios de precios. Así que hay que adaptarse porque la gente busca precios pero no hay tantas diferencias en algunos productos. Por eso tratamos de nivelar y, como decía antes, tener las mejores posibilidades. Obviamente que siempre están los que quieren marcas y por eso hay que tenerlas, lo mismo las novedades que a veces atrapan a los chicos, como todo lo relacionado con la Selección Nacional de Fútbol, que es una de las vedettes de la temporada”.

Asín asegura que en la variedad está la puerta de las posibilidades. “Por ejemplo, tenemos cartucheras desde $ 2000 hasta los $ 5000; mochilas desde $ 3000, $ 5000, $ 8000 que son líneas originales de primeras marcas. El cuaderno Nº 3 que es el que más se solicita lo estamos vendiendo a $ 6000”. La enumeración es meramente ejemplificativa y en lo que respecta a medios de pago Nogal ofrece Cuenta DNI con un 30 por ciento de bonificación comprando los jueves y viernes. También la promoción de VISA en 3 cuotas sin interés. “De este modo nos hemos acercado bastante a lo que es la realidad de los precios y las posibilidades de la gente”, enfatiza.

En ese punto hay una coincidencia con lo que informa Campion, ya que en modo muy simpático dice: “Yo tengo dos o tres socios nuevos, que son los Bancos”, significando que las promociones con bonificaciones que ofrecen necesariamente tienen que estar al servicio de la gente porque es lo que ayuda y mucho en las compras. “Ya hay mucho movimiento pero pensamos que a partir del 15 de este mes se va a intensificar porque comenzarán las nuevas campañas que hacen tanto el Banco Provincia como el Banco Nación. Entiendo que en el caso de Provincia van a dar hasta 9 cuotas y eso va a ayudar un montón”.

A Carlitos le pedimos que nos arme un presupuesto vinculado con lo básico que necesita un estudiante que inicia el Ciclo Secundario. En este caso, dice el experimentado comerciante, los estudiantes de este nivel necesitan muy pocas cosas como para iniciar el ciclo, a diferencia de lo que sucede con los niños que ingresan o continúan en la escolaridad primaria.

“Con una carpeta que va desde los 2900 a los 6000 pesos, un repuesto de hojas de carpeta que, en el caso de optar por el de 100 hojas vale alrededor de $ 3500 (el de 480 oscila en los 16/17000 pesos) y otros 2000 pesos para un corrector, un bolígrafo y una goma de borrar, puede empezar las clases. Después va viendo, porque le van a ir pidiendo otras cosas. Pero con un presupuesto bajo un estudiante secundario inicia sus clases”.

El menú es amplio. Los libreros locales están a disposición de su público y, queda claro, ponen su esfuerzo comercial al servicio del cliente.