24 de marzo de 2024
Al cumplirse hoy cuarenta y ocho años de la instauración de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica argentina, en todo el país se realizaron actos conmemorativos. En Bolívar, el encuentro central fue como siempre en el parque, en inmediaciones al monolito que evoca a nuestros desaparecidos/as, bajo organización de SUTEBA, que comenzó con esta ceremonia en los años noventa, y la Dirección de Derechos Humanos y Políticas de Género, que se incorporó desde que Eduardo Bucca asumió como intendente (tiempo en el que también se creó la cartera que hoy conduce la licenciada Marianela Zanassi).
Ante un buen marco de público conformado por organizaciones sociales, colectivos defensores de los derechos humanos, funcionarios del gobierno municipal, familiares de desaparecidos/as, numerosos artistas y público en general interpelado por el asunto convocante, el programa dio comienzo bajo un sol amigo con la lectura de las glosas de presentación, en las que se denunció un arco de abusos y avasallamiento de derechos contra el pueblo que va de ayer a hoy, en el desfavorable contexto delineado por un gobierno nacional que niega o ningunea el oprobio de aquél período o directamente reivindica el papel jugado por los jerarcas del genocidio de Estado. Esto ocurre por primera vez desde que recuperamos la democracia en 1983, y parece un contrasentido pero es tristemente así: un gobierno instituido como tal por el sistema democrático, niega que hubo terrorismo de Estado. “Un proyecto deshumanizante y destructor”, como enfatizaron en la presentación del encuentro. “Una declaración de guerra del gobierno al pueblo trabajador”, tal lo dicho por el orador del colectivo Plan de Lucha.
El primer discurso, certero y contundente, fue pronunciado por Juan Urrutia, del Frente Patria Grande, y lo publicaremos completo mañana. Más adelante, hizo uso de la palabra Santiago Santos, por el colectivo Plan de Lucha, surgido en estos meses de verano al calor de la movida del arte y la cultura contra medidas del gobierno. Entre muchos otros puntos, reclaman: paro general “hasta derrotar al DNU y el plan de ajuste”, “a la dirigencia de la CGT y la CTA, que en enero llamaron a un paro ante la bronca social, y ahora dicen preparar otro, les decimos basta de vueltas, póngale fecha ya a un paro general”; apertura completa de los archivos de la represión período 1974-1983, “que el Estado y la Iglesia católica siguen sin abrir”; “restitución de su identidad a todo joven apropiado”; “cárcel común, perpetua y efectiva, basta de domiciliaria” a represores, etc. El colectivo también puso en subrayado, a través de la palabra de su referente, el gravísimo episodio que tuvo lugar en CABA hace unas horas, cuando una militante de la agrupación HIJOS fue maniatada, amenazada y abusada sexualmente por individuos que ingresaron ilegalmente a su casa, y que se referencian en La Libertad Avanza según dejaron escrito en el lugar.
A continuación se dirigió a los presentes Jorge Bergallo, integrante del Consejo Ejecutivo seccional de SUTEBA Bolívar, quien reivindicó la Carpa Blanca que la docencia le montó a Menem presidente el 2 de abril de 1997 en su nariz, es decir frente al Congreso Nacional, y que literalmente le arrancó el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), que hoy el gobierno nacional ha dejado de pagar.
Completando el pasaje oradores, en representación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, del que forma parte el Banco Credicoop Bolívar, leyó un documento Daniela Roldán.
Como cada vez, los organizadores del acto entregaron a los familiares de nuestros desaparecidos presentes florales, que ellos depositaron al pie del monolito a la Memoria, que recuerda a las víctimas bolivarenses del terrorismo de Estado. A centímetros de allí también fue descubierta una placa en su homenaje, por cuenta de la comisión de Asociados y el plantel de trabajadores del Banco Credicoop.
La intervención musical estuvo a cargo de una superband conformada para la ocasión por Tico Álvarez, Juani Lobos, Javi Díaz Corbera, Daniel Zuccarino, Maia Acosta y Clara Tiani en voz, que ofrecieron una sentida versión de La casa desaparecida, de Fito Páez, que forma parte del disco Abre (1999), una de las mayores cumbres compositivas del otrora ‘tiburón rosarino’.
El segmento final derivó en uno de los momentos más emotivos, con la inauguración de algo que se volverá tradición cada 24 de Marzo, que es la entrega de plaquetas con la imagen de un pañuelo como reconocimiento a militantes locales de los derechos humanos de diversas áreas, ya sea la investigación, el arte, la docencia, que han levantado a través de los años la bandera de Memoria, Verdad, Justicia. Esta primera vez fueron agasajados/as Graciela Vanzán, fundadora del SUTEBA Bolívar; Miguel Gargiulo, sociólogo que abrió puertas hacia la visibilización de la historia de nuestros desaparecidos a través de la escritura de un libro que hoy es fuente de consulta para todo el pueblo y en particular para las futuras generaciones; Graciela Sagardoy, también del grupo fundador de SUTEBA, trabajadora social y un emblema de la lucha por los derechos humanos, con el mojón que significó en su recorrido personal y en la militancia popular en general de nuestra comunidad su permanencia, en dos ocasiones, en la Carpa Blanca Docente, “una militante de la vida”, como la definió Marianela Zanassi, y Carlos Teijón, primer secretario de DD.HH. del SUTEBA local. El último presente fue para Amelia Álvarez, hermana de Gody, desaparecido bolivarense, y que “nos ha educado en derechos humanos”, como destacó también Zanassi.
Otro rato de máxima sensibilidad se dio con la lectura, por parte del actor, director teatral y exintegrante del SUTEBA, Carlos Teijón, de un desgarrador y bello poema de Felipe Chorén, titulado elocuentemente El pueblo entero.
La eterna lumbre de la esperanza mueve los pasos de todo un pueblo, dice la canción de Teresa Parodi. La eterna lumbre de la esperanza, y una lucha que no ha cesado y que hoy reverdece como respuesta a un contexto nacional, e incluso mundial, que compele a los sectores progresistas y humanistas de la sociedad, sin sectarismos ni egocentrismos, a no rendirse y, más aún, a un esfuerzo de creatividad para renovar las herramientas de militancia y sumar a más colectivos y gente del común a un lucha que debería tener un final feliz, ya que así lo merece todo argentino/a de bien.
Chino Castro
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