Tronco es un perrito muy particular. Dueño de la calle pero perteneciente a todo aquel que habite el vecindario de la Escuela 9. Todos por esa zona lo sienten propio ya que merodea por allí como un vecino más.

Tan famoso es que hasta a alguien se le ocurrió la idea de crearle un perfil de Instagram, Tronco.Fitness, llamado así porque suele pasar mañanas y tardes enteras en el Gimnasio Ironland.
Las alarmas de los que aman a este pequeño animalito de corazón gigante se habían encendido antes cuando fue aplastado por una máquina, incidente del que salió ileso.

Sin embargo, la tristeza conmocionó al barrio el pasado sábado cuando se conoció la noticia de que Tronco había sido atropellado por una camioneta. Para colmo de males, herido como estaba después de semejante impacto, fue atacado por otros tres perros. El panorama era desolador y se temía lo peor.

No obstante, la gesta solidaria afloró rápidamente de la mano de Mayra Rodríguez, integrante de la veterinaria FyF. Ella le contó a LA MAÑANA que “tenía una fractura completa del cuerpo de la mandíbula derecha. Además de un corte en la lengua y un trauma craneano”.

Tronco permaneció internado ese sábado pero comenzó a responder bien al tratamiento por el traumatismo. Más tarde, un traumatólogo de Olavarría lo operó por la fractura y 48 horas más tarde fue dado de alta.

Nada de eso habría sido posible sin la colaboración de los vecinos, quienes con sus donaciones que alcanzaron la suma aproximada de 100.000 pesos, lograron costear los elevados gastos que implican este tipo de procedimientos quirúrgicos.

Mayra explicó que la única forma de salvarle la vida a Tronco era mediante la cirugía, ya que el riesgo de infección producto de la fractura podía derivar en un desenlace fatal. Es por ello que agradeció a cada una de las personas que enviaron su colaboración.

La campaña para recaudar fondos se realizó desde la cuenta VetEnCasa y no sólo alcanzó para cubrir los gastos de cirugía, traslados y medicación sino que calculan que podría haber algún remanente. Sobre ese punto, Mayra aclaró: “Si tenemos la suerte de que sobre dinero va a quedar a disposición de algún otro perro callejero que lo necesite”.

La emoción se le notaba a Mayra cuando nos relataba la historia de la que le tocó ser protagonista principal. Aunque ella se corrió siempre a un costado del relato y enfocó el punto en la solidaridad bolivarense.

La hazaña no podría haber sido conseguida sin la ayuda de la gente, está claro. Sin el milagroso obrar de los médicos veterinarios, como Mayra, tampoco.