30 de octubre de 2024
Ahora tiraron al piso una de las viejas columnas de alumbrado.
por
Ángel Pesce
Evidentemente no hay suerte con la plaza Ricardo Rojas, la comúnmente llamada plaza de la 7, por estar frente a la escuela que lleva ese número, y tradicionalmente conocida como la plaza del Ahorcado, por un hecho luctuoso sucedido a principios del siglo XX.
Días atrás se había repuesto el cartel con el nombre de la plaza, tarea realizada por alumnos de la escuela con el apoyo del área de Ambiente del municipio. A ese cartel ya le vandalizaron un pedazo, a pocas horas de colocado.
Ahora lo que tiraron al piso fue una de las viejas columnas de alumbrado, de esas que fueron colocadas cuando las plazas comenzaron a funcionar como plazas y dejaron de ser viveros, canchas de fútbol o depósitos, unos 70 años atrás, aproximadamente.
Todo acto de vandalismo está mal, sea contra un cartel que se colocó ayer o contra una columna que data de varias décadas; pero el problema principal en este caso es que de alguna manera lo del cartel se puede subsanar, costará dinero, esfuerzo, pero se puede reparar. El tema de la columna es más complicado, porque fue construida con materiales de su época, muchos más endebles a los actuales, y sin el mantenimiento debido, ya estaba débil, como la mayoría de sus "hermanas" que adornan la mayoría de las plazas de la ciudad.
Particularmente en la plaza Rojas quedan en pie todavía 2 de esas columnas, que en su momento fueron una novedad porque eran con un farol o lámpara las que le daban iluminación a las plazas, y que luego del paso del tiempo fueron reemplazadas por otros aparatos; pero quedaron como ornamentación de estos pulmones ecológicos que la ciudad tiene como máximo cada ocho cuadras.
Cuando se colocó el nuevo cartel con el nombre, advertimos que era la más deteriorada de las tres, sobre todo en su base. El lunes nos llegó la noticia de que se precipitó al piso, y si bien la base estaba mal, debió contar con ayuda de alguien para caerse, ya que en ese estado estuvo durante años y continuó en pie.
Debe haber una política de preservar estas cosas, que forman parte del pasado bolivarense y son patrimonio de todos. Hace algún tiempo ocurrió algo parecido en la plaza Hipólito Yrigoyen y en su momento Arturo Martín, quien estaba a cargo del área a la que le correspondían las plazas en la comuna, la reacondicionó. La noticia nos la dio Fernando Álvarez, el hombre que comando al grupo Los guardianes de tu plaza, quienes seguramente harán lo propio con esta columna para volver a poner de pie.
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