El intendente municipal Marcos Pisano no dudó en calificar a este martes como un “día histórico para Bolívar”.

Lo hizo en el marco de una conferencia de prensa a la que llamó para las 9 de la mañana y que atendió en compañía de la secretaria de Salud, María Estela Jofré y de la co directora del Hospital Capredoni, Dra. Marcela Laborde.

El motivo de la euforia del intendente radicó en la llegada de las primeras 450 dosis de la vacuna Sputnik V a esta ciudad de la mano de la logística aportada para ello por el Correo Argentino. Las vacunas arribaron a la ciudad cabecera del partido en las primeras horas del día de hoy e inmediatamente se alojaron en dos freezer de reciente adquisición por parte del municipio con capacidad para enfriamiento de hasta -30 grados.

Pisano explicó que, tal como este medio anticipó, estas primeras vacunas están destinadas, en primer término, al personal de salud afectado a la Unidad de Cuidados Intensivos. Su aplicación no es obligatoria, de modo que se requiere la manifestación de voluntad de la persona que luego será receptora, voluntad que debe quedar expresada en un registro que llevará al efecto el Ministerio de Salud. Esa misma inscripción opera como gatillo a la posterior aplicación, de manera tal que el nosocomio local sólo actúa como hospital de aplicación, pero la totalidad de los protocolos de control y registro quedan a cargo del Ministerio de Salud.

La secretaria de Salud, María Estela Jofré, explicó al respecto que estas son las primeras dosis en llegar a Bolívar y que, seguramente y en lo inmediato, comenzarán a arribar más, tanto de esta marca rusa (Sputnik V) como de otros orígenes (Pfizer, por ejemplo). Como cada una de ellas requiere de protocolos de aplicación diferente, es preciso llevar una registración puntillosa para no cometer errores de ningún  tipo. En esa misma registración también deben consignarse los posibles efectos secundarios que la inoculación provoque en la persona receptora. Es de destacar que la Sputnik requiere el suministro de dos dosis, repitiéndose la segunda a los 21 días de haberse aplicado la primera.

Por esta misma razón los hospitales de la provincia comenzarán con una secuencia de aplicación de hasta 30 vacunas por día, siempre en principio destinadas a personal de salud.

 Las vacunas que llegaron hoy se alojaron en un contenedor instalado en el ingreso al estacionamiento del hospital. Allí se encuentran los dos freezer con capacidad de enfriamiento hasta 30º bajo cero. Jofré explicó que el procedimiento para la manipulación de las dosis debe ser muy cuidadoso para evitar pérdidas producto del corte de la cadena de frío. Por esta misma circunstancia se analiza la forma de que la vacuna llegue a las localidades del interior del partido. La secretaria de Salud se afilia a la idea de generar estrategias adecuadas para asegurar que la vacuna vaya a las localidades y evitar aglomeraciones en el Capredoni si, por el contrario, se recibiera a las personas en Bolívar. Dijo que se está trabajando al respecto.

El intendente mostró a los medios la aparatología adquirida para conservar las vacunas, explicando que todo está preparado para la llegada, incluso, de aquellas que requieran una conservación a -70/-80 grados. A esos fines, además de los freezer que pudimos observar ya cargados con la Sputnik, informó que existen otros dos de mayor capacidad de frío.

La Dra. Marcela Laborde se mostró ante este medio visiblemente emocionada con el momento. Es de destacar que la profesional se desempeña, precisamente, en el área de Cuidados Intensivos, donde circula una dotación permanente de aproximadamente 20 personas entre médicos y enfermeros. Sin ninguna duda es el ámbito más crítico del Hospital Capredoni, un área “que siempre volvería a elegir”, según la propia palabra de Laborde quien así lo manifestó más allá de la conciencia sobre la asunción de riesgos permanentes.

Durante el diálogo con la prensa, Pisano presentó al equipo de vacunadoras que tendrá a su cargo la aplicación de estas primeras dosis y las que lleguen en lo sucesivo. Natalia Brito, Ailín Sosa, Silvia Wetzer y Yamile Ortiz, enfermeras del Vacunatorio del Capredoni, aportarán sus experiencias y dilatada práctica a esos fines. Todas ellas desbordaban de alegría y coincidieron en afirmar que “ya queremos comenzar a vacunar”.